Entrevistamos a Noe y Toñi, hermana y madre de Luis Acedo, muerto el año pasado después de haber sido abandonado, sin diagnóstico ni tratamiento, con un cáncer que terminó matándole, sufriendo terribles dolores, tirado en el patio de la cárcel de Picassent. Los médicos carceleros responsables declararon el lunes en la querella que la familia ha interpuesto contra ellos por lo sucedido. Leemos después algunos comunicados de compañeros presos en lucha. Y conversamos también con un compañero de Burgos que nos cuenta lo que ha ido pasando en las sesiones del último juicio contra habitantes del barrio de Gamonal, por oponerse en 2014 a los planes caciquiles de construir un bulevar desatendiendo los intereses y la voluntad del vecindario.
Categoría: <span>Familias Frente a la Crueldad Carcelaria</span>
Luis Manuel Acedo Sáenz llevaba dos años cumpliendo condena en la cárcel de Picassent. Trabajaba en talleres para mantener a su hijo y hacía deporte, intentando llevar una vida activa y positiva que le permitiera salir de la cárcel con la mayor integridad posible. Pero un mal día empezó a sentirse demasiado cansado para mantener el ritmo de vida que había decidido adoptar. Poco después, le salieron unos bultos de los que en la enfermería de la cárcel no supieron decirle qué eran ni darle ningún remedio eficaz. Enseguida empezaron los dolores en el abdomen; “me duele por dentro”, decía. Iba a la enfermería todas la semanas, pero el médico carcelero ni sabía lo que tenía ni se dignó enviarle al hospital de la calle para que le hicieran ningún tipo de prueba. Se limitó a dar palos de ciego con diversos analgésicos y antiinflamatorios, que no paliaron ni poco ni mucho ni nada los terribles dolores que estaba sufriendo Luis.
En poco tiempo, debido al dolor y al cansancio, fue bajando el ritmo en el gimnasio hasta que tuvo que dejarlo definitivamente. Pronto tuvo que dejar también el trabajo. Le dieron una baja de cuatro días y, después, sin más, lo echaron al patio definitivamente. Iba perdiendo peso, mientras el dolor se hacía cada día más fuerte y continuo. Y así pasó dos meses, tirado en el patio, bajo la mirada indiferente o despectiva de los responsables, sin diagnóstico ni tratamiento adecuados para el cáncer de páncreas con metástasis en el hígado que padecía. Seguía visitando la enfermería y pidiendo inútilmente ayuda a quienes estaban legalmente obligados a cuidarle. Mandó dos cartas a los responsables rogando por su vida, a las que ellos no hicieron ningún caso.
Cuando, bajo la presión de la madre de Luis, alarmada por el estado en que veía a su hijo, decidieron sacarle al hospital para hacerle las pruebas correspondientes, ya era demasiado tarde. Aún tuvo que aguantar algún tiempo en la situación miserable que hemos descrito, hasta que, una vez fue seguro que no tenía salvación, siguiendo la inhumana política al respecto de la SGIP, decidieron excarcelarle para que muriera fuera. Eso sucedió a mediados de agosto de 2016, después de un corto tratamiento que solamente alcanzó a paliar un poco los terribles dolores, pues ya no se podía hacer nada más. No le habían dejado ninguna otra opción que el abandono, el dolor y la muerte.
El día 6 de noviembre en los juzgados de Picassent (Valencia) va a declarar el subdirector médico de la cárcel de Picassent responsable, por su negligencia, incompetencia e inhumanidad, del sufrimiento de Luis, de su agonía en condiciones miserables y de su pérdida de la oportunidad de intentar por lo menos curarse. También declara un compañero, que, estando preso en el mismo módulo, fue testigo de todo ello. La familia de Luis puso una querella denunciando lo ocurrido que fue admitida a trámite. Ahora hay que verle la cara a ese “médico” carcelero apto para la tortura, pero no para la curación o el cuidado de nadie. Piden a las personas que puedan acercarse a hacerles compañía en la puerta del juzgado, que lo hagan, ya que, después de lo ocurrido, cuesta creer en un mundo humano en lugar de en un mundo donde los torturadores campan a sus anchas, porque es el suyo.
Hablamos con la familia de Manuel Fernández Giménez, muerto en la cárcel de Albocàsser, cuyo cadáver, enviado a su familia sin ninguna explicación satisfactoria, presentaba signos evidentes de violencia. Participa también Silvia con quien comentamos la impunidad, negligencia y oscurantismo en medio de los cuales suceden estas cosas en las cárceles del Estado español. Hablamos también del caso de su compañero, José Serrano Benítez, muerto el año pasado en la cárcel de Zuera, y de la plataforma Familias frente a la crueldad carcelaria que está impulsando un grupo de familiares de personas muertas en prisión.
