La XIII marcha a la cárcel de Teixeiro, que se realizó el 12 de enero de 2013, tuvo como consecuencia el procesamiento de la persona que había dado la cara ante la delegación del gobierno, con una petición fiscal de tres años y una fuerte multa, y de otras dos, a las que el fiscal pide un año y nueve meses y un año y ocho meses y multas. Cuando los guardia civil intentó identificar a quienes habían lanzado los habituales cohetes para hacer saber a lxs presxs que está allí la gente solidaria, hubo un pequeño rifirrafe pra evitar detenciones. Pero no se pudo evitar que dos de las personas identificadas y la que había puesto el DNI y figuraba como organizadora fueran acusadas cuatro años después de diferentes delitos por los cuales aún no se les ha juzgado siete años después, pero parece que se les va a juzgar pronto. Durante la marcha de este año, la número XX, y los actos que se celebraron luego, se repartió un panfleto con el texto que viene a continuación, tomado de La Rebelión de las Palabras, y que contiene un llamamiento a la solidaridad con esas personas represaliadas al que nos sumamos.
LAS CÁRCELES ESCONDEN LAS PRUEBAS DEL FALLO DE ESTE SISTEMA. Son un pozo sin fondo donde ocultar los desajustes de la desigualdad social. Una gigantesca alfombra bajo la que barremos a aquellxs que no supieron adaptarse a las exigencias de un sistema clasista e injusto. Por eso se hacen en lugares cada vez más alejados y apartados de la civilización: para que no las veamos.
Algunxs solidarixs llevamos años intentando visibilizar este hecho a través de todo tipo de protestas. No lo podían permitir y por eso ahora amenazan con encarcelarnos. A una compañera le piden tres años de cárcel por el simple hecho de ser la convocante de la XIII Marcha a la prisión de Teixeiro.
Ya hace casi veinte años que solidarixs de toda Galiza venimos convocando marchas anuales a la cárcel de Teixeiro con el fin de protestar contra el sistema penitenciario. También pretendemos acercarles un poco de calor y apoyo a las personas allí encerradas, mostrarles que no todxs olvidamos su sufrimiento.
¿Dar visibilidad a aquello que debe estar escondido? Tamaña infamia no podía permitirla el aparato represivo, así que pronto comenzaron a intimidar a lxs asistentes. Primero plantaron árboles frente al lugar de las protestas, para evitar que lxs presxs viesen a lxs manifestantes. Continuaron sancionando a aquellxs que llevaban petardos para que tampoco pudiesen oírnos. Más adelante, pincharon las ruedas de todos los coches, para demostrar que no les importa ni su propia legalidad en la guerra sucia contra la solidaridad. Luego sancionaron a lxs conductorxs de los vehículos por supuestamente estar mal aparcados. Como al año siguiente fuímos en autobús, multaron a todxs lxs asistentes, pues no se había convocado legalmente. Hasta que en el año 2013, tras unos leves forcejeos entre guardias civiles y manifestantes que tiraban petardos, imputaron penalmente a la persona que había solicitado el permiso con petición fiscal de tres años de cárcel. Para otros dos de los asistentes piden penas inferiores a dos años en relación a los forcejeos. Las marchas, por supuesto, continúan realizándose hasta el día de hoy.
Siete años más tarde, el aparato represivo al que eufemísticamente llaman «justicia» sienta en el banquillo a nuestrxs compañerxs. La desproporción de las acusaciones muestra que para este sistema no hay peor crimen que la solidaridad y la disidencia. Llega el momento de enfrentar la represión y el castigo. Llega el momento de demostrarles que en la lucha por la libertad todxs estamos comprometidxs. ¡Solidaridad con lxs solidarixs! Ahora y siempre: ¡¡Si nos tocan a unx, nos tocan a todxs!!
¡Abajo los muros de las prisiones!
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