No sabemos qué pasa con la huelga de hambre de Carmen Badía Lachos reivindicando su excarcelación por enfermedad grave con padecimientos incurables. Según noticias de compañerxs que la estaban apoyando directamente, la dejó el día 3 de mayo, después de 55 días de ayuno, y la reanudó, después de solamente ocho días de descanso, el 11 de mayo. Ya dijimos que nos parecía una mala noticia, pues la compañera no había tenido tiempo para recuperarse ni lxs presxs en lucha y grupos de apoyo de la calle para reflexionar sobre qué hacer colectivamente, buscando la eficacia y sin que nadie se tenga que jugar la vida o agravar su estado de salud, para apoyarla a ella y al resto de las personas presas que deberían ser excarceladas por enfermedad y siguen en la cárcel, donde no se les presta una asistencia médica digna. Ni siquiera había terminado entonces la huelga de hambre colectiva de mayo. Ahora sí que ha terminado, y se ha iniciado el debate sobre la experiencia correspondiente, el cual no podrá menos que girar alrededor de la desesperada lucha de Carmen –ya nos han llegado algunas cartas que publicaremos enseguida– y de las muertes en prisión, empezando por la de Pedro Escudero Gallardo, relacionada también con una manera de luchar individualista y desesperada. Carmen ya llevaría 15 días más sin comer, después de los 55 anteriores y con muy poco tiempo de recuperación en medio, pero no sabemos nada de ella, no ha llegado ninguna carta ni nadie ha publicado la menor noticia. Esté pasando lo que esté pasando, tenemos serios motivos para preocuparnos. De momento, publicamos unos comentarios autocríticos de un compañero preso en lucha, que tratan, sobre todo, de la huelga de Carmen. Hace tiempo que llegaron, pero, aunque los hemos leído en la radio, no queríamos publicarlos hasta que la compañera volviera a comer. A estas alturas, nos parece que van a venir bien, sea como sea, estos pensamientos, de lo más juiciosos y bienintencioandos en nuestra opinión. Como hemos dicho otras veces, no nos parece que la crítica honrada entre compañerxs nos vaya a debilitar lo más mínimo, sino todo lo contrario, es un factor importante de nuestra fuerza común.
Cárcel de Albocàsser, 15 de marzo de 2019
A lxs presxs que luchan en comunidad y a los grupos de hechos
Salud y libertad a lxs que estáis ahí dentro y fuera con hechos.
En primer lugar, quiero hacer autodrítica sobre mis hechos individuales porque los voy considerando errores que no debería haberme permitido, pero lo hice y veo que no está bien, a mi entender, el hecho de haber reivindicado por unxs pocxs enfermxs crónicxs (Francisco Chamorro, Carmen Badía, Ruyman Armas, Pedro Escudero, Antonio Nieto, etc.), cuando nuestro objetivo principal es apoyar y reivindicar a todxs lxs presxs con enfermedades terminales y hacerlo de la otra manera es dejar de lado al resto, lo cual no es justo, ni horizontal tan siquiera.
Ahora, el 15 de marzo de 2019, me entero de que Carmen Badía está en huelga de hambre y no comparto, como ya dije el año pasado y el anterior, que se inicie una huelga de hambre sin avisar al resto de lxs compañerxs para que decidamos si queremos secundarla, ni se debata siquiera lo que está pasando. Por tanto, no secundo la huelga de Hambre de Carmen Badía por ese motivo. Si cada unx vamos a ir por nuestra cuenta, esto deja de ser una comunidad de lucha para ser no sé qué, un desastre de coordinación nula.
Eso sin tener en cuenta que una huelga de hambre individual y estando enferma, Carmen, no te beneficia en nada en cuanto a tu salud y, como reivindicación individual, no creo que tenga repercusión, que sirva en realidad para algo. Comunícate, compañera, y vayamos a una todxs. Yo he cometido ese error ya en varias ocasiones y te hablo desde mi vivencia personal, Así no creo que vayamos a ningún lado, Carmen, compañera, y me pongo yo el primero en la autocrítica, que he estado reivindicando por algunxs de vosotrxs, como sabes, tirando de boli, porque para mí las huelgas de hambre individuales, por arranques de ira o desesperación se acabaron, son un fracaso. De todos modos, no te lo recrimino como persona, sino como parte de un grupo de presxs en lucha en el que ya se debatió cómo hacer que las revindicaciones fuesen un poco más visibles y efectivas. Sin pretender coartar para nada tu libertad y sin que dejes de hacer lo que mejor te parezca, no faltaría más, pero intentando también lo mejor en este caso para tu salud y para el colectivo de presxs.
