Aupa compañerxs,
Me encuentro a la espera de ser trasladado a… bueno, a saber dónde…
Ya es sabido por todxs cómo reaccionan lxs cobardes y las hienas cuando se lxs acorrala o ven en peligro el poder hacer lo que quieran con toda impunidad. Algo que en mi naturaleza está arraigado, el luchar para acabar y erradicar los abusos que con toda naturalidad vienen llevando a cabo personas que se hacen llamar así mismo “profesionales”.
Todo esto, y mucho más, es lo que sucede en el interior de los “Centros de Exterminio”, maquillados de “reinserción social”. Es algo sorprendente esto de la “reinserción” y el cachondeo que se traen con ella, porque consiste en arrebatarle la libertad a un ser humano para hacerle comprender que ha quebrantado las normas establecidas por unxs cuantxs y para unxs pocxs. Esto se te quiere hacer comprender minando tu persona, y para tal fin, todo vale; ellxs se consideran intocables por encontrar en las resoluciones de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria siempre una resolución desfavorable para el interno y favorable para la prisión, sus funcionarixs, sus médicxs, etc., lo que conlleva que se sientan intocables, pues saben que el Juzgado, pase lo que pase, les dará la razón siempre a ellxs, de hecho, puedo constatar que entre toda la población reclusa existe una sensación de desamparo y dejadez en sus funciones por parte de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria, a los que consideramos una figura inutil y un obstáculo para demostrar tu inocencia en los hechos que te están siendo imputados por lxs carceleros y demás esbirros del Sistema Penitenciario.
El Juzgado, al dictar un auto con una resolución, jamás es imparcial, el preso carga con el estigma de las condenas impuestas, el carcelero es el que las pone, y esto es lo que vienen demostrando los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria, que es lo único que tienen en cuenta a la hora de dictar su sentencia: “ERES CULPABLE HAGAS LO QUE HAGAS”. Ya te puedes romper la cabeza tratando de demostrar tu inocencia, que todo el trabajo que hagas será inútil, el juez ni lo mirará.
Todo esto sucede en el marco de la tan cacareada reinserción. No puedo evitar sentirme defraudado como ser humano.
Hace tres meses, en señal de protesta por las condiciones de salud en las que se encontraba un interno en este Centro de Exterminio de Madrid IV (el interno en cuestión se llama Carlos, aunque yo le llamo “el personaje” , que agradeció nuestro apoyo incondicional a su protesta y a su Huelga de Hambre pagándonos con su traición), varixs compañerxs llevamos a cabo una serie de acciones, algunas de ellas se produjeron en los locutorios y en la entrada de esta Cárcel, para pedir a la Subdirectora Medica del Centro que diese la cara y buscase una solución al problema de salud de dicho interno, y para dar a conocer las atrocidades que, con toda impunidad, están llevando a cabo el equipo médico y la Subdirectora Médica, responsable de los Servicios Médicos de la prisión.
La respuesta no se hizo esperar mucho, la Subdirectora médica no solo no dio la cara, sino que al ver y sentir amenazada su impunidad para seguir experimentando con seres humanos enfermos, a los cuales se les priva en muchos casos de la medicación adecuada para aliviar el dolor que les causa su enfermedad. A mi mismo se me ha estado sometiendo durante más de un año y medio a soportar unos dolores de gran intensidad durante días y días interminables, producidos por una hernia discal, cuando en 5 minutos, con el tratamiento adecuado se hubiese puesto fin a ese sufrimiento físico y psicológico. No asistir a un enfermo para tratar de aliviar el dolor y sufrimiento que padece, derivado de la enfermedad que sufre, es una forma más de tortura que, desafortunadamente, está en auge en las enfermerías de las prisiones.
La Subdirectora médica, el Director de la prisión, algunos médicos y carceleros se reunieron tras las acciones; no sé qué se habló en esa reunión, pero nada bueno seguro, considerando los personajes que la componían, luego, tras reunirse con Carlos o alguien de su entorno, Carlos abandona la Huelga de Hambre sin comunicarnos ni una palabra y las denuncias puestas a los equipos médicos fueron retiradas. Al igual que me ocurrió a mi, a Carlos se le iban a prohibir las comunicaciones, pero por el contrario, comunicó con ella el fin de