Manuel Fernández Giménez, estaba cumpliendo condena en primer grado en la cárcel de Villena (Alicante II). Tuvo un problema con otro preso al que había prestado una tele y no se la quería devolver, y se pelearon. La madre de Manuel habló con el director de la cárcel y le pidió que trasladaran su hijo a otro módulo para evitar más enfrentamientos. El director le dijo que no podía hacer nada, que se arreglaran entre ellos. Se volvieron a pelear y, como castigo, trasladaron a Manuel a la cárcel de Albocàsser (Castellón II), en aislamiento. Él había estado ya en esa cárcel, quejándose a su familia de que le pegaban los carceleros.
A los diez o doce días, llamaron por teléfono a su madre, diciéndole que Manuel había fallecido el domingo, 22 de octubre, a la una de la madrugada, que el chaval había faltado al recuento y que habían ido a la celda que ocupaba y lo habían encontrado muerto. No le dieron ninguna otra información más que el teléfono de la funeraria. La madre habló con algún empleado de la misma que le preguntó si quería que trasladaran el cuerpo de Manuel a Murcia y ella le dijo que sí. Al principio, le dijeron que no sabían cuándo iba a llegar, pero a última hora avisaron de que ya estaba en camino y llegó a Murcia por la tarde, a las 18:30.
Cuando llegó el cuerpo, los empleados de la funeraria no les querían dejar verlo. Después de insistir, consintieron en que lo vieran los padres, pero sólo ellos. Estaba tapado hasta el cuello, de manera que sólo se le veía la cara. Pero pudieron ver que tenía heridas en ella y marcas de dientes en la frente. Exigieron que lo destaparan y pudieron ver que tenía lesiones y cardenales por todo el cuerpo: marcas en la barbilla que alguien cercano identificó como muy parecidas a las que deja un “taser” (aparato para aplicar descargas eléctricas); marcas de esposas y ataduras en muñecas y brazos, y también en los tobillos; tenia los dedos amoratados y algunas uñas rotas, como si hubiera estado forcejeando para defenderse; el pecho lleno de heridas y cardenales; marcas en el cuello… Hicieron fotos de todo y llamaron a la policía nacional para que vieran aquello. Vinieron cuatro agentes, pero se negaron a mirar siquiera el cuerpo, diciendo que no era cosa suya al haberse producido la muerte en Castellón.
Los empleados de la funeraria no trajeron ningún papel, ni certificado de defunción, ni informe de la autopsia, ni nada. Les tuvieron que exigir algún documento que certificara la situación, a través de una abogada, ya que se negaban a entregarlo, y les dieron un acta de enterramiento. Fueron con la abogada al juzgado de guardia con ese papel, allí lo denunciaron todo y pidieron una segunda autopsia. Nombraron una procuradora para pedir los documentos en el juzgado de instrucción nº 4 de Castellón, que lleva el caso. Llegó un papel que solamente decía que autorizaban a enterrar el cuerpo y que había muerto en Albocàsser de “muerte súbita a estudio”. Tuvieron que oponerse a la orden del juzgado de Castellón para evitar que enterraran el cuerpo sin tener en cuenta los signos evidentes de violencia que presentaba.
La familia se encuentra consternada e indignada por todo lo sucedido. No sólo les han entregado muerto a un muchacho de 28 años recién cumplidos que unos días antes rebosaba salud; les han comunicado la muerte con verdadera brutalidad; se han resistido en todo momento a facilitarles la menor información sobre lo sucedido: llamaran a quien llamaran, todos les daban largas, con burocrática prepotencia y sin ningún respeto por su dolor y ansiedad; cuando ven el cuerpo lo encuentran lleno de huellas de haber sufrido malos tratos; aún no saben nada de los resultados de la primera autopsia… Creen que ha muerto violentamente, a manos de los carceleros, ya que él estaba en aislamiento y no tenía contacto con nadie más. Piensan ir hasta el fondo del asunto y ya han presentado denuncia en el juzgado de guardia de Murcia, aportando las fotos de las lesiones que presentaba el cuerpo y exigiendo una segunda autopsia. Su abogada les ha comunicado que esta petición ha sido denegada, en espera de que se conozcan los resultados de la primera autopsia realizada supuestamente en Castellón. Temen que al demorarse tanto la intervención médica, ya no se pueda averiguar lo que ha pasado a través de ella, e incluso que el juzgado ordene antes que el cadáver sea incinerado.
Comunicado de un preso en aislamiento en la cárcel de Albocàsser dirigido a las personas concentradas ante ella el 30 de septiembre
Con motivo de la concentración de mañana día 30 a la puerta de la cárcel de Albocásser para recordar la muerte de Daniel Sánchez ocurrida el 12 de septiembre de 2016 exijo el esclarecimiento de todas las muertes en las prisiones, el fin de las represalias Que sufrimos los presxs en lucha por reclamar nuestros derechos, el fin de las torturas e injusticias sistemáticas, tanto físicas como psicológicas que añaden un plus de crueldad y la más bestial represión a nuestras condenas. Basta de abusos:nos aíslan, nos dispersan, violan nuestra correspondencia, cumplimos íntegras nuestras condenadas
La rebeldía es una tendencia niveladora y por tanto racional y natural. La única salida posible es la lucha de lxs que nada tenemos contra lxs que lo tienen todo. Como enemigo de la explotación y de la miseria no tengo ningún sentimiento de compasión hacia quienes en nombre del privilegiado, torturan, encarcelan y asesinan.