Continuando con mi propia autocrítica, y para que veas que sigo cometiendo errores y procuro aprender de los mismos, decidí en enero hacer campaña por Antonio Nieto Galindo y, una vez comprometido, no voy a recular, pero creo que hay más presxs en su situación y, habiendo conocido el caso de cadena perpetua encubierta que sufre también Enrique Del Valle González, en La Moraleja (Palencia), le voy a incluir también en las reivindicaciones que decidí como compromiso personal con Nieto Galindo. A sabiendas de que no son loxs únicxs presxs que la sufren, pero sí son los casos que conozco. Una vez pasada la huelga de hambre colectiva de mayo, reivindicaré, como siempre, por todxs, tanto lxs enfermxs crónicxs como lxs que sufren cadenas perpetuas encubiertas, siempre que sean presxs con legitimidad moral y espíritu de lucha.
La cuestión es articularnos como un cuerpo coordinado, con el apoyo externo que se nos quiera ofrecer. Esa es la conclusión de mi crítica y de mi autocítica, creo que ya hablamos todxs de este modo de operar, para que lo que hacemos tenga un sentido, primero como comunidad de lucha. Y como compañerxs presxs fuera y dentro, contra el sistema que nos oprime a todxs por igual, en distintas circunstancias que varían poco. Ahora bien, si algo ha cambiado en el modo de realizar las acciones y ya no hay diálogo, ni propuestas, ni coordinación, ¿en qué hemos ganado? Parece que siempre seamos lxs mismxs quienes tengamos que hacer las críticas para no perder el objetivo de vista, y os aseguro que, en mi caso, no me gusta ni un poco hacerlo, pero cuando veo que damos un paso adelante y dos atrás, no me voy a quedar mirando como se jode todo aquello por lo que estamos luchando y mucho menos sabiendo que tenemos un montón de personas ahí fuera currándoselo por nosotrxs, y que dentro nos hemos comprometido a articularnos como grupo y no como individuos a su blondi.
Quizá los criterios a los que lleguemos de mutuo acuerdo y en base a un diálogo, no sean lo suficientemente útiles, en cuyo caso deberíamos buscar otras alternativas que sean menos conformistas, oportunistas y mejor basadas en el desarrollo de conceptos críticos y que sirvan de verdad para no tener que ser un cuerpo, sino fragmentos que gravitan en la órbita de las concertinas. Así me expreso ya, porque entiendo que pueden ser quizás el cinismo y la ironía la forma de no mandar todo al carajo y continuar por mi camino en mi silencio y en mis actos del todo individuales.
No pretendo ni ofender ni agradar a nadie, pero sí he de ser claro y sincero, tengo todos los inconvenientes en callarme, dejarlo pasar todo y no opinar, no hacer lo que como compañero considero es ya una forma de vida y ocultarme en el pasotismo y en no ser crítico ni autocrítico, sino simplemente un triste vegetal. el problema es que nos soy capaz de tales incoherencias y, aunque mi tono no guste, es el que tengo hoy, porque veo venir el desplome de lo que tanto costó retomar y, antes de eso, prefiero que se me tache de lo que cada quien crea mejor, en lugar de ver cómo el tejido colectivo se deshilacha por no tener claro lo que se pretende.
Dicho esto, hago una llamada al diálogo, a que se replanteen los medios de lucha y, si no son válidos, se pongan encima de la mesa las ideas que nos lleven de forma inteligente a lograr oponer la resistencia de la que pretendemos formar parte. Me despido hoy con cierta incertidumbre de qué hostias estamos haciendo y permitiendo, sin atrevernos a ser críticos, aunque nada de esto va a condicionar mi posicionamiento anticarcelario, ni voy a permitir que varíe mi rumbo hacia la abolición de los talegos. Eso sí, tengo los oídos pendientes de lo que aportéis y responderé siempre en la medida de mi capacidad comunicativa y hasta donde me aguante la paciencia. Os mando desde aquí mis fuerzas y el ánimo que quizás hoy me falla. salud y libertad. Por una sociedad sin jaulas.
Toni Chavero
Cárcel de Estremera, 10 de abril de 2019
Crítica y autocrítica desde dentro al grupo de presxs en lucha
Salud compañeros, soy Toni Chavero. Escribo para comunicaros mi percepción del grupo o comunidad de lucha dentro de las cárceles del estado español.
La comunicación dentro-dentro es inexistente, no recibo ninguna carta de presxs desde la última de Peque, hará más de 6 meses. Sólo he sabido de las propuestas de Peque y del Cabrero, por personas de fuera, he contestado a dichas propuestas de huelga de hambre del 1 de mayo de Peque y a la de Llopis sobre las instituciones europeas e internacionales. A mí no me ha llegado respuesta ninguna, ni de dentro ni de fuera, sobre la reflexión del año 2018. Ninguna reflexión y yo envié la mía, bastante extensa, por cierto. No sé si esta la habéis recibido.
