Los territorios ocupados palestinos, Gaza y Cisjordania, están regidos por un organismo israelí llamado Administración Civil, dependiente del ministerio de Defensa. 1.500 órdenes militares, dictadas por el comandante del Ejército, condicionan la vida diaria de los palestinos, aunque no la de los colonos que, a pesar de residir ilegalmente en el interior Cisjordania, se rigen por la ley doméstica israelí.
Las actividades relacionadas con la resistencia pueden ir desde «entrar en un área militar cerrada, aunque sea tu propia huerta y quieras regarla, hasta participar en una manifestación», asegura Jadarat. Actos como reuniones políticas de 10 o más personas o exhibición de símbolos políticos -como levantar una bandera palestina- pueden comportar una pena máxima de 10 años, y tirar piedras, una máxima de 20″. De hecho, «hasta las infracciones de tráfico se juzgan en los tribunales militares».
El proceso del interrogatorio puede durar hasta 180 días, según las órdenes militares, y durante los primeros 90 días el detenido permanece incomunicado y sin derecho a un abogado. Durante los interrogatorios se producen torturas físicas y psicológicas, como amenazar con poner en peligro a familiares del detenido. Al final, el preso es obligado a firmar una confesión en hebreo, que no es capaz de entender. «Esta es la única prueba que se utiliza más tarde en el tribunal militar para dictar sentencia», asegura Jadarat. De hecho, «si un palestino firma que mató a tres israelíes, ni siquiera se investiga cómo, cuándo o a qué hora. Simplemente se le condena».
Más información: http://www.noticiasdenavarra.com/2010/08/01/mundo/encarcelados-sin-pruebas-y-torturados
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