Wafaa Charaf, militante del Movimiento del 20 de febrero marroquí y activista de la AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos), denunció en abril que había sido secuestrada, torturada y amenazada de muerte por dos hombres, a todas luces policías. Ahora está detenida y ha sido acusada por la fiscalía de Tánger de «denuncia calumniosa». Algo que suele ocurrirles a menudo a quienes denuncian en el «democrático» Marruecos los frecuentes abusos de la policía ¿No os trae esto recuerdos de aquel señor bajito de voz chillona que mató a tanta gente aquí? En Marruecos se acuerdan de Hassan II, entre otras cosas, porque, desde su muerte, no han tenido, aparte de la abundante palabrería «democratizante», ninguna experiencia nueva que les haya hecho olvidarse de él. En la prensa europea, ni el más mínimo eco.
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