¡Aupa Tamara!
Es repugnante que se atrevan a tratar de emponzoñar la reputación de nuestra compañera Tamara de esa manera tan ruin. Estoy convencido de que la alimaña que lo ha hecho no conoce de nada a nuestra compañera porque si la conociese y dijese esa sartada de mentiras es porque tiene una mente muy retorcida. Me cuesta mucho pensar que entre nosotros pueda haber alguien que haga eso por venganza, por lo que al igual que la mayoría de vosotros me inclino a pensar que esa calaña solo puede provenir del enemigo, aunque he de decirle a este que si lo que buscaba eran reacciones, lo ha conseguido. Ha conseguido que queramos más a nuestra compañera y que estemos con ella a saco, para mostrarle todo nuestro apoyo y solidaridad al igual que ella nos lo ha mostrado siempre dedicando su vida en cuerpo y alma a apoyarnos a todos los que sufrimos la represión de los carceleros en las prisiones, y de la policía en el exterior. Por esa razón quienes sí conocemos bien a Tamara no damos crédito ni valor alguno a dichas infamias, sino que mostramos nuestro repudio a la cobardía de quien o quienes las han vertido la acusación, ya que al hacerlo sin aportar prueba alguna y de manera anónima, no demuestran nada más que una gran cobardía y el miedo que le tienen.
Yo os puedo asegurar a los que no tenéis el honor de haberla conocido en persona, que es la persona más íntegra, luchadora y valiente que he conocido, y que con compañeras tan implicadas como ella en la lucha por defender los derechos de los presos uno se siente afortunado de tenerla como compañera, amiga y de luchar junto a ella y por ella.
Por esa razón animo a la porquería que ha vertido esas miserias sobre ella a que se dé un cabezazo, ya que estoy convencido que sentirá menos dolor del que siente al comprobar el ridículo que ha hecho, pues estoy seguro de que nadie que conozca a la compañera Tamara dará crédito ni a una sola palabra de lo publicado sobre ella.
Pope, desde C.P. De Sevilla I (11-VII-2014). Aupa, Tamara, estamos contigo. Honorio Gómez Alfaro recuerda: ¡Rendirse jamás!
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