El aislamiento es una de las formas más inhumanas y extremas de represión, un instrumento para destruir los ideales, la rebeldía y la dignidad. Se aplica para que salgamos muertxs o destruidxs.
Para todas aquellas personas que han tenido la desgracia de perder a un ser querido en prisión, un abrazo fraternal y combativo. !Fuerza!, en especial a mi amiga incondicional vasca. Gracias por tu apoyo hacia nosotrxs, lxs que estamos en aislamiento y gracias también a la persona que hace posible que este comunicado salga a la luz.
«La guerra por la libertad debe ser librada con cólera y librada por todos aquellos que no pactan»
Un abrazo libertario de Adrián Poblete Darre, preso en aislamiento 91.3 en la cárcel de Albocásser.
A continuación, una grabación de audio donde se puede escuchar algo del ambiente que hubo, además de las intervenciones de diversas personas participantes, durante la concentración que se efectuó el sábado, 30 de septiembre, en conmemoración de la muerte en esa prisión de Daniel Sánchez Molina, en septiembre del año pasado y en protesta por los tratos crueles, inhumanos y degradantes que se hace sufrir rutinariamente a las personas presas en las cárceles del estado español.
La concentración la convoca la madre de Daniel Sánchez Molina, en el primer aniversario de su muerte, supuestamente por suicidio, al que se puede decir que fue inducido, pues, habiéndolo intentado al menos una vez anteriormente, no sólo no se le hizo ningún caso cuando pidió tratamiento para la grave depresión que padecía ni se tomaron precauciones de ninguna clase, sino que fue maltratado, amenazado y humillado por los carceleros. Eso sí, tenía a su disposición suficientes barbitúricos para morir varias veces de sobredosis, suministrados por la misma prisión sin acompañamiento terapeútico ni control alguno. En marzo, había muerto ya en esa cárcel, en parecidas circunstancias, Adrián Félix Macho y todos los años mueren en las cárceles españolas alrededor de 250 personas presas, muchas de ellas, supuestamente, por suicidio o sobredosis. La madre de Daniel, es apoyada en esta convocatoria por una coordinación de familares, madres, hermanas, compañeras, de personas presas muertas en prisión que se están organizando para hacer lo posible para que lo que les ha pasado a los suyos no pueda volver a suceder. También apoyan algunos grupos libertarios, antifascistas o anticarcelarios de Valencia, Castellón, Madrid y otros lugares. Ni que decir tiene que el objetivo de la convocatoria es denunciar los ataques continuos del sistema punitivo contra la integridad y dignidad de las personas presas en general y apoyar a las que intentan enfrentarse activamente a ellos. El cartel que podéis ver arriba sirve también como una de las caras de un panfleto que se va a repartir durante el acto. A continuación, podéis ver y leer la otra cara y descargar, si queréis, el panfleto, picando en la imagen.
El programa de hoy gira en torno de la convocatoria a concentrarse frente a la prisión de Albocàsser el 30 de septiembre en conmemoración de la muerte de Daniel Sánchez Molina en septiembre del año pasado en ese centro de exterminio. La convocatoria la hace su madre, apoyada por un grupo de familias y amistades de personas presas y por otros colectivos. Emitimos algunos fragmentos de charlas celebradas la semana pasada sobre las torturas y muertes en cárceles españolas. Hablan Lola, madre de Daniel, Toñi Sáenz, madre de Luis Manuel Acedo, muerto de cáncer en agosto año pasado, recién excarcelado de Picassent, donde fue abandonado durante varios meses sin diagnóstico ni tratamiento y echado de talleres por su enfermedad, y Pote, de Salhaketa Bizkaia, presentando el último informe de la CPDT. Nos hacemos eco de la huelga de hambre de dos presos en la cárcel de Córdoba reivindicando la excarcelación de uno de ellos por su enfermedad terminal.
El sábado pasado, 16 de septiembre, no pudimos hacer el Tokata Y Fuga, porque estábamos en otra faena: teníamos que acudir al Casal Popular de Castellón para participar en una charla, de la que ponemos aquí la grabación, sobre la situación en las cárceles del Estado español, desastrosa desde el punto de vista de las personas presas, y sobre algunos intentos de autoorganización, solidaridad y coordinación horizontal para afrontarla directamente desde abajo. Participó también Lola Molina, la madre de Daniel Sánchez Molina, muerto en la cárcel de Albocàsser en septiembre de 2016, supuestamente «suicidado» y en realidad asesinado por la cárcel. El principal objetivo de la charla era difundir la convocatoria de una concentración ante la cárcel de Albocàsser (Castellón II), para el próximo 30 de septiembre, explicando sus motivos e intención: conmemorar la muerte de Daniel, denunciar que las cárceles atentan rutinariamente contra la dignidad de las personas presas y la nuestra, encontrarnos, conocernos y coordinarnos entre alguna gente dispuesta a actuar para defendernos y defender a nuestra gente de esos ataques.