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No es la primera vez que pasa algo muy parecido. La familia de Paco Belmonte Ferrer recibió su cuerpo el 2 de agosto, de manos de la autoridad de la cárcel de Palma de Mallorca donde llevaba tres años encerrado, con pocas explicaciones y malas maneras, como es habitual en estos casos. “Su hijo no era ningún ejemplo a seguir”, le dijo una educadora a su madre, de 72 años. “Sobredosis de metadona”, decía el informe forense. Pero la familia sabía que Paco había dejado de drogarse hacía tiempo. Había estado ingresado en un módulo terapeútico, donde se había desenganchado sin aceptar el tratamiento con metadona, y consiguió mantenerse limpio a pesar de haber sido expulsado como castigo a un módulo “conflictivo” donde había gente que se chutaba en el mismo patio. “No tomaba nada, ni heroína, ni cocaína, ni metadona, solo le dio positivo de aquellas sustancias que contenían sus medicamentos, recetados por el médico para la depresión”, dice su hermana Pepi.

“Estoy segura de que mi hermano ya no consumía, pesaba noventa quilos, estaba en forma y tenía 400 euros ahorrados en su peculio; todo el mundo sabe que alguien enganchado dentro no tiene ni un duro y puede vender hasta su ropa para consumir. Mi hermano lo tenía todo, su dinero, su ropa de marca, su peso y su buen estado físico”.

Y, además, su cadáver presentaba hematomas y heridas sobre las que no figuraba ninguna explicación en el informe forense. Paco había sido maltratado y amenazado por un carcelero unos dos o tres meses antes de fallecer. Él se lo había contado a varios miembros de su familia. Había pedido el traslado para huír del acoso de este “funcionario”, pero se lo habían denegado. Compañeros presos afirman que entró el 1 de agosto en la celda individual sin ningún golpe aparente. “También tenemos constancia (..) de que a eso de las cuatro de la mañana se estaban llevando al Paco a la enfermería, y que iba gritando que le habían reventado las costillas”, dice su hermana. Una vez en el tanatorio, “le vimos desfigurado, con la mano derecha reventada, las piernas moradas, con golpes en las costillas”.

“La forense se puso en contacto con nuestra abogada y le explicó que se fue de vacaciones sin entregar el informe a principios de agosto cuando fue descubierto el cadáver. Nos entregaron la autopsia el 12 de septiembre. No entendemos cómo ha podido ocurrir eso. Según el documento que nos han dado murió por insuficiencia respiratoria, ingesta masiva de drogas e infarto”. Según el abogado que lleva el caso: “Hemos pedido una serie de pruebas, y ya se están llevando a cabo, que tienen que ver con revisar esa autopsia porque sí que está claro que existen golpes”, como reconoce la propia forense en su escrito. El juez ha denegado una segunda autopsia, aunque admite la posibilidad de una nueva interpretación de la primera y ha pedido las grabaciones de las cámaras de la cárcel. “Hemos pedido diligencias para esclarecer quién y dónde pudo golpear a Francisco, cuándo se produjeron esos golpes, más otras pruebas técnicas, entre las que se encuentra la revisión de todo el procedimiento por otro forense distinto”.

La familia, amistades y gente solidaria no han dejado de movilizarse durante agosto y septiembre. Han hecho varias concentraciones en la cárcel, y otras muchas en los juzgados, en el Parlament Balear, en la delegación del gobierno y en otros sitios oficiales y han denunciado el caso continuamente en las redes sociales. Un sindicato de carceleros se ha querellado contra ellos por insultos y calumnias. Les quieren hacer callar con su prepotencia, sin ningún respeto por su dolor.

Afortunadamente, no están solas. El pasado 6 de octubre, doce familias, incluida la de Paco, de gente fallecida en prisión, en Palma de Mallorca, Barcelona, Badajoz, Tenerife, Sevilla, Algeciras, El Puerto de Santa María, Madrid… agrupadas en una Plataforma de Familias por las Muertes en Prisiones Españolas se concentraron en la puerta de la sede de la Secretaría general carcelera. En junio, hubo también una concentración frente a la cárcel de Picassent convocada por la familia de Luis Acedo Sáez, por sexta vez desde su muerte, en 2016, recién excarcelado por padecer cáncer de páncreas con metástasis, después de ser abandonado por los médicos y demás responsables de esa cárcel. Esta familia pertenece a una asociación que se llama Familias Frente a la Crueldad Carcelaria y lleva funcionando desde 2017. Algo se está moviendo entre los familiares de la gente presa desde hace algunos años y esta coordinación de doce familias ha sido todo un logro, un momento culminante. Podría ser que cundiera el ejemplo. Tenemos que ayudarles a continuar. Y cerrar filas con la familia de Paco Belmonte y con cualquier otra a la que se quiera intimidar por expresar su dolor y pedir justicia. Este es el camino de la solidaridad, nuestra única fuerza.

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La Lucha Puede Y Debe Continúar

Reinserción No, Laberinto: Reflexiones De Un Preso Con Muchos Años Pagados

Una Reflexión Sobre Los Presos Que Han Estado 15 O 20 Años En Prisión Y Sus Consecuencias

Actividad en la calle Cadena perpetua La cárcel mata

Qué le espera en la calle a un preso que ha estado unos veinte años en prisión y solo ha salido un periodo de un año como mucho, o qué puede hacer dicho preso cuando salga de la cárcel sin ningún tipo de formación laboral, sin saber usar siquiera un móvil que hoy en día lo necesitas para cualquier gestión. Qué familiares podrá tener cuando salga que lo acojan en su casa, ya que lo más seguro es que la mayoría ya no tendrán padres o un techo donde vivir. Los hermanos la gran mayoría no quieren saber nada, y aunque lo ayuden, dicho preso deberá valerse por sí solo en el futuro, superar los obstáculos que le esperan en la calle. Para cualquier trabajo necesitas formación y como poco debes saber de móviles, que están prohibidos en prisión y muchos no saben casi nada sobre cómo funcionan.

La sociedad va cambiando, pero el reo cuando entra en prisión por períodos muy largos todo lo vive en el recuerdo, por lo que cuando sale se siente raro, diferente a los demás, lo observa todo, desconfía del todo el mundo. Todo te frustra, te impide ser tú mismo y luchar por tus sueños o ilusiones. Incluso tus sueños o ilusiones los tienes que cambiar, porque el coche que te gustaba es antiguo y ahora son híbridos o eléctricos. O sea que cuando sales en libertad te enfrentas solo a una infinidad de problemas que para nosotros son difíciles de superar. No puedes ser tú mismo porque la sociedad avanza a pasos gigantes y mientras intentas desesperadamente adaptarte no tienes tiempo para tus ilusiones. Los que te rodean, seres queridos, amigos, mujer o familiares, todos te dicen lo que tienes que hacer, todos con buenas intenciones, te dicen cómo tienes que hacer todo siempre desde su punto de vista. Lo que al final sientes es un inmenso cacao mental, que no sabes para donde tirar.