Sobre los puntos 13 y 14 para aumentar la tabla reivindicativa que puse a diálogor, nadie me ha contestado tampoco, ni ningún preso dentro, nadie. Me pregunto dónde está el diálogo. No creo que exista ningún diálogo real dentro de las cárceles en esta comunidad de lucha y, si lo hay, yo no formo parte del mismo, dada la radical incomunicación dentro-dentro en la que me encuentro. Yo no me puedo excusar en tener durante más de cuatro años intervenidas las comunicaciones, contra la cual he ido luchando por los talegos donde voy pasando, pero cuando estoy pendiente de los últimos recursos de apelación o de amparo ante el Tribunal Constitucional, me trasladan y a empezar de nuevo. Otra treta de la SGIP que no me sorprende.
Aun así he ido contestando a lxs que han propuesto acciones enmarcadas en el diálogo, los acuerdos y las acciones coordinadas, tal como quedamos, articulándonos todos a una, tanto dentro como fuera. Lo he hecho a través de comunicados, dada la intervención y la limitación de correo a dos cartas semanales. Me hubiese gustado poder responder directamente a las propuestas carteándome con quien las lanza y pone a debate, pero la experiencia del correo directo, por ejemplo con el compañero Peque, ha tenido como consecuencia que se han enterado antes los hierofantes y han retrasado nuestro correo 2-3 meses intentando romper a toda costa que éstas se puedan llevar a la práctica. Nada nuevo bajo el sol.
Por otro lado, las acciones que se emprendan a nivel individual, sin ponerlas a diálogo, ni tan siquiera comunicarlas, como la huelga de hambre de Carmen Badía, no las he apoyado por ese mismo motivo, porque cuando me he enterado ya estaba todo hecho. Así pues, sin previo debate ni comunicación ninguna, imposibilitando que nos podamos articular como comunidad de lucha, uniéndonos a dicha huelga de hambre. A mi entender, y creo que de esto ya se ha hablado hasta la saciedad, no es la forma de movernos como un solo cuerpo. Estos actos individualistas generan división dentro de la comunidad de lucha, ya que algunos pensaran en unirse a la huelga de hambre sin debate previo y otros, como yo, no lo haremos.
Creo del todo lícitos los argumentos que tenga Carmen para iniciar su huelga de hambre, eso no lo pongo en duda, pero no se hace de la manera acordada, por lo tanto, se genera división en lugar de unión. Estos actos debilitan la comunidad de lucha anticarcelaria, dividiendo y debilitando a todxs Por no decir que, estando Carmen enferma de cáncer, realizar dicha huelga de hambre por su cuenta y riesgo empeorará su situación, poniendo en peligro su vida
Con eso no estoy de acuerdo, porque en esta comunidad sólo se pretende luchar unidxs, todxs, para conseguir a corto plazo, que se cumplan unas mínimas medidas que faciliten algunos «derechos» y, a largo plazo, la abolición y destrucción de los talegos, no de lxs presxs. No se buscó en esta lucha ningún objetivo en el sentido de convertirnos en mártires, solo somos personas presas en lucha contra la inutilidad de las cárceles y por su destrucción, nunca por la destrucción de lxs presxs. Debilitarnos no es el objetivo, sino fortalecernos, pero no engrosar las listas extensas de personas presas muertas en las cárceles del estado español.
Creo que tenemos que reflexionar en cuanto a la comunicación dentro-dentro, aunque esta no sea directa entre nosotros, por las intervenciones, pero sí por ejemplo a través de comunicados con la ayuda del exterior, al menos lxs qe estamos intervenidxs. Mi percepción al respecto ya la he dicho, no creo que exista dicha comunicación y no estoy dispuesto a contestar solo a las propuestas que lancen mis compañerxs en lucha y no recibir respuesta de las que yo propongo, no lo veo ni horizontal ni justo. La consecuencia de todo, la incomunicación y las acciones individuales, es que rompen del todo los acuerdos establecidos desde el principio y, por tanto, rompen la comunidad de lucha. Dicho esto, no es que me sienta excluido del grupo de dentro sino que mis dos únicos nexos de unión son dos personas en Valencia y una en Madrid y ninguno de ellos está presx dentro, sino fuera.
