Ahora mismo me hallo en el centro de exterminio carcelario, al que IGNORANTES tipos llaman el infierno reeducador-reinsertador. El nombre del lugar, Ponent, de ninguna de las maneras baja el calor opresor que se pega aquí. Sin embargo, en la mazmorra de mi diestra, han puesto el alma en pena de un colaborador-carcelero que no para de lamentarse, aunque le tienen como a un ‘niño mimado’ pues hasta su café le suben, éste individuo es indiferente al vaporón represivo, parece encontrarse en los amplios salones de la Moncloa (vuelve a lloronear): ¡¡QUE DE HOSTIAS LE DARÍA!!
Llegué hace apenas veinte años –recordando el famoso tengo de Gardel, donde afirmaba que 20 años no son nada– lo cual kiere decir que soy un novato en esto de las penas y el martirio pero, según me revela la ánima sola de ADOLF HITLER, uno se acostumbra más rápido de lo que piensan los mortales. Claro, él sabe mucho de campos de exterminio y de hornos crematorios.
Este tenebroso y eterno ‘baño turco’, empero, no lo hace rebajar a uno en lo más mínimo por dos crueles razones; las almas en pena carecen de grasa y de peso, por lo que las dietas resultan un castigo terrenal. Sería el colmo estar en el infierno y pasando hambre.
En estos días me he dedicado, con más rabia que placer, a leer la prensa del que fue mi país. No la archivo porque en el averno carcelario no dura el papel, la reviso desde aquí por una especial facultad que poseemos los muertos en vida. Yo perdí la cuenta, en tan pocos años, de la cantidad de artículos y notas escritos sobre el mortal que fuí. En un rápido análisis de contenido que realicé con la colaboración de mi vecino de alma en pena, ahora resulta que para los articulistas yo fuí el hombre más bueno de la tierra. Si el Diablo, Satanás, Lucifer, Luzbel o como se llame el dueño de estos lucrativos campos infernales se molestara en leer estos escritos, no vacilaría en arrojarme a sus tenebrosas mazmorras de aislamiento.
Cómo me gustaría volver para colocar las ‘íes’ bajo los puntos de la hipocresía. Pero si algo perdemos los muertos en vida al convertirnos en tales es la capacidad de retorno a una sociedad aborregada y ciegamente justa por los siglos de los siglos. De nada vale exclamar ‘VADE RETRO’ porque el retro es lo primer que se pierde. En todo caso, si la prensa influyera en este abismo, yo debería estar en el cielo de la Akracia, en el paraíso o reencarnado en Águila. Mas, para mi eterna desgracia, en el infierno no hay opción a la opinión pública, ni colegio de periodistas ni comunicólogos, por eso de la censura satánica.
Puras e infernales condenas a cadena perpetua encubiertas. Sin embargo no son los hipócritas artículos los que me molestan. Al fin y al cabo, ni sus adulantes autores se los creen. Menos yo que soy un muerto en vida escéptico. Los que me sacan las rocas del alma son los inumerables avisos necrológicos que llenan las páginas de la prensa, porcentajes que dicen que un 80% de los muertos en vida, en estos campos lucrativos de exterminio, estan en el infierno por ser delincuentes funcionales; para costearse sus adicciones a las drogas u otras tóxicas substancias. ¡¡¡INDIGNANTE!!!
En realidad, a pesar del fuego exterminador y la agonía, aquí hubiera estado tranquilo si en la sociedad mortal hubiese conservado mi imagen de abnegado, modesto y de niño bien. Pero ahora los míseros avisos descubren que fuí un tipo podrido, marginal, dueño de mi vida, pero con un corazon más grande que aquel Juez (al que presupongo el nombre de Pedro) que dictó su sentencia en el año 91 y siguientes… ¿QUÉ?
Nada, lenguas sueltas que con sus avisos quieren alertar al gobierno sobre quien fuí, quien soy y seré para siempre, para que éste me siga DISPERSANDO y les niegue a mis familiares e hijo los abrazos y besos que no pude darles en vida.
Mas estoy muerto en vida pero NO DE RODILLAS, como la institución que me secuestra a través de sus mercenarios carceleros del averno. Desde aquí seguiré luchando por los Derechos Humanos preferenciales y por el reconocimiento de mi deuda privada externa. Aquí encontré un aliado más hábil que TODOS los sucios politicuchos que en la tierra existen: ¡¡EL DIABLO!!
Nota: ‘Cualquier parecido con la coincidencia, es pura realidad.’
JUANKAR SANTANA MARTÍN, PRESO EN EL CENTRO DE EXTERMINIO DE PONENT
20-03-2012
Sé el primero en comentar