Bruja y maga, reina ilusionista,
niña y adulta de una pieza,
te esperan ya con ojos de plato
las criaturas pequeñas,
que se muerden los labios
que todo lo expresan, titiritera.
Y las criaturas grandes, de gesto
serio y sonrisa vencida, te esperan,
también te esperan, titiritera,
aunque no lo dicen, te esperan.
Y salen las marionetas,
los títeres, la magia, la vida,
o lo que queremos que sea
esa vida que se esconde
de nosotros mismos y mismas.
Música, teatro, jolgorio y risas,
es una fiesta en la cara de una niña.
Y una sombra se escabulle
de la piedad del gentío y huye,
hacia cuarteles de muerte
hacia la inmoralidad misma,
hacia la envidia, la codicia,
hacia las fauces de la bestia,
que la espera, la espera, la desea,
como deseaban los niños,
las niñas y las criaturas grandes,
la magia de la titiritera.
Y las sombras armadas aparecen,
y todo se lo llevan, la magia,
que es un delito, la risa pura,
que está prohibida,
las miradas cómplices de una broma,
que son sumamente subversivas.
Y los niños y las niñas, que no comprenden,
vuelven temprano a casa.
Por qué se llevaron a la titiritera
aquellos hombres, padre?
No lo sé, hijo, pregúntale a tu madre.
Y la madre no responde tampoco.
Y se miran el padre y la madre.
Y con sus miradas se preguntan:
Por qué se llevaron a la titiritera?
Y no encuentran la respuesta,
y si la encuentran, no quieren saberla.
Es mejor pensar que no es todo,
tan horrible, era sólo una titiritera.
Pero recuerda que ya se dijo:
Vendrán primero por otros,
después… vendrán por tí,
pero ya será tarde…
Garzia Furia, Febrero Titiritero 2016
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