En la primera charla de estas jornadas on line, bajo el título «¿Cárcel o salud mental? Hacia una nueva política sociosanitaria alternativa al encierro», el sociólogo y profesor universitario César Manzanos Bilbao aborda superficialmente el tema de los enfermos mentales encarcelados, desde una perspectiva reformista y psuedoabolicionista. Respondiendo a algunas preguntas, toca someramente temas como el del estado de excepción declarado con la excusa del coronavirus y su repercusión en las cárceles, o el de las cárceles para niños y, más extensamente, el de la transferencia al gobierno vasco de las competencias de administración carcelaria y de las posibilidades que abriría o dejaría de abrir de que las autoridades autonómicas tengan en cuenta las propuestas de «nuevos modelos de ejecución punitiva» formuladas por ciertos «agentes sociales», especulando sobre cómo se podrían emplear mejor las partidas presupuestarias destinadas al encierro y sobre los puestos de trabajo, «servicios y recursos» que se podrían ofrecer cambiando no se dice muy concretamente cómo el sistema punitivo. Proporciona las confusas coordenadas de una perspectiva de «clase media» del asunto y una carretada de frases, buenas intenciones vagamente expresadas, útiles para empedrar el camino del infierno carcelario cuyas consecuencias sufren, como bien sabemos, no esta gente bienintencionada, que más bien saca ventaja de su existencia o aspira a sacarla, sino las personas desposeídas rebeldes o inadaptadas que son la gran mayoría de sus habitantes, además de sus familiares y prójimos.
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