Lo Que La Ley Se Llevó

Podría empezar hablando de leyes y artículos que en realidad quedan como papel mojado igual que la Declaración de Derechos humanos y otros documentos de carácter internacional. Yo quisiera hacerlo desde una perspectiva más cercana al lector, no manipulando sino despertando sentimientos cordiales porque al fin y al cabo todos somos seres humanos, somos un cocktail de sentimientos; a veces contradictorios dependiendo de la situación en la que nos encontramos.

El sistema penitenciario se guía por todas estas burdas interpretaciones de lo establecido. La primera denuncia es contra el corporativismo laboral. En las cárceles del estado español te encuentras con una serie de derechos que a diario nos son usurpados por la condición de canallas con la que se nos ha etiquetado.

Queriendo cambiar alguna situación que claramente vulnera y desampara al querellante nos encontramos con una cadena bien definida entre instituciones que merman las posibilidades de que las QUEJAS lleguen a buen puerto.

Cuando esto pasa, provoca una sensación de miedo, viendo que los aparatos institucionales de defensa contra los abusos de autoridad colaboran entre sí creando la sensación de que nos enfrentamos a “LA COSA NOSTRA” gubernamental. Esto provoca conformismo, el resultado final sigue siendo, en pleno siglo XXI: LA ESCLAVITUD.

En los fallos judiciales se nos prohíbe la libertad. No pone nada sobre la prohibición de la expresión, del libre albedrío, desde el respeto, dentro de los confines de los muros, mientras no se moleste a la gente con la que se CONVIVE.

Luego aparecen series como VIS A VIS que da una imagen totalmente surrealista, en comparación con lo que de verdad pasa. Lo único verídico de aquello son los abusos de poder, casi totalitaristas de algunos personajes; su jornada laboral se reduce a hacer ventosa en un sillón mientras abren cancelas apretando un botón y terminada ésta, de vuelta a sus vidas privadas se hartan diciendo: “Qué buena gente soy, qué profesional soy y que útil para la sociedad SOY”. Yo digo que simplemente: NO SOIS.

El contribuyente debería ser consciente de que gasta mucho dinero en la manutención de todo un sistema ineficaz, que debería culminar en resultados óptimos con la correcta aplicación de los recursos disponibles. Llevo 6 años en presidio y siempre veo las mismas caras. La reincidencia es brutal y es la prueba de que todo este dinero invertido en el CASTIGO VENGATIVO que la sociedad actual fomenta, no hace más que transformar a un delincuente antes OCASIONAL en un depredador VOCACIONAL.

La maquinaria está lista para actuar, y no pongo en duda la preparación de los trabajadores, encargados de la reeducación y la reinserción. Es más una cuestión de voluntad personal de quienes ocupan estos puestos. No quiero ser conspirativo, es solamente una reflexión personal: pensar que la falta de controles les aboca hacia una actitud diferente, ya que si ayudan a una persona a realizarse en la vida, parece que van a tener un cliente menos.

Más de un 50% con el adecuado tratamiento podría salir de este círculo vicioso, que es como un maratón en un circuito cerrado. La falta de profesionalidad, los prejuicios y el desgaste (según ellos) que supone trabajar en un centro penitenciario hacen que los convictos pierdan el interés en acudir al personal del centro.

Tenemos problemas, no cabe la menor duda, por unas razones u otras, por esto nos encontramos privados de nuestra libertad. Un factor a tener en cuenta, es que si nos encontramos en esta situación es porque algún sector de la sociedad no cumple con su función.

Dada la magnitud de la sociedad en su conjunto y su complejidad en desarrollar sus funciones correctamente, podemos entender que haya un déficit, por mucho que quieran convencernos de la perfección de la máquina seudodemocrática, pero es inadmisible que en un espacio tan reducido y bien definido como lo es un establecimiento penitenciario no cumpla satisfactoriamente su función.

Necesitamos apoyo, comprensión y trabajo. No necesitamos ser marginados, incomprendidos y tratados como parásitos. Merecemos tener las oportunidades y los medios que hagan falta para alcanzar una integración digna en esta sociedad, a pesar de todas sus limitaciones, imposiciones, incomprensiones, etc. Es absolutamente retrógrado, comparable con los siglos más oscuros de nuestra historia, invertir recursos en marginar a los sujetos disfuncionales en lugar de usarlos para reintegrarnos. Dostoyevski decía que el funcionamiento de las cárceles es un reflejo de la sociedad, es evidente que se cumple, ya que el PASOTISMO es una cosa que tienen en común ambos ámbitos.

Alex

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