Es mi humilde opinión, ya que esto le está ocurriendo a una generación perdida que estuvimos enganchados a las drogas, lo que nos llevó a tener que robar y después pagar con un montón de años de prisión. Y ahora sales y te encuentras a muchos en la calle malviviendo, otros no dejamos de volver a entrar en prisión, otros ya se han suicidado. Aquí la justicia te clasifica como reincidente, y cuando les he pedido ayuda siguen diciéndome reincidente, porque yo soy un inadaptado. Sí, yo soy el que está reconociendo que soy yo el problema, y esto ya lo saben psicólogos, psiquiatras y demás y nadie cambia nada. Cuántos suicidios más tiene que haber para que a los que tenemos este problema y pedimos ayuda, nos escuchen y nos ayuden ya que muchos sí queremos cambiar para poder tener una vida normal, algo que por mí solo nunca voy a conseguir. Lo puedo decir más alto pero no más claro y aún así siguen tachándome de reincidente. Ya estoy muy cansado de caerme e intentar levantarme, porque si nadie me ayuda voy a volver a prisión a cumplir a largo plazo y sabiendo esto ya se puede imaginar cualquiera las ganas que tenemos de vivir así, sin esperanza.

Todo esto ha sido solo una pequeña reflexión mía de lo que estoy viviendo personalmente y con los compañeros que conozco que llevan muchos años y que la mayoría están viviendo lo mismo, entonces ya no soy yo solo. Y ahora os escribiré mi caso para que entendáis mucho más a fondo todo lo que os he descrito y con muchos más argumentos.

A mí ya me conocéis un poquito, pero yo terminé mi condena el 27 de enero del 2022, hace cosa de unos diez meses y cuando salí el primer problema era una vivienda. Por suerte la conseguí gracias a mis tíos y a mi madre que me ayudaron a pagarla y buscarla. Luego fui a regular mi excarcelación y también tuve algo de suerte porque mi hermana me regaló un móvil ya que sin uno ya me dirás como arreglas cualquier pago o gestión. Luego tardaron tres o cuatro meses en pagarme y de qué vives, pero esos meses me ayudaron. Pero todo se torció en abril, que como cada día iba al comedor social a comer y a a veces mi madre me llamaba y pasaba a por lácteos, etc. De hecho, cada día, si pasaba por casa de mi madre para verla, la sacaba al patio, para estar entretenido. Porque buscaba trabajo y me había apuntado a unos cursos para cuidar a personas mayores, pero hasta los cinco meses no empezaba, y había otro de castellano que me lo tenía que pagar yo, pero hasta que no cobrara no podría.

Pero como os digo un día de abril estaba llamando a mi madre para verla, ella sufría depresión, y este día como no me cogía el teléfono fui a su casa. Pero cuando estaba llegando y vi a la policía en la esquina se me aceleró el corazón y salí corriendo. Cuando giré la esquina y corriendo veía a la ambulancia, giré la cabeza y vi a mi madre en el suelo tirada y en muy mal estado. Se había tirado desde el tejado. Y yo como cualquier persona con sentimientos empecé a llorar y vino la familia. Ya os podéis imaginar que esos días yo estaba mal no, peor, ya que estando muchos años aquí dentro tenía muchas ganas de pasar más tiempo con mi madre, adaptarme y que se sintiera orgullosa. Se me vino el mundo encima, me resulta muy difícil explicaros mi estado, solo os cuento lo que sucedió y que recuerdo. Empecé a automedicarme cada día. Si no tomaba drogas, pero desde esto empecé a automedicarme sin que nadie lo supiera. Estuve unos dos meses en casa de mi tita, hermana de mi madre. Y yo mismo hablé con ella que lo mejor era que me buscara un centro ya que se me había multiplicado por 2000 el problema que os he contado al principio, y yo mismo quería ir a un centro. Buscamos uno de pago ya que no hay casi nada. Estuve hace años en alguno de los que se ofrecen gratuitamente y esto no era lo que necesitaba. Nos tuvimos que buscar uno que se llamaba “Fundación Aika”, aquí solo me cobraban algo de la excarcelación, unos 400 euros, casi nada será para ellos claro. Pero tuve que decidirme por alguno y fue este cuando hice dos visitas. Un día con tanta medicación se ve que me escapé de casa de mi tita, y claro cuando la llamé a los dos o tres días yo sabía que ellos no entendían mis problemas personales sobre esto, sabía que no podía seguir en su casa, volví y me fui a una habitación alquilada.

A las tres semanas seguía tomando cada día muchas pastillas. Un día solo recuerdo que estuve toda la noche sin dormir porque había tomado unas cinco concertas que son como anfetaminas y claro no dormí nada. Por la mañana solo recuerdo que el día anterior había encontrado una caja de Ribotril y me tomé tableta y media, que son unos veinte o más. Claro, no recuerdo nada, y os juro que es cierto todo, algo así no es broma. Pues se ve que robé en el supermercado y estoy grabado, o sea que nunca he dicho que no fuese yo. Es duro decirlo, pero en el juicio yo en ningún momento he querido pedir la absolución y es más pedí cinco años acusándome, si no me ayudaban volvería a hacer algo y yo no quiero seguir así ya que estoy en un estado bastante dramático y jodido. No tengo ilusiones por nada. Estoy viendo a la psicóloga la cual me dijo que no podría seguir conmigo lo cual es una pena porque es la primera vez que me visita un psicólogo una hora cada semana, y la verdad es que sí que me ha ayudado y me estaba tratando muy bien. Así que igual tengo que prescindir de la ayuda psicológica que necesito para vivir, especialmente por el trauma de ver a mi madre en el suelo tirada en mal estado entre dos coches. No logro superarlo y necesito esta ayuda. Si nadie me ayuda será otro suicidio más, pero a ellos les da igual. Pero aunque no tengo sueños ni ilusiones sí tengo una esperanza de que alguien me escuchará y me ayudará a adaptarme en la sociedad. Si no, después de que termine esta condena pequeña, que son dos años y cuatro meses, cuando salga volveré a tener todos esos problemas y esta vez peor porque ahora ya no tengo a nadie. Estoy solo, mis hermanos desde que murió mi madre se han ido olvidando y no sé nada de ellos. Y mis tíos cuando les he llamado tampoco sé nada, o sea, que sé que estoy solo y todavía sería peor que la última vez que salí. Por todo esto estoy tan preocupado, porque quién quiere vivir sabiendo lo que te espera y de momento no es nada bueno a no ser que alguien se preocupe por cambiar las cosas que eso es lo que mi mente me dice que no hago, que me queda tan solo una oportunidad más de intentarlo.

