20 AÑOS LUCHANDO CONTRA LAS CÁRCELES. DE CORAZÓN
Hace 25 años desde que el perverso plan del PSOE construyera este centro. Lejos de cualquier parte para que penaran las presas y sus familias. Haciendo memoria, es cierto que los viejos talegos como Torrero eran lugares insalubres y saturados que se caían a pedazos pero la alternativa que se propuso, aún mejorando a priori las instalaciones, fue el establecimiento de gigantescas cárceles (todas para más de mil personas) lejos del entorno urbano. Se trataba de esconder la reclusión para que pareciera que no existía. Esto supuso un castigo añadido a la comunicación con familiares y amigas, su única conexión con el exterior. Todo cambió para que todo siguiese igual. Los problemas asociados a la prisión, a día de hoy, permanecen: desatención médica (recordemos que actualmente Zuera no tiene personal médico permanente), cero atención a la salud mental, hacinamiento, módulos de mujeres infradotados, trabajo precario y prácticamente gratuito en talleres…
No hace falta añadir que las prisiones son espacios hipermasculinizados. Diseñados para cubrir las necesidades básicas de los hombres, lo que supone una evidente desigualdad en el contexto carcelario y una invisibilización de las necesidades de las mujeres, personas no binarias y trans. Existen actividades que solo llegan a módulos de hombres, tienen menor acceso a «puestos de trabajo» y menor apoyo del exterior.
Existen alternativas a la prisión, todavía pendientes de explorar, como por ejemplo la justicia restaurativa. Encontramos también los llamados programas de «reinserción» pero no abordan muchos de los problemas de fondo. Tras la condena, la libertad, el llamado paro taleguero y el inevitable estigma social.
Y es que puede parecer que estamos repitiendo el comunicado de años anteriores y así lo es. Esto se debe a que la violencia que ejerce el sistema penitenciario permanece desde hace más de dos décadas. Pese a todo, la lucha sincera para la abolición de las prisiones sigue. Y nosotrxs como colectivo de denuncia y apoyo seguiremos palpitando. Luchando de corazón para recordar, una edición más (y van 20), que las cárceles no sirven, las macrocárceles tampoco.
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