Según www.lavozdegalicia.es: «Tres muertes en apenas medio año. Esa es la trágica estadística de la prisión lucense de Bonxe. Los fallecimientos de los reclusos están siendo investigados por dos juezas de Lugo después de que los familiares dieran cuenta a los juzgados de que pudo haberse producido una desatención a las víctimas. Oficialmente no hay versión desde la prisión porque su responsable entiende que es preciso no interferir en el trabajo de las magistradas. Varios funcionarios, a título particular, dijeron que el colectivo desarrolla su trabajo impecablemente, cumpliendo todas las normas, y en cuanto al número de fallecimientos lo definieron como «una mala racha» y recordaron que en los últimos años no se había dado un porcentaje semejante. El familiar de una de las víctimas mortales, sin embargo, dijo tener constancia de la muerte de cinco reclusos en el plazo de unos dos años.
Pilar de Lara y Estela San José, las titulares de los juzgados 1 y 3 de Lugo, compaginan las investigaciones sobre la corrupción de las operaciones Pokémon y Campeón, entre otras, con otros muchos asuntos, entre ellos los referidos a estas muertes. Estas investigaciones afectan especialmente a los servicios sanitarios y a la cúpula encargada de la penitenciaría.
La primera jueza ya tomó declaración a por lo menos una docena de personas con relación al caso de un lugués de 33 años, que falleció a los pocos días de salir de permiso por una pancreatitis aguda. Entre quienes declararon figura una médica del servicio de urgencias del hospital de Lugo al que fue conducido el interno. Fueron sus propios familiares quienes lo llevaron a las pocas horas de que estuviera disfrutando de un permiso.
El óbito de este interno de Bonxe se produjo en el mes de agosto del año pasado. Previamente había acudido al médico del centro, que le diagnosticó una gastroenteritis aguda. Sus parientes se alarmaron cuando vieron su estado en el mismo momento en que acudieron a recogerlo a la puerta de la prisión. Tenía un permiso de tres días, pero ya no pudo volver a la cárcel. Los familiares vieron que su estado era tan deficiente que lo trasladaron a un centro. Tenía insuficiencia respiratoria y otros problemas que motivaron su ingreso en la unidad de cuidados intensivos, en la que acabó falleciendo el 13 de agosto.
La familia considera que la asistencia recibida por la víctima en Bonxe fue totalmente deficiente. Tanto es así que dicen disponer de datos que les hacen sospechar que, cuando el enfermo informó de que seguía sintiéndose mal, le dijeron que continuara tomando más suero.
Otra de las investigaciones abiertas se refiere a un interno de nacionalidad extranjera que apareció muerto en el interior de la prisión. La familia no acepta la versión que le dieron en el sentido de que se trató de un suicidio, porque, supuestamente, apreciaron lesiones extrañas.
La víctima, indicaron algunos funcionarios, afrontaba una condena larga por diversos delitos, uno de ellos relativo a una supuesta agresión sexual. Es posible, explicaron, que no aguantara el verse encerrado.
El tercero de los casos corresponde a otro interno que falleció en el mismo momento en que salía de permiso. Su pareja le estaba esperando para recogerlo. La supuesta causa de la muerte pudo ser un infarto, pero los familiares estiman que pudo haber desatención.
La magistrada Pilar de Lara también tiene también un caso de presuntas torturas a un preso al que, con carácter fulminante, ordenó cambiar de centro. Los funcionarios consultados advierten que no hay malos tratos y recordaron a unos compañeros que el viernes afrontaron un juicio tras una denuncia presentada por un interno. Quedaron absueltos porque el denunciante optó por no comparecer al correspondiente juicio.»
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