No sé si esto mismo lo siente algunx más de vosotrxs dentro, yo sí lo siento así, no me siento parte de ningún grupo, me siento parte de tres personas ahí fuera y me siento parte de nuestros 14 puntos reivindicativos así como del decálogo de la APDHA, es decir que mi carrera de fondo la estoy haciendo en base a esto y a lxs presxs asesinadxs en las cárceles del estado español. Por lo demás, el grupo de presxs en lucha me resulta más virtual que físico y, en cuanto a quienes aplauden acciones individualistas que pueden tener como resultado la muerte de una persona presa y enferma, me parece patético, nada práctico y ausencia total de amor fraternal y de compañerismo (no sé de qué vais, sinceramente). Pero no estáis destruyendo las cárceles, sino a una persona presa. A cada quien, ya sean grupos de apoyo o presxs que animáis a que el declive de la salud de la compañera continúe y se agrave su estado hasta la muerte, os pido que os replanteéis qué hostias estáis haciendo. Una llamada a la lógica, a la autoorganización, a luchar unidxs, a comunicarnos, a debatir y a actuar de mutuo acuerdo, articulándonos tanto dentro como fuera, como lo que se supone que somos, una comunidad de lucha unida, no fraccionada. El individualismo dentro de esta comunidad lo veo como egocentrismo y de un narcisismo que sobra entre nosotros.
Creo que, aunque mi forma de expresarme no sea cómoda ni busque agradar de nadie, solamente pretendo que nos respetemos y reflexionemos sobre la unión y todo lo que esto significa, dado que veo venir la autodestrucción de esta comunidad de lucha por la que tanto luchamos, retomando la lucha anticarcelaria desde 2015 y que, si se ha llegado a 2019 ha sido en base a la solidaridad y la unión, sobre todo desde el esfuerzo que han hecho los grupos desde fuera, desde aquel 2015, no han cesado y todavía siguen ahí, les debemos un mínimo de respeto a estas personas y grupos de apoyo.
Sé que habéis recibido un escrito autocrítico titulado «Campañismo y Anticampañismo. Crítica de la ideología presista», de la Asamblea de Solidaridad de Valencia, junio 2012. Dicho texto es desgarrador a más no poder y está fuertemente enmarcado en la ideología anarquista, que no deja de ser un nexo con nosotros ya que pretendemos la destrucción de las cárceles por ser estas la mayor forma de dominación que sufrimos. Habiendo analizado el texto desde mi traslado de Albocàsser a Estremera y, luego, ya más pausadamente, veo la dificultad que supone una verdadera lucha a día de hoy contra la bestia cárcel. Aun así, dentro del contexto de todas las luchas anticarcelarias y del proletariado hay algo que es una constante, el diálogo, la unión, la solidaridad, los acuerdos mutuos o de una mayoría y las acciones conjuntas. Hay muchas más, claro está, como el amor fraternal, el compañerismo y una indómita voluntad de rebelarse contra el orden impuesto por el capital, la ideología eclesiástica de la culpa, el miedo a la represión y un largo etcétera de basura dominante.
Yo creo que, unxs más y otrxs menos, nos encontramos de acuerdo en lo fundamental al menos. Pero está claro que estamos perdiendo esa unión que es al final lo que nos hace fuertes. Sin ella estamos perdidxs. Así lo veo yo y así lo siento, mejor o peor expresado. Pero qué importa eso, si al final de lo único que trato es de llamar a la reflexión, a la unión y a los actos comunes en base al un diálogo y a los acuerdos.
No hay duda de que me siento cansado de ser siempre yo quien da la chapa, pero al menos no me acomodo en la cobardía del silencio. Eso no es, a mi entender, compañerismo alguno, es simple conformismo.
Os comunico que tras la huelga de hambre del 1-15 de mayo y, tras cumplir mi compromiso de hacerlo tal como ya comuniqué, me voy a replantear seriamente si esto es una comunidad de lucha en la cual yo tenga un lugar, porque a día de hoy, y esto no viene de repente ni de los actos que aquí comento, sino de mucho más atrás, me siento desplazado de este grupo al que tanto he dedicado. Una vez reflexione qué hostias pinto yo, qué aporto yo a esta comuna y qué se ha conseguido desde 2015, os comunicaré si sigo con vosotrxs o por mi cuenta con las personas de ahí fuera que me aportan algo por lo que vivir. Ni que decir tiene que mi lucha continuará igualmente adelante, lo que no sé es si lo haré unido a vosotrxs o no, ya que desunido es como me siento hace tiempo ya.
Sin mucho más que decir, solo que habría mucho que aprender del texto citado de la Asamblea de Solidaridad de Valencia de 2012, me despido de vosotrxs con un fuerte abrazo fraternal pero también con cierto desapego al que me veo relegado por incomunicación e individualismo.
Eso sí, mis fuerzas para esta huelga de hambre del 1 al 15 de mayo y mis mejores deseos y compañerismo.
Salud y Libertad. Por una sociedad sin jaulas.
Toni Chavero