Campaña Contra Las «Contenciones Mecánicas» En Centros De Psiquiatrización

Desde el Colectivo Locomún nos invitan a conocer la campaña #0contenciones, la cual, en principio, se refiere solamente a la violencia que se utiliza contra las personas ingresadas como «pacientes» en «unidades de psiquiatría», atándolas, por ejemplo, con correas a la cama. Apoyamos la campaña, de acuerdo con quienes la hacen en que una propuesta así no es más que un momento puntual de una lucha que debe ser permanente. Y también nos parece que debe ampliarse, por ejemplo, a las camas de «sujección mecánica» y otros «medios coercitivos» que se utilizan tanto en las cárceles corrientes como en los «centros de menores» o en los de «internamiento de extranjeros», o a la violencia de todo tipo que usan impunemente todas las variadas policías, en las comisarías y en las calles.

La contención mecánica es una práctica común en las unidades de psiquiatría del Estado español y otros países que consiste en atar a una persona a la cama con correas, sujetándola de la cintura, muñecas y tobillos con el objetivo de impedir que se mueva libremente. La persona puede permanecer atada durante horas o incluso días, dependiendo de la decisión del personal sanitario que esté al cargo. La contención en el Estado español se suele practicar de forma opaca y no controlada (no es posible acceder a registros donde se explique quién es atado, por quién, por qué, durante cuánto tiempo ni cómo). A su vez, nos encontramos en una situación en la que en el caso de que haya secuelas graves o mortales, reina la impunidad.

Nos hacemos eco de un sinfín de denuncias que se han ido acumulando en estos últimos tiempos por parte de personas que han sido atadas, de profesionales que reclaman el fin de esta práctica, de colectivos activistas y otros muchos proyectos (asociaciones de personas diagnosticadas, webs, programas de radio, publicaciones, etc.), con el objetivo de contribuir a que la sociedad civil sea consciente de esta cruda realidad. No podemos permitir que una práctica tan cruel e inhumana, que tanto daño genera, siga siendo “normal” en los dispositivos de atención de salud mental. Para ello debemos conseguir que nuestros familiares, vecinas, compañeros de trabajo, etc. sepan que existe. Que sean conscientes de que no se trata de un hecho aislado, sino de algo sistemático.

Buscamos exponer claramente la contradicción que supone atar a alguien en un espacio donde debería ser acompañado en su sufrimiento y recibir cuidados. La Organización Mundial de Salud es taxativa al respecto: privar a las personas de su capacidad de movimiento empeora su salud mental y pone trabas a su recuperación. La continua apelación a los recortes económicos, la falta de recursos y la ausencia de formación para gestionar determinadas situaciones no son excusas válidas cuando hablamos del respeto a la dignidad de las personas, cuando hablamos de su salud.

Aunque entendemos que los profesionales dejarían de llevar a cabo esta práctica si realmente quisiesen dejar de hacerlo (mediante su propia organización como colectivo, fomentando la objeción y exigiendo alternativas), reclamamos normativas que prohíban su uso con un carácter permanente. Estamos hablando simple y llanamente de derechos humanos, y por tanto deben ser respetados de manera plena e innegociable. Exigimos también que los casos en los que se producen daños de cualquier índole causados por esta práctica no queden impunes.

Ojalá estuviese en nuestras manos el parar las contenciones mecánicas, pero no es así y por ello queremos remarcar que esta no es nuestra campaña, sino la de todxs. Consideramos que la presión por parte de la sociedad civil, de los colectivos (profesionales y de personas psiquiatrizadas) y de los medios de comunicación es fundamental para conseguir que esta práctica se convierta en algo del pasado. Por ello, nuestra idea no es realizar la campaña por nuestra cuenta, sino compartirla con todas aquellas personas y colectivos interesados. En este sentido, todos los materiales se pueden descargar libremente, son tan vuestros como nuestros. Os invitamos a replicar, modificar o adaptarlos según vuestras necesidades y difundirlos para alcanzar al mayor número de gente y de espacios posibles de todos los modos que se os ocurra. Como colectivo, no tenemos ningún interés en otra cosa que no sea contribuir a la lucha por el fin de las contenciones en la medida de nuestras fuerzas y posibilidades (que como todas, son limitadas).

Algunas cosas que puedes hacer para contribuir son:

  • Diseñar nuevos materiales.
  • Impulsar y organizar acciones en distintos espacios.
  • Enviar testimonios personales sobre el tema —por escrito o en archivos de audio o vídeo, según os resulte más fácil— que queráis que sean difundidos como parte de la campaña.
  • Escribir textos, compartir datos concretos, denunciar situaciones.
  • Ayudar a hacer accesibles los materiales para personas con diversidades funcionales sensoriales o psíquicas subtitulando vídeos, transcribiendo audios, adaptando textos escritos al modelo de “lectura fácil”, etc.
  • Traducir los materiales de la campaña a otros idiomas.

Sigue buscando más información sobre este tema, léela y difunde con el hashtag o etiqueta #0contenciones para que sea fácilmente localizable.

La web de la campaña: 0contenciones.org

Nuestro correo electrónico: colectivolocomun@gmail.com

Más información sobre este asunto en https://primeravocal.org/

Un comentario

  1. Cristina dice:

    Muy bien que se aunen las luchas contra el sistema punitivo carcelario y el psiquiátrico.

    Las contenciones son también norma habitual en Residencias de ancianos y plantas hospitalarias de geriatría.

    Informar que para que a tí o a algún familiar lo aten, tiene que haber consentimiento informado de la persona o familiares, que haya sido a propuesta del médico supervisor, que se firme la hoja de consentimiento por triplicado y que se hayan desestimado, minuciosamente, otras alternativas (terapia, conversación, negociación, medicación… etc…).

    Gracias TOKATA por continuar en la lucha. Un abrazo a todxs.

    5 septiembre, 2018
    Responder

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