Según www.elpais.com: «Más de mil presos de Kirguizistán se han cosido la boca como señal de protesta por el brutal trato recibido de los funcionarios de prisiones de aquel Estado centroasiático, según los parientes de los reclusos que forman piquetes junto al parlamento nacional en Bishkek, la capital, para pedir el cese del jefe de los servicios penitenciarios, Sheishenbek Baizakov.
Los presos se han cosido los labios de tal modo que solo pueden beber y son parte de un contingente de 4.000 reclusos que se han declarado en huelga de hambre a resultas de un registro practicado el 16 de enero en la prisión central de Bishkek. El registro, cuyo fin era neutralizar a los miembros de una importante banda de delincuentes, se transformó en un motín durante el cual se desencajaron puertas, se quemaron colchones, se destrozaron veinte cámaras de video y hubo una treintena de heridos, seis de ellos graves, y un muerto.
La huelga de hambre se extendió a siete colonias penitenciarias y tres prisiones de Kirguizistán, cuyas cárceles estén en unas deplorables condiciones y donde ha habido motines y disturbios en diferentes ocasiones en el pasado.
El servicio penitenciario de Kirguizistán asegura que el motín fue organizado por delincuentes profesionales que habían decidido protestar así contra el traslado a otro centro de Damir Saparbékov, miembro de una banda encabezada por Kamchibek Kolbáev.
Un internado en la prisión central de Bishkek contó a la agencia Fergana.ru que los carceleros golpearon a 116 personas en la prisión central de Bishkek. De los 1.380 reclusos en huelga de hambre en aquel centro, 600 se han cosido la boca. Las fuentes dijeron a la agencia que solo comen los condenados por violación, ancianos, enfermos y reclusos que realizan trabajos. “Hoy es el décimo día de huelga, la gente se cae de hambre, ayúdennos”, manifestó el preso según Fergana Ru.»
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