Ya veis como están mis ánimos, la verdad es que me lo he pensado mucho antes de escribiros porque esto es bastante personal. Pero pienso que sí es cierto que tampoco soy el único con ese problema, lo tenemos muchos presos, la mayoría somos ex toxicómanos y llevamos 20 años o más en prisión, y todos hemos salido en libertad y por motivos diferentes hemos vuelto a prisión. Con todo esto os pongo algo más para exponer cuando volváis a reivindicar. No sé como estáis ahora ni lo que estáis haciendo, solo sé lo que me habéis escrito. Y me gustaría que independientemente de que me podáis ayudar o no, que sigáis escribiéndome y si conocéis a alguien que me pudiera ayudar me gustaría que me pusierais en contacto con quien sea.

Raúl Tomás Cuenca

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Reinserción No, Laberinto: Reflexiones De Un Preso Con Muchos Años Pagados

Cadena perpetua Desde dentro

CRITERIO DE LEY

Nosotros, la población reclusa, obtenemos los escasos beneficios penitenciarios dependiendo de los criterios objetivos y subjetivos de los equipos de tratamiento de los centros penitenciarios. En España hay un alto porcentaje de internos que cumplimos todos los requisitos objetivos para obtener “beneficios penitenciarios”, desde un trabajo pasando por un permiso ordinario hasta la libertad condicional. No entiendo el porqué, esta gran mayoría cumple sus condenas íntegras o, en el mejor de los casos, solo cuando nos quedan unos pocos meses para acabar de cumplir, nos dan un par de permisos; literalmente, una propina, para que salgamos en libertad con una sonrisa.

La pregunta que nos hacemos muchos internos es ¿para qué sirve el reglamento penitenciario? Pues no hace falta ser muy inteligente para deducir que, por muchos artículos de dicho reglamento que beneficien al reo, el mismo equipo de tratamiento nos los echa para atrás, cuando el mismo reglamento dice que cualquier beneficio penitenciario depende del criterio del mismo equipo. Pero lo peor de todo es que dependemos de unas personas que apenas conocemos y que, por supuesto, apenas vemos, pues sólo nos atienden en una entrevista personal una vez cada seis meses, cuando nos van a revisar el grado y siempre para hacernos las mismas preguntas. Pero la pregunta que nos hacemos nosotros es cómo podemos confiar los internos en una equipo de tratamiento que no tiene ningún tipo de empatía ni apenas trato con nosotros: te llaman una vez cada seis meses, te hacen cuatro preguntas y hasta dentro de otros seis meses. Y, cuando te niegan el permiso a pesar de que cumples todos los requisitos objetivos que requiere el reglamento penitenciario, te argumentan simplemente que no estás preparado para tener una vida en semilibertad por motivos subjetivos. Y como para la mayoría de los jueces de vigilancia penitenciaria pesa más el criterio que el reglamento, pues a cumplir la condena íntegra. Mientras no haya un beneficio que sea decretado por ley, mientras no se obligue a los centros por algún artículo y se derogue el criterio de los equipos, seguiremos en al misma situación.

La excarcelación por enfermedad es otro de los derechos que tenemos los reos que en la mayoría de los casos, más de un 90%, no se cumplen. Un pensamiento de los equipos de tratamiento de los centros penitenciarios es otorgar este beneficio justo cuando a las personas afectadas les quedan pocos días para morirse, siempre saliendo del centro penitecianciario al hospital. Sin dar la mínima opción a que puedan morir en un entorno familiar, en sus propios hogares. Según este pensamiento, la persona gravemente enferma, en lugar de aprovechar para bien esta medida que está en el reglamento penitenciario, la utilizará para delinquir. Esta es la retorcida manera de pensar de un grupo de “profesionales” que se olvidaron su corazón en la entrada de los centros penitenciarios y aún no se han dado cuenta de que entran a trabajar sin él. Pero lo peor de todo, para mí al menos, lo más grave es que estas actuaciones son avaladas tanto por los jueces como por los gobiernos.

AISLAMIENTO

Creo que la finalidad de que un interno acceda a este lugar es para separarte de tus compañeros, cuando demuestras una agresividad que pone en riesgo su integridad. Al menos debería de ser así, y en muchos de los casos no tengo ninguna duda de que es correcto. El problema es el trato que nos dan los carceleros en este departamento. Digo el trato, aunque sería mejor decir el poco o ningún trato, porque, una vez que acabas en el módulo de aislamiento, eres totalmente olvidado por ellos.

Yo, personalmente, han sido muchas las veces que he acabado en este lugar y casi siempre solo me abrían la puerta para darme la comida o la medicación. El timbre para llamar a los carceleros era mejor no pulsarlo, pues, si lo hacías, venían con las porras para recordarte con ellas en la mano que no debías hacerlo. El ninguneo, los malos tratos, vejaciones, insultos y un etcétera inacabable de detalles que podría enumerar sobre cómo se nos trata en este departamento. Y el problema no es sólo esto, sino que los médicos hacen oídos sordos sobre esta cuestión. Estamos totalmente olvidados y, cuando denunciamos sobre estos asuntos, fácilmente nos desacreditan. Es muy fácil desacreditar a un reo ante un juzgado, incluso ante la prensa. Somos delincuentes, estamos acostumbrados a mentir en cualquier situación, a no respetar a nuestros semejantes, por eso digo que a la hora que los carceleros quieran airearse de estas denuncias, con decir cualquier barbaridad sobre nosotros lo tienen todo ganado.

Incluso en los juzgados, esta clase de denuncias no les interesan, pues es lo que han demostrado a lo largo de mis condenas. A mí, en lo personal, me han dado tales palizas que me han dejado el cuerpo marcado con hematomas. Cuando he denunciado rápidamente, el juzgado instrucción ha tardado varios meses en enviar un forense para reconocerme. Claro, una vez transcurrido ese tiempo, ya no queda ninguna huella de la paliza. Es todo un engaño sobre el papel. Lo que quiero decir con esto es que, una vez que ingresamos en los módulos de aislamiento, estamos totalmente anulados y a merced de los carceleros, actuando ellos a su antojo sobre nosotros.

