Sueña el preso con su libertad
Los invadidos con que les dejen en paz
Los hambrientos con un mendrugo de pan
Los sin techo con la choza de Tarzán
Los parados con un trabajo de miseria
Para llevar a casa algo que masticar
Los ricos con aumentar su patrimonio
…a dios rogando y pactando con el demonio
Las BARBIES con futbolistas millonarios
Jóvenes, ricos, guapos o feos… ¡qué más da!
Las Pijas con novios de conveniencia
Mientras le carguen la Visa y el Talonario
Y, a poder ser con títulos nobiliarios
Las meretrices sueñan ser actrices
Los huérfanos con un padre de adopción
Sueñan los policías con que se disparen los delitos
Así les darán un sobresueldo a esos malditos
Los jueces en condenar a desgraciados
Porque los poderosos están de antemano exonerados
Los fiscales en ganar juicios para ascender,
Culpables o inocentes… les importa un copón
¡Qué se puede esperar de estos desalmados!
Los abogados en causas que defender
Aunque, lo tienen difícil con las leyes de Dracón
Los karceleros con presos que retener
Sueñan los ludópatas con el bote de la bonoloto
Los políticos con ganar votos
Los curas en conseguir devotos
Los Ni-Nis en Plays y móviles
Mientras chatean en casa de papá inmóviles
En guerras sueñan los generales
Mientras les untan los bolsillos las multinacionales
Que se forran a costa de bombas y misiles
Arrojadas contra; mujeres, niños y civiles
¿ A quien le importa ?, si son, tan sólo, daños colaterales
Los bankeros en préstamos e hipotecas
De pobres ilusos, cándidos y marionetas
Que mueren traspasando la deuda a otra generación
Los especuladores en recalificar tierras
Y los constructores en destruir playas y sierras
…y como dijo Calderón…
En esta vida, los sueños, sueños son.
…aunque a veces se convierten en pesadillas
Y muchos no logran alcanzar sus ilusiones
Mientras otros, se forran de la desesperación
De los pobres, los Nadie, de las pensiones
…y los Parias que sufren en prisión
Padecen el insomnio de la eterna frustración
Y como SÍSIFO Y TÁNTALO.
Lograr de una vez la liberación.
JOSÉ MARTÍN RUFETE
¿Te acuerdas? Los años que pasamos juntos, deambulando por aquel patio parvo, de pétreas paredes, en la siniestra prisión de Huesca. Tú y yo: Andrés Torrijos Artés. Años sacrificados para satisfacer la protervia satánica de los sayones del otrora régimen, y tú y yo, resistimos, alimentando nuestra energía con las proteinas que nos proporcionaba los libros de sociología, de ensayo, de pensamiento político, de historia, de filosofía. Estábamos famélicos de letra impresa, aunque los que íbamos por libre, sin ser controlados por el ojo de la censura, ya constituíamos una «amenaza» para el régimen, porque ya descollaba en nuestro carácter la rebeldía, la insumisión, con un discurso contestatario, pero eso reforzaba en nuestro fuero interno una inherente fuerza de sensibilidad. Hoy, después de haber pasado muchos años enfrentado al poder de todos los colores, estoy en la vida extramuros, completamente solo. Me quedé aislado, sin familia, sin amigos de mi misma línea de pensamiento, en la miseria. No cuento ni con una fechoría que echarme a la boca, para mejorar mi «Status quo. Estaría dispuesto a escribirte, pero no sé dónde está. Nuestra amistad era un lujo de un valor insondable, por su esencial calidad, porque nos forjamos en el mismo molde, donde imperaba la más aplastante represión que ha conocido el decadente mundo prisional. Salud y ojalá puedas leer alguna vez este mensaje. Tu amigo ANDRÉS TORRIJOS ARTÉS.
Si alguna vez puedes contestar, ese es mi correo electrónico.