Muertes en Prisión. La Brutalidad Del Centro De Exterminio De Albolote

Lo cierto que Albolote es como todas las cárceles. Esta es la número 30 en la que moro. En los 5 años y medio que llevo aquí he visto dos suicidios consumados en nuestro módulo de “conflictivos” que dicen ellos; otro muy sospechoso de otro luchador ahorcado en el Celular (aislamiento). También noticias de, al menos, 6 u 8 muertes por “sobredosis”, término con el que descalifican al cadáver y cierran cualquier investigación del cómo y por qué.

Esto son morideros donde el lumpen-proletariado abandonado de toda esperanza entregado a la droga, y por causa de su prohibición (que sólo sirve para enriquecer a unos pocos y mantener un aparato represivo que chupa el 30% de los presupuestos anuales, desde militares hasta guindillas −municipales−, no encuentra la motivación de lucha y sí de renuncia y abandono a fuerzas “superiores” (policías, jueces y carceleros), que en vez de ampararlos los prisionizan, y trastocan sus valores morales, que fuera de este sistema capitalista producirían seres solidarios y no el 90% de sabandijas que pueblan los penales. La desesperación lleva a l@s pres@s a matarse, a rendirse y a pensar sólo en salir y buscar el hedonismo y el consumismo “programado”.

Encuentro a lo largo de los años espíritus libres que están por la Libertad e intento que muten en libertarios. Pero, salvo casos, apenas surgen flores en el légamo −barro− del primer escalón de la pirámide social conformada por el enemigo y sus esbirros. Muy pocos, pero surgen espíritus nobles en el lumpen.

En cuanto a los servicios médicos, hay de todo. Algun@s son decentemente hipocráticos (respetan la salud y voluntad del paciente), pero la mayoría son platonistas (el estado primero, y después el individuo). Estos últimos no tienen escrúpulos en inyectar fármacos que anulan la mente y el cuerpo, gente que no informa de las lesiones sufridas por l@s pres@s a manos de los carceleros, que ocultan la tortura (ya la cárcel lo es de por sí para cualquier sensible) y los malos tratos sin vergüenza.

Otra de las peores cosas que hay aquí es el “departamento de comunicaciones”. No sólo hostigan a los familiares sino que utilizan cualquier excusa para no dejarles comunicar. ¡Hasta los bebes deben traer un carné de identidad, no vale un libro de familia! Y desde dentro no se pueden meter en las comunicaciones más que 4 refrescos y nada más. Asunto que, a base de recursos, está en la audiencia de Granada, pero ni caso y ni esperanza. A est@s habría que montarles otro pitote.

El despotismo y arbitrariedad entre l@s guardias es la moneda común, y la brutalidad para “reducir” a pres@s enfadad@s que claman contra las injusticias es habitual.

Entre est@s carceler@s hay alcohólicos y otros que beben en el “trabajo”. Hay un par de guardias yonkis tomando metadona. Para flipar el que estemos en manos de semejante gente. Hay una minoría de los más veteranos, que ya hartos, intentan dar un trato humano (simple cumplimiento de las leyes), pero, por lo general, son relegados a puestos con el mínimo contacto con l@s pres@s. Pero los guardias jóvenes son más brutales y escudan su conciencia tras ideologías ultraderechistas. Para ell@s somos la hez de la sociedad, gente no a insertar en la sociedad, sino a doblegar, quebrantar y, de ser la cosa discreta, exterminar.

Bueno, bastante amargor y cientos de batallitas me impiden seguir. A mi compañera sentimental y camarada gaditana INMACULADA GARCIA RUEDA la dejaron morir en un aislamiento por cuarentena, ya que su compa de celda tenía varicela, que mi tronka había pasado. Una noche la llevaron al hospital e ingresó cadáver. Neumonía, desidia y ASESINATO DE ESTADO. Era reivindicativa y libertaria.

A mi amigo Paco Ortíz lo empujaron al suicidio. Tras 20 años, volvió a caer y vio en que se había convertido esto y las, para él, nulas posibilidades de lucha y libertad. Otros 3 años de F.I.E.S.  (ya se había comido 20 en primer grado y en Régimen Especial F.I.E.S.) fue suficiente. Que la tierra les sea leve y que l@s revolucionari@s no olvidemos tanta sangre e injusticia. El pasado nos grita, el presente clama y el futuro está en nuestras manos.

Salud y libertad.

Jose María Pirla Oliván.

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