No hablo más sobre esto, porque me pongo enfermo, y con esto acabo, que con estos y otros hechos, un interno, con el paso del tiempo, durante la condena, va acumulando mucho odio, hasta el punto de que cuando llegue el día de salir somos una bomba en la calle.

MALOS TRATOS

Por desgracia, en estas casas he sufrido muchos abusos y palizas por parte de los funcionarios. Siempre venían en manada, como lobos hambrientos.Y lo cierto es que sobre esto me cuesta decir algo, pues, si no tienes un buen abogado que le untes bien de dinero poco puedes hacer. No sé las denuncias por malos tratos que he cursado y, a pesar de que en la mayoría de ellos me han dejado la cara y el tórax como un cromo de los hematomas, venía el médico forense a verme a los tres meses aproximadamente de darme la paliza, cuando, os lo podéis imaginar, todos los hematomas habían desaparcido. Y, como no tengo pruebas materiales, imágenes, testimonios o partes de lesiones y, como ellos tienen presunción de veracidad, mi palabra no vale una mierda. Lo dicho, a no ser que tengas un buen abogado que le untes bien de dinero, para exigirle al juez, entre otras cosas, que se presente el médico forense en el día, poco puedes hacer.

Sé que es jodido decir esto, pero es la realidad y, como he dicho antes, a la sociedad estos asuntos le importan una mierda. Ojalá hubiera jueces o subdirectores de seguridad competentes que supieran y quisieran frenar estas acciones, ojalá desaparecieran de las cárceles estos abusos violentos, pues, si fuera así, estoy completamente seguro de que nosotros, la mayor parte de los presos, al salir, lo haríamos sin ese odio que ilumina nuestros ojos.

CONFORMISMO

Esto debe de cambiar. Eso sí, lo que no entiendo es cómo nosotros estamos sufriendo estas situaciones y no nos hemos rebelado ¿O es que hemos aprendido a ser conformistas? Veo como los internos nos callamos sobre todo esto, lo pasamos en silencio, como si ya nos hubiéramos resignado. Como ya he dicho antes, todo esto debe cambiar, porque la reflexión que yo hago es: ¿para qué portarnos bien en la prisión, si el resultado va a ser el mismo? Es complicado explicar una reflexión sobre el conformismo. Quizá la mejor forma sea comparar generaciones diferentes. Desde los años ochenta hasta el día de hoy, el perfil de los presos en las cárceles españolas ha experimentado un cambio notable, acentuándose en los tiempos actuales la pasividad ante cualquier situación. Viendo a diario sin reaccionar siquiera injusticias que repercuten sobre nosotros: malos tratos, abusos de autoridad, engaños, chantajes, etc, etc. Hay que decir que siempre hay alguno que se rebela ante estos hechos. Por supuesto, aún quedan internos despiertos que les queda algo de orgullo, aunque son pocos y van quedando menos a medida que pasa el tiempo. Cuando la dirección de un centro observa en un interno este tipo de perfil, rápidamente lo traslada de prisión o toma medidas similares, más que otra cosa, para que no se agite el rebaño.

Quiero remontarme en principio a los años ochenta, pues en esta época conocí las prisiones por primera vez y es una buena forma de tomar referencias. En aquellos tiempos, nosotros los internos estábamos mucho más unidos. Ante cualquier situación agresiva por parte de los profesionales del centro, los presos reaccionábamos en grupo, sin dejar que cometieran ningún tipo de abuso con ninguno de nosotros. Son muchos los casos que puedo enumerar. Por ejemplo, cuando venía la comida en mal estado o mal elaborada; o cuando se querían llevar a alguien para aislamiento sin motivo justificado, y un largo etcétera. Cuando ocurría este tipo de situaciones, nosotros nos uníamos y nos rebelábamos ante ellas. Ellos, me refiero a los carceleros, lo llamaban motín, nosotros lo llamábamos que nos pisaban nuestros derechos. Lo cierto es que en aquella época los patios de las cárceles eran más agitados, incluso había más violencia entre nosotros, también había más droga, más pinchos… Todo este tipo de situaciones es cierto que eran más negativas, pero no nos dejábamos pisar por los carceleros ni chantajear por los equipos técnicos. A pesar de tantas diferencias que teníamos los presos, a la hora de estar unidos, lo estábamos, éramos un colectivo.

Estoy seguro de que con estos hechos, la dirección de los centros penitenciarios estudiaron la manera de separar individualmente a los internos para deshacer el colectivo y frenar este tipo de comportamientos, y no les resultó muy difícil. Primero empezaron a chantajear con la metadona, retirando las tomas a aquellos internos que enseñaban los dientes y, en algunos casos, a internos que los llevaban a aislamiento, no se la daban hasta el día siguiente. Los internos, por no pasar este tipo de abstinencia o, vulgarmente, “mono” empezaron a tener un poco más de cuidado con sus palabras y con sus hechos, pues los internos que tomábamos metadona no nos podíamos permitir el lujo de estar cuarenta y ocho horas sin la toma.

Después, llegaron los módulos terapeúticos y de respeto, que fueron un verdadero éxito para los directores de los centros penitenciarios, y una herramienta que para los equipos técnicos funciona muy bien, pues es donde han sabido, por fin, individualizar a los internos con una rotundidad asombrosa, hasta el punto en que somos chantajeados sin ni siquiera darnos cuenta. Nos prometen, si vamos a estos módulos, que vamos a tener una mejor convivencia y que se nos darán todos los beneficios penitenciarios, desde un primer permiso hasta la libertad condicional, pero para conseguir estos logros debemos de cumplir con una serie de actividades y terapias para cumplimentar nuestro tratamiento individualizado. En un principio, así fue. Es más, íbamos a estos módulos internos con problemas de drogas, ya curtidos en prisiones, con largas permanencias. Pero esto sólo sucedió durante un tiempo. Poco a poco, fueron recortando permisos a los internos y ya ingresaban a estos módulos internos de otras características y, sobre todo, internos que ingresaban en prisión por primera vez y a este tipo de internos, a los primerizos, se les puede manipular muy bien.

A día de hoy, estos módulos parecen compañías militares, con una disciplina por la que la gente se inclina a lo que quiera la dirección de los centros, pero sin obtener los beneficios penitenciarios que fueron prometidos al principio. Hasta no llevar casi toda la condena cumplida no te dejan salir de permiso. Es cierto que el perfil de internos que entran ahora en estos módulos suele ser el de internos que entran en prisión por primera vez, y los que no son nuevos, llevan un tiempo considerable con buen comportamiento. A los primerizos se les manipula muy bien, pues sólo conocen las prisiones por lo que les han contado en la calle o han oído o visto en los medios de comunicación. Y el resto de los internos que ingresan en este tipo de módulos también es muy fácil de manipular y engañar, pues a estos les prometen beneficios que nunca llegan.

