Me llamo José M. Benito Giménez. Quiero hacer pública denuncia de un caso de torturas, las que yo he sufrido. Un caso más de los tantos que vienen sucediendo en esta cárcel, C. P. Castelló-II de Albocasser. Antes de mi relato, deciros algo sobre mí. Tengo 37 años, de los cuales llevo 20 en prisión. La heroína ha arruinado mi vida y, de paso, la de mi familia. A estas alturas no voy a engañar a nadie. No he sido un preso modélico; más bien al contrario, participando en algún que otro altercado y motín. Es quizás por ello que ahora el sistema pretenda tomarse venganza asesinándome en la impunidad de este lado del muro, de manera silenciosa, anónima.
Categoría: <span>Cárcel=Tortura</span>
Ante las últimas palizas ocurridas en la cárcel de Córdoba (4 casos en lo que va de mes que tengamos conocimiento, dos de ellas con denuncia- ver 1 y 2), pedimos que se envie vía fax/correo ordinario el escrito que se adjunta a la siguiente dirección:
Juzgado vigilancia Penitenciaria Córdoba nº8
Plaza de la Constitución nº 4
14004 Córdoba
El preso Rafael Hidalgo El Rafi, que el pasado 3 de febrero se fugó de la cárcel de Sevilla junto a otro recluso ha denunciado hoy reiteradas agresiones por parte de los funcionarios, que Instituciones Penitenciarias ha negado (por supuesto).
El pasado 15 marzo Daniel Ramírez Córdoba, actualmente preso en la macro cárcel de Córdoba, recibió una paliza a mano de un grupo de carceleros de dicho centro penitenciario. Según alegan los carceleros a través del sindicato de prisiones Acaip fue el compañero el que se abalanzó sin más sobre tres funcionarios y comenzó a propinarles patadas y golpes. Daniel se encuentra ahora mismo en una celda de aislamiento y bajo la denominada “sujeción mecánica”, es decir, el compañero permanece atado de pies y manos, por lo que los abogados que se dirigían hoy a la cárcel con intención de ver a Daniel y conocer su estado de salud no han podido comunicar con él. En los próximos días está previsto que dichos abogados consigan ver al compañero y saber cómo se encuentra.
Ved los extremos de inhumanidad a los que pueden llegar algunos «profesionales».
Asegura que había pedido protección porque se sentía amenazado por un funcionario de prisiones
Dentro del ordenamiento jurídico español una de las medidas más características de lo que se viene denominando normativa antiterrorista reside en la posibilidad del recurso a la detención incomunicada.
La presente figura, en cuanto modalidad excepcional de la detención ordinaria, incide fundamentalmente en dos aspectos. Por un lado, el derecho a la libertad deambulatoria y, por otro, el derecho a la asistencia letrada.
Tres presos coinciden en el relato de los hechos con pocas variaciones. Señalan que hubo un incidente al pedir explicaciones a los funcionarios tras comprobar que estos habían llevado a cabo un registro en sus celdas sin su presencia -lo que no está permitido en el ámbito penitenciario- , en el cual desordenaron y destrozaron gran parte de sus enseres personales. Según la versión de los presos, esto determinó que finalmente un grupo importante de funcionarios les agredieron, dejando importante secuelas en los internos.