Desde el viernes 18 de mayo por la mañana, Jean Marc Rouillan está en libertad condicional. El martes fue rechazada la apelación de la fiscalía conttra la decisión del Tribunal de aplicación de penas de París de ponerle en libertad condicional. Llevaba un año en régimen de semilibertad, en la calle, pero sin poder moverse de Marsella donde trabajaba en la editorial Agone, controlado a través de una pulsera electrónica. Después de haber pasado más de 24 años en la cárcel tendrá que someterse todavía durante seis años a numerosas medidas de control: no prodrá, por ejemplo, salir del departamento de Bouches-du-Rhône, ni decir o publicar nada sobre los hechos que le llevaron a la cárcel, se verá obligado, además, a trabajar y tendrá que entregar una parte de su salario mensual a las familias de Georges Besse y del general Audran por cuyas muertes fue condenado.
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