Es como si todos nosotros nos pusiéramos una venda en los ojos para no ver nada, dejando que nos guíen a su propio capricho y hagan con nosotros simplemente NADA, dejando que cumplamos nuestras condenas sin ningún tipo de beneficio penitenciario y, si ofrecen a algún interno algún permiso de salida, lo hacen cuando su condena está casi cumplida, lo justo para salir, como máximo, un par de permisos. Y, mientras tanto, nos tienen dentro de los módulos de respeto, limpiando, haciendo terapias y cursos que no sirven para nada pero sí están subvencionados por el estado, que realmente es de lo que se trata, un negocio y un transcurso del tiempo. Algún interno de los módulos de respeto se da cuenta de lo que se trata o, simplemente se cansa de recibir notificaciones de los permisos denegados, y se rebela. Pues, simplemente, el equipo técnico le da de baja del módulo de respeto y lo traslada a un módulo convencional, para que no caliente a sus compañeros. Así funcionan en los módulos de respeto.

Engañados, chantajeados y traicionados por las direcciones de los centros penitenciarios que deberían ser las primeras en dar ejemplo de moralidad. Claro, luego salimos en libertad con la condena cumplida íntegramente, con unas formas de agresividad que es cuestión de tiempo que volvamos a entrar en prisión. Y a todo esto el estado lo llama reinserción. Yo, personalmente, lo llamo laberinto.

NO PERMITAMOS QUE NOS DIVIDAN PARA NO SER VENCIDOS

Con el paso de los años, he visto como los internos de los centros penitenciarios se han ido dividiendo, hasta el punto de que hoy en día una gran mayoría de la población reclusa están totalmente anulados. El detonante de esta actitud de la mayoría de los reos es sin duda la manipulación hacia nosotros de aquellos que dirigen las prisiones. Los engaños, las falsas promesas, sobre todo, nos hacen creer en unas metas que cuanto más cerca pensemos que nos encontramos de finalizar nuestras condenas más lejos estamos.

Nos hemos acostumbrado a adaptarnos a cualquier situación, incluso sabiendo que se están cometiendo abusos de autoridad, actuamos como si no ocurriese nada, sin luchar o, mejor dicho, sin reclamar, resignados a que esta situación sea el pan de cada día. Actuamos de esta manera por miedo, pero no por miedo físico, sino por miedo a lo que pasará mañana. Si actuamos de forma contraria a esta reflexión y, sobre todo, de forma valiente, pensamos que vamos a perder algún beneficio penitenciario que, por supuesto, nunca llega. Y digo esto porque el miedo es una de las armas que usan los profesionales de los centros penitenciarios para tenernos distanciados entre nosotros, pero, sobre todo, totalmente anulados.

Aunque aún a día de hoy nos encontramos internos que no doblan la rodilla ante ninguna situación y, en vez de tener compañeros que les apoyen, compañeros que abran los ojos, que activen todos los sentidos para darse cuenta de que, si no estamos totalmente unidos, seguirán haciendo con nosotros lo que ellos quieran. Mientras muchos de nosotros no estemos con esta actitud, los que no doblan la rodilla serán aislados o trasladados de prisión en prisión, sin dejar que se acomoden en ningún centro. Y, por supuesto, a estos se les anula con mayor facilidad, por el método del aislamiento.

Hay otras herramientas para conseguir de nosotros esta finalidad. Hemos hablado del miedo, pero también existe la medicación que también funciona de forma excelente para tenernos totalmente divididos y, por supuesto, anulados. Con la toma de tanta medicación, a veces demasiada para una sola persona, anulamos nuestros deseos de mirar hacia mañana, enfocando el día en conseguir más medicación u otro tipo de droga. De esta forma no nos damos cuenta de la situación en que nos encontramos. Incluso me atrevería a decir que para el equipos técnico es mucho más fácil tratar con los internos bajo los efectos del colocón, hablando vulgarmente. Sí, bajo los efectos del colocón. Lo cierto es que es una verdadera pena hablar así, pero es la realidad.

He hablado del miedo, del aislamiento, de la violencia, de la medicación y de los módulos de respeto. Son herramientas para tenernos divididos, aunque, por supuesto, a un preso se le puede divididr y anular de muchas maneras. Debemos abrir los ojos o quitarnos esa venda y ver las cosas con claridad, pero, sobre todo, dejar de pensar solamente en nosotros mismos para fortalecer la unión, pues la unión, siempre PACÍFICA, es la mejor arma que podemos tener los presos de todo el país, pues mientras no estemos unidos seguirán haciendo con nosotros todo aquello que el equipo técnico considere oportuno, es decir, NADA.

Jorge Alfonso Vázquez Campillo, Chino

Boletín Tokata Noviembre 2022

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La Lucha Puede Y Debe Continúar

 

Cárcel=Tortura Cadena perpetua Debate sobre objetivos y medios de lucha Desde dentro Módulos de vergüenza

Cadena perpetua Internacional

 Esta concentración ha sido suspendida por deseo expreso de Claudio que ha pedido que hasta que los jueces resuelvan sus recursos no se realicen acciones ante/contra las delegaciones diplomáticas francesas.

Cadena perpetua Presxs en lucha

Por correo eléctrónico hemos recibido el siguiente comunicado donde se actualiza la información sobre la situación en la que se encuentra el preso anarquista Gabriel Pombo a Silva.

Con este comunicado queremos informar sobre la situación jurídica actual que sigue impidiendo la liberación de nuestro compañero anarquista, pese a que hayan pasado dos años desde su arresto (recordamos ilegal). Se hace evidente la voluntad de lxs verdugxs con toga de seguir secuestrando a Gabriel. Con cualquier medio que sus poderes (casi) ilimitados les permiten, abusan demostrando su voluntad de seguir convirtiendo el tiempo en arma.

La tristeza del mensaje jurídico (que usamos de manera sintética y fría) se convierte en fuerza sabiendo que nuestro compañero se encuentra muy bien de salud y de ánimo, pese a esta situación, y pese a los tratos discriminatorios que está sufriendo desde hace meses tras haber rechazado la “vacuna” anti-Covid (no le permiten tener vis-a-vis y puede recibir visitas exclusivamente por locutorio). Como siempre está invirtiendo su tiempo (en sus manos como en la nuestras también el tiempo se puede convertir en arma) leyendo libros, recibiendo y escribiendo cartas, dedicándose a traducciones y a ejercicios físicos y a proyectos de libertad que esperamos puedan materializarse cuanto antes. -Ha sido anulada retroactivamente la intervención de las comunicaciones (antes del verano pasado la Audiencia Provincial, con sentencia firme, estableció la “no peligrosidad del interno”). En respuesta la cárcel se vengó denegando el segundo permiso por “pertenencia a bandas armadas” (el recurso ha sido desestimado con la excusa de la “lejanía de la fecha de cumplimiento” -noviembre del 2030-, sin entrar en el asunto de la injustificada y falsa acusación de “bandas armadas”… ¡fíjense en el plural!. Hasta que no se modifique esa fecha de cumplimiento no es posible pedir otro permiso. – La respuesta del tribunal supremo relativa a la posibilidad de refundición a 20 años hubiera tenido que llegar el otoño pasado, pero la procuradora responsable de la tramitación del recurso no lo tramitó, haciéndonos perder 6 meses (cloacas jurídicas de estado parte 1). El mismo tribunal volvió a admitir el recurso y hay que volver a computar otros 5 o 6 meses mínimo de espera.

– Durante todos estos meses la jueza Alcázar Navarro del Juzgado numero 2 de Girona nunca contestó a la petición relativa al Código Penal que se aplica a Gabriel pese a la evidencia de que se le esté aplicando el del 1973 (de otro modo no le hubieran aplicado redenciones). A final de septiembre la jueza Navarro pasó su trabajo a la jueza Fontana Rodríguez De Acuña que, demostrando seguir la misma linea de su colega (dilatar los tiempos sabiendo que tenemos la razón), nos obligó a presentar queja al Consejo General del Poder Judicial que, finalmente, acogió la misma e indujo el tribunal de Girona a contestarnos. La susodicha jueza ha negado la acusación de “dilación indebida” y “abuso judicial” dado que “se trata de un tribunal con mucho trabajo” y que “al señor Pombo no le se ha supuesto ningún daño”. Esta respuesta nos legitimó a recurrir al Tribunal Supremo ganando uno de nuestros objetivos: quitar de una vez el poder de decisión al Juzgado numero 2 de Girona. Hay que esperar 4/6 meses para que el Tribunal Supremo se pronuncie definitivamente con respecto al código penal que se aplica a Gabriel.

– Seguimos a la espera de que reconozcan a nuestro compañero todas las redenciones que faltan para luego darle la libertad por cumplimiento. Esperando el día en que por fin se pueda leer negro sobre blanco que el código penal aplicado es el de 1973, nos hemos adelantado pidiendo al Juez de Vigilancia Penitenciaria de León parte de la respectiva documentación… en respuesta llegó la documentación “equivocada” relativa a las redenciones que ya fueron reconocidas el año pasado. Ese “error de despacho” (cloacas jurídicas de estado parte 2) nos está haciendo perder más tiempo todavía.

– El tribunal europeo de Derechos Humanos ha desestimado nuestra petición de reconocimiento de la violación de los mismos (ningún asombro).

– Deberían llegar en breve novedades por parte del tribunal de Derechos Europeos al cual ya hemos recurrido para denunciar la ilegitimidad de la OEDE (Orden Europea de Detención y Entrega) emitida en el 2019 (ilegalidad por violación del principio de especialidad, uno de los pilares del derecho europeo a raíz del cual Gabriel no hubiera podido ser detenido).Gabriel manda un fuerte abrazo cargado de coherencia y determinación a todxs lxs luchadorxs dignxs del mundo.

¡Compañero, no estás solo!
¡Gabriel libertad!
¡Todxs libres!
¡Viva la Anarquía!

Para escribir a Gabriel:

Gabriel Pombo Da Silva
C.P. de Mansilla de las Mulas
Paraje Villahierro, s/n
24210 Mansilla de las Mulas
León

Cadena perpetua

Es el mismo Claudio Lavazza a través de una entrevista telefónica con radiocane.info quien actualiza la situación personal y jurídica que está atravesando en los juzgados y cárceles francesas donde lo mantienen recluido a la espera de que se le reconozca la libertad de la que debería estar disfrutando. La transcripción y la traducción la tomamos del blog https://claudioaskatu.wordpress.com/

Puedes escuchar la entrevista en el reproductor:

P: Probablemente quienes te escuchan ya han tenido la oportunidad de conocer a través de tu biografía, los hechos que has vivido a lo largo de tu largo encarcelamiento en las cárceles españolas. Comencemos ahora con el proceso que motiva su actual detención en Francia. ¿A qué hechos se refiere este proceso?

R: Efectivamente, tengo una sentencia de 10 años impuesta por el Tribunal de lo Penal de París el 8 de noviembre de 2019, por robo con armas y secuestro. Esta pena fue reducida hace poco, hace una semana, a cinco años. Y mi fecha de liberación está prevista para el 16 de mayo de 2025, así que dentro de tres años. Ello se debe a un cálculo de los créditos por reducción de penas que hizo la Fiscalía de Mont-de-Marsan, partiendo de 30 años en lugar de 25, como límite legal de acumulación de condenas en el ordenamiento español. Bueno, si procuradora de la Républica hubiera establecido este límite, si hubiera hecho cumplir este límite, habría tenido que liberarme de inmediato. En cambio, cambió de opinión, porque ahora considera que se debe aplicar la ley francesa. Un análisis doblemente erróneo, como ya le ha dicho mi abogado en una carta. Técnicamente, se explica de esta manera, solo para entender, de hecho, si el artículo 132-23-1 del código penal francés dice que se deben tener en cuenta las condenas pronunciadas por las jurisdicciones penales de la Unión Europea, a condición de no agravar la situación de los condenados. El límite legal, pues, de 30 años de acumulación en la legislación francesa, sería válido, entre comillas, si hubiera sido condenado a cadena perpetua. Este límite se reduciría a 20 años si mi sentencia hubiera sido de 30 años, ¡pero son 25 años! Así que el error deliberado del fiscal es evidente. Es el artículo 362-2 del Código de Procedimiento Penal francés. Técnicamente es bastante sencillo de entender, pero cuando detrás hay una voluntad política que se opone a la libertad, todo se vuelve reivindicativo.

P: ¿Nos actualizó sobre su situación respecto a la condena residual a cumplir en Francia, precisamente, con su defensor qué procedimiento ha acordado para enfrentar los intentos de la justicia francesa de prolongar esta odisea suya?

R: El procedimiento que hemos adoptado con el abogado es una carta presentada al Fiscal de la que le hablé anteriormente. Luego se interpuso un recurso ante la Fiscalía General de Pau, y ahora estamos a la espera de lo que digan los jueces. En definitiva, la procuradora se liberó de una carga, confiando la responsabilidad de mi liberación al Tribunal de Apelación de la Fiscalía General de Pau. Simplemente no tenía ganas de asumir la responsabilidad. Si lo hubiera hecho al comienzo de mi detención aquí en Francia, en lugar de esperar 9 meses, nos habría ahorrado muchos dolores de cabeza. Sí, porque al principio en un escrito de fecha 12 de noviembre de 2021, enviado al magistrado de enlace de Madrid, admitía que si el límite legal de la acumulación de condenas en el derecho español era de 25 años, tenía que dejarme inmediatamente en libertad. Suponiendo que la ley española tuviera ocasión de ser aplicada. Claramente, como dije al principio de la entrevista, cambió totalmente de opinión. Le enviaré el recurso presentado, la carta a la Fiscalía. Para agregar entonces está la propuesta de mi abogado, que he considerado seriamente, de pedir en paralelo una medida de libertad condicional y también una «continuación» de las penas. Pero primero esperemos lo que digan los jueces de la Audiencia de Pau, luego ya veremos.

P: Hemos visto por un lado los recursos y procesos judiciales, y por otro lado la movilización solidaria de cuantos y cuantos te quieren en libertad de inmediato. ¿Crees que lo que se puede hacer aquí influye en las decisiones de quienes aún te mantienen tras las rejas?

R: Movilización solidaria… ¡es buena! ¡Muy bien! De lo contrario. Leí los escritos y los carteles impresos… hicisteis un muy buen trabajo, ¡eh! Digamos que estamos en un terreno de demandas judiciales, de las cuales estoy de acuerdo con la estrategia a utilizar para lograr que se apliquen sus artículos de ley, ya reconocidos en un trato muy similar al mío, que mi abogado había obtenido no sin algunas dificultades para el Tribunal de Apelación de Versalles, el asunto “Frigerio”.Ayer mismo mi abogado encontró una sentencia, la segunda, de otro asunto un poco como el mío, y la envió a los jueces de Pau. Esta situación de demandas legales me da un poco de risa… no está en nuestra naturaleza la legalidad del sistema de dominación, que nos causa dolor de estómago como siempre. Pero aun así le mostramos que los que se «saltan» las leyes son los que las hicieron y no nosotros

.P: Volvamos a España por un momento. Al final de su encarcelamiento en ese país, fue alcanzado por un decreto de expulsión. ¿Puede darnos algunos detalles sobre esta disposición? ¿Ha emprendido acciones legales para oponerse o cancelarlo?

R: Al principio si, al principio cuando yo estaba todavía en España tomamos unas iniciativas con un abogado de oficio, que me asignaron, pero después me mandaron aquí a Francia y de momento no hemos hecho nada en ese sentido. Creo que se harán en su momento, de momento tengo otros quebraderos de cabeza.

P: Observamos que para los presos políticos impenitentes no sólo se aplican leyes especiales como ha sucedido en el pasado. El estado está creando un régimen de excepción donde todas sus hostilidades están permitidas. Lo hemos visto pasar recientemente también en Grecia, con la huelga de hambre de Dimitris Koufondinas, lo vemos pasar de nuevo con tu caso. ¿Cuál crees que debería ser la respuesta de los presos políticos y del movimiento anarquista? ¿Cómo cree que se puede organizar una lucha internacional que asegure que al menos se apliquen los derechos reconocidos a los presos políticos?

R: Antes que nada hay que decir que hay que enfocarse en las protestas y movilizaciones, como dije antes, en mi caso particular están bien, de hecho recibo muchas cartas, de solidaridad que me hacen sentir menos solo. De hecho, hay que decir que nunca he estado solo en todos estos años en prisión. Esta vez, sin embargo, la solidaridad que me dais es lo más importante, porque se trata de libertad. Y aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos. Son tantas cartas que al final, no sé…, se cansarán de recibirlas, serán las autoridades penitenciarias las que pedirán a los jueces que me manden fuera para que no me cabree nunca más. En cuanto a las movilizaciones, en general, creo que cada uno de nosotros sabe, caso por caso, cómo moverse en este ámbito. Mi situación no es extrema, vale, hay años, 25 años y no están reconociendo un artículo de la ley, eso es lo que generalmente hacen y por lo tanto… cada uno de nosotros debe evaluar la situación personal. Yo creo que en un principio, las protestas, las movilizaciones desde este punto de vista legal, son perfectamente lógicas, ¿no? Y entonces bueno, entonces no estoy en una situación de peligro inminente de vida, no estoy en huelga de hambre, no estoy en el último minuto, no tengo una enfermedad grave. Entonces, digamos que no hay tal urgencia en mi caso. Solo queda esperar, tener paciencia y moverse en este terreno legal, de momento, claro. Entonces sí, hay compañeros que no pueden esperar, su vida está en peligro y por lo tanto, tal vez haya que hacer un poco más de presión política. Pero bueno, en mi caso en particular creo que es muy bueno.

P: Escucha, para cerrar esta charla, volvamos por un momento al reino de la vida cotidiana reclusa que estás viviendo. ¿Qué diferencias, si las hay, puede ver entre los sistemas penitenciarios francés y español? ¿Notas alguna diferencia en la composición de la población penitenciaria que has tenido la oportunidad de conocer?

