Las autoridades del Departamento de Prisiones (CDCR) confirmaron que son miles los presos en huelga de hambre pero será hasta mañana cuando puedan dar un número preciso. Pero de acuerdo a los abogados de los reos, sumaban ya 6,000 los presos que se niegan a comer en protesta contra las celdas de confinamiento en solitario, revelaron abogados que defienden a los reos pero autoridades del Departamento de Prisiones (CDCR) dijeron que hasta mañana confirmarán el número de huelguistas.
“Para determinar que tenemos una huelga de hambre en las prisiones debemos esperar tres días. Y hoy después de la cena, podremos hacer un conteo de cuántos han rechazado comer”, precisó Luis Patiño, portavoz de CDCR.
Reos de las prisiones estatales de Pelican y CaliPatria reiniciaron una huelga de hambre el lunes y ayer se sumaron reclusos de Tehachapi, Centinela y el Centro de Detención West Valley.
“El Departamento de Prisiones se resiste a hablar sobre el número de prisioneros en huelga de hambre”, dijo Molly Porzig, miembro de la Coalición en Solidaridad con los Prisioneros en Huelga de Hambre.
La principal demanda de los reos en ayuno es poner fin a la práctica de encerrrarlos por décadas en celdas donde no tienen contacto con otros reos, pero tampoco a la luz del sol; y de las cuales sólo pueden salir si denuncian a otros reos involucrados con las pandillas.
Durante la huelga de hambre de julio pasado que duró casi cuatro semanas, algunos presos perdieron entre 20 y 30 libras de presos.
Según la Coalición en Solidaridad con los Presos en Huelga de Hambre, en un memorando del 27 de septiembre, Scott Kernan, subdirector de CDCR amenazó con acciones disciplinarias en contra de los presos que participen en huelgas de hambre así como con ponerlos en las celdas de confinamiento en solitario y quitarles los productos que compran en las tiendas de las prisiones.
A cambio de parar la huelga, los presos recibieron pants, colores y exámenes supervisados para los cursos que toman por televisión pero sus demandas relacionadas con el confinamiento en solitario no fueron satisfechas.
El reverendo Richard Killmer, director de la Campaña Nacional Religiosa en contra de la Tortura urgió a los funcionarios de las prisiones estatales a tomar pasos reales para poner fin al prolongado confinamiento en solitario.
“Es desafortunado, triste y revelador que dos veces en sólo dos meses, cientos de personas en California hayan tenido que recurrir a una táctica drástica como la única manera de hacerse escuchar.
La práctica del confinamiento en solitario es calificada como una tortura debido a sus destructivos efectos físicos y psicológicos que son muy conocidos por los funcionarios de las prisiones”
Más de 36,000 personas en prisiones federales y estatales están actualmente en un prolongado confinamiento en solitario hasta 23 horas al días, por meses, años y décadas.
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