Desde La Corda, el grupo anticarcelario de Tarragona, comparten una carta que les llega des de la prisión de Quatre Camins, en Barcelona. En ella, el compañero que la escribe, expresa los sentimientos y las sensaciones que le produce la cárcel y lo que la cárcel es: destrucción del individuo en todos los sentidos. La fotografía de arriba corresponde a la jornada que se organizó en Tarragona el pasado sábado, 16 de enero, bajo el título «La sociedad de la reclusión: exclusión, estigma y prisión».
Hola X,
Puedes publicar lo que quieras de esta carta, pero no pongas mi nombre.
Aquí dentro hay muchas personas con trastornos mentales, depresiones, bipolares, psicóticos… con ansiedad, personalidades impulsivas… Y lo que hacen es aislarnos aun mas de la sociedad e institucionalizarnos. Cuando entras aquí pierdes tu identidad, ya no eres nada ni nadie, solo un puto numero. Nosotros no podemos hablar, ellos pueden insultarnos. Nos dicen cosas que sólo están en sus retorcidas mentes. Nos hacen creer que todo lo hacemos mal y que ellos siempre tienen razón. Por sus venas fluye crueldad.
Aquí dentro el pasado es un sueño del que despertamos cada mañana. Tengo que afrontar lo que somos para la sociedad: unos delincuentes a quién nunca querrá nadie. Te prohíben tener ilusiones, son ladrones de sueños.
Aquí solo podemos depender de ellos para poder decirnos quienes somos. Nos llevan y nos traen, nos arrastran según a ellos les parece. Nos hacen sentir imbéciles. No nos dejan pensar, piensan por nosotros. Aquí dentro, nuestros re-educadores no tienen ética ni moral, para mí son personas malas.
Cumplo una condena de 9 años; salgo en 2023.
Quiero deciros que las grandes cosas tienen comienzos humildes, como lo que están haciendo ustedes. Gracias por hacer lo que hacéis.
He escrito un poema por si queréis publicarlo:
Hay que ser amorfo, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en taza. Si la pones en una botella se convierte en botella.
El agua puede fluír o puede golpear. Por eso hay que ser como el agua, para poder fluir pero tambien golpear.
La mente es como un paracaídas: solo funcionará si la tenemos abierta.
Sé el primero en comentar