Reflexiones Por Y Para La Unión, Por «Jaro»

De la muerte surge la vida, del dolor surge esperanza. Esto lo he aprendido durante estos largos años de pérdida. De pérdida pero nunca de desesperación, nunca he perdido las esperanzas ni tampoco la creencia absoluta en lo justa que es mi causa, que es la supervivencia de mi pueblo.

No sé cómo salvar el mundo, no tengo la respuesta presente. Yo sólo sé que sin compasión ni respeto hacia todos los seres de la tierra nadie de nosotros podría sobrevivir. El futuro, nuestro futuro común, el de todos los pueblos debe basarse en el respeto.

Nuestro trabajo no finalizará hasta que ningún ser humano sufra hambre, malos tratos, hasta que ninguna persona sea forzada a morir en la guerra, hasta que ningún inocente se consuma encarcelado y hasta  que nadie sea perseguido por sus creencias. Creo en el bien del género humano y creo que el bien puede prevalecer pero solamente con tremendo esfuerzo. Y ese esfuerzo es nuestro, de cada uno, tuyo y mío.

Debemos estar preparados para el peligro que seguramente aparecerá en el camino. Nuestros enemigos nos atacarán y tratarán de plegarnos los unos a los otros y se burlarán de nuestra sinceridad. Pero si mantenemos nuestras creencias fuertes podemos darle la vuelta a sus ataques y fortalecer aún más nuestro compromiso con la Tierra, con nuestras luchas y con nuestras futuras generaciones.

Nunca cesaremos en la lucha por la paz, la  justicia y la igualdad para todos. Seamos persistentes en todo lo que hagamos, que haya constancia, que nadie nos aparte de nuestra conciencia.

Toro Sentado dijo “Como dedos individuales podemos ser rotos fácilmente, pero todos juntos formamos un puño poderoso”

De nosotros depende ganar o perder la batalla.

Debemos enfrentar la vida con esperanza y dignidad y si como resultado de eso morimos prematuramente, esta muerte tiene un significado que un suicidio reaccionario nunca tendrá. Es el precio del auto respeto.

El suicidio revolucionario no implica que mis camaradas y yo tengamos ganas de morir. Significa precisamente lo contrario. Sentimos un ansia tan fuerte por vivir con esperanza y dignidad humana que la existencia sin ambos… nos resulta impensable.

Cuando nos aplasten fuerzas reaccionarias deberemos enfrentarnos a ellas aunque en ello nos vaya la vida. Por eso mismo deberíamos unirnos y golpearles en sus podridos corazones. No podremos continuar teniendo los ojos cerrados, tenemos que abrirlos si queremos ver el horizonte.

Rabia, Coraje, Amor y Resistencia

Jaro

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