R: Básicamente las diferencias entre la cárcel francesa y la española… Actualmente estoy en un módulo de respeto como lo estuve en España, y no está nada mal. La diferencia aquí es la exagerada lentitud administrativa. Francia es el país en el que debes tener mucha paciencia para que se reconozcan tus derechos. Tanto aquí, como en todas partes del mundo, hablando de prisión, la mejor manera de no ir a ella es no entrar nunca en ella, pero si estás en ella, como me gusta decir recordando los viejos tiempos, «el que pelea puede perder, quien no lo hace ya ha perdido”. Diferencias con los internos… básicamente no hay una gran diferencia. Hay situaciones personales donde hay personas, presos que se oponen a las injusticias con sus medios, pero siempre son situaciones individuales y aisladas. No hay presencia de grupo donde ante situaciones de injusticia todos se interesen, se bloqueen los radios, se hagan los paros de trolebuses… por el momento aquí donde estoy, no he visto nada por el estilo. Diferencias administrativas a nivel de control y represión… por ejemplo, aquí las cartas se entregan abiertas, es decir que no se pueden cerrar, porque las leen y las fotocopian y se las envían al juez. Si están en un idioma extranjero, lo traducen y luego lo envían al destinatario. En España, sin embargo, sólo el juez puede autorizar la apertura de estas cartas. Desde el punto de vista forense, si tienes, no sé, dolor de muelas, antes de que te la saquen… buenas noches…, pasan los meses. En España hay un servicio de pago, si te duele mucho puedes recurrir a este medio, con cincuenta euros te sacan la muela. Aquí, sin embargo, este servicio no existe y hay que esperar a que lleguen los analgésicos. Para casos urgentes, no hay problemas. Hubo un período de hacinamiento. Estaba en una celda solo, una celda pequeña, cuando me dijeron que me pondrían con otro preso, obligado a dormir en el suelo, porque solo hay una cama en la celda. Así que todas las noches echamos suertes para ver quién iba a dormir en la cama yqién en el suelo. Le pedí al abogado que lo denunciara al director y al instituto que se ocupa de los jefes de la prisión. A los cuatro días tuve la respuesta, me cambiaron de módulo y ahora vivo solo en una celda, como todo el mundo. Cuando consigues que el abogado se mueva, la administración te toma en consideración, pero si no tienes abogado, puedes hacer crecer la hierba… te arriesgas a esperar meses con otro preso en una sola celda. Entonces hay que decir que yo ya había sido sentenciado y desde hacía más de siete meses vivía en forma de cotización, presos que aún no han sido juzgados. Así que el cambio de forma sólo tenía razón para denunciar el hecho de ser dos en una celda de uno. Ahora aquí está un poco mejor, en el otro módulo donde estaba antes, en cambio el problema es que todo el módulo está confinado por el virus. Hace un rato me cerraron la celda diciéndome que este módulo de aquí, el CD 1, está confinado por el momento. Así que ayer se difundió, por supuesto, como debió ser, porque no tiene barreras.En general no hay mucha diferencia, de hecho aquí en Francia han copiado el principio del «módulo de respeto» de España. El módulo de respeto es un módulo un tanto particular, donde tienes ciertas obligaciones, ciertos deberes, ciertos hábitos, comportamientos. Por ejemplo, la obligatoriedad de tener 25 horas de actividad a la semana, que tú eliges, las actividades que existen son infinitas. Estoy haciendo muchas horas de actividad por no quedarme en la celda. Hago deporte… francamente, es mejor aquí que en otros lugares, pero bueno, la prisión es la prisión… ¡Quería agradecer sinceramente a todos por su presencia, dar un abrazo a todos y todas!

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La procuradora (fiscal) Célin Bucau del tribunal de Mont de Marsan, tras meses de pretextos para no realizar la acumulación de las condenas de Claudio, el día 11 de enero, decidió que dicha acumulación debe realizarse a 30 años, en vez de 25. Y ha establecido el 16/05/2025 como fecha de excarcelación.

La Justicia francesa añade así 5 años (de los 10 a los que Claudio fue condenado en Francia) a la acumulación que ya se hizo a sus condenas en España.

Ahora que la acumulación ha sido definida, el abogado puede presentar un recurso ante el tribunal de apelación (court d’appel) de Pau, para que nuestro compañero sea excarcelado en régimen de libertad condicional, dado que, teniendo en cuenta los meses de redención de pena (que en 25 años son muchos), Claudio podría disfrutarlo ya.

Pasados unos 15 días debería llegar la respuesta al recurso.

Para escribir a Claudio: 
 
Claudio Lavazza
 
Numero d’ecrou 11818
 
Etablisement  penitentiaire Mont de Marsan
 
CD1, Cellule 51
 
Chemin de Pemegnan BP90629
 
40000 Mont de Marsan (France)
 
La dirección del tribunal de apelación competente:
 
Tribunal judiciaire de Pau – Cour d´appel
 
Place de la Liberation
 
64000 Pau (France)

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Actividad en la calle Cadena perpetua Presxs en lucha

Reproducimos el texto y la petición de solidaridad que nos llega vía correo electrónico con un llamamiento a las autoridades que mantienen encarcelado a Claudio Lavazza  por más de 25 años. En el siguiente enlace hay referencia a distintas publicaciones que hemos hecho relacionadas con él así como algunos escritos suyos: más información de Claudio Lavazza en Tokata.

Claudio Lavazza es un anarquista de acción que ha pasado los últimos 25 años en cárceles españolas y francesas. Militante en la agitación armada de la década de 1970, después de ser encarcelado en Italia por las actividades de los PAC (Proletarios Armados por el Comunismo), su vida se pasó entre la clandestinidad, la fuga y una enemistad obstinada y nunca interrumpida contra bancos y autoridades, así como una solidaridad siempre disponible con los movimientos subversivos que halló en su camino.

Detenido en 1996 en España tras un tiroteo a raíz de un robo en un banco que salió mal, se involucró en la lucha contra las prisiones especiales de España, el régimen de la FIES al que fue sometido durante 8 años. Después de 24 años de cárcel, fue extraditado a Francia [en julio de 2018] donde le esperaba una condena de 10 años de cárcel por un importante robo en una sucursal de la Banque de France en 1986.

Pese a que la legislación de la Unión Europea establece que la acumulación de condenas cumplidas en España puede absorber esta condena, y que Claudio debería haber sido puesto en libertad el 11 de diciembre, el fiscal del juzgado de Mont-de-Marsan que se encarga de su caso sigue utilizando excusas y pretextos para retrasar la liberación de Claudio. Se trata de una nueva venganza del Estado para castigar a un revolucionario consecuente que nunca ha negado su pasado y sigue afirmando la necesidad y el valor de la lucha contra el Estado y el Capital.

A partir del próximo 7 de enero, con la reapertura de las oficinas judiciales francesas, hacemos un llamamiento a la movilización para que las autoridades responsables desbloqueen la liberación de Claudio. En breve también estará disponible un cartel de solidaridad internacional anarquista en varios idiomas (se distribuirá una dirección de correo electrónico para solicitar copias).

Los datos de contacto de las autoridades responsables de prorrogar la prisión de Claudio son los siguientes:

La fiscal adjunta Céline Bucau: Celine.Bucau@justice.fr

Secretaría del ministerio fiscal +33 5 24290418

Registro de ejecución de sentencias +33 5 24280457

Juzgado penal de Mont-de-Marsan 249, avenue du Colonel Rozanoff. 40011 Mont-de-Marsan cedex

También estamos actualizando la dirección para escribir a Claudio (¡Es importante que las autoridades penitenciarías sepan en estos momentos que Claudio no está solo ante el acoso judicial!), ya que nuestro compañero fue trasladado recientemente a una sección “para condenados definitivos” en la misma cárcel donde se encuentra desde su llegada a Francia:

Claudio Lavazza

n. écrou 11818, CD 1 cellule 5, 1D

CP de Mont-de-Marsan

Chemin de Pémégnan

BP 90629

40000 Mont de Marsan (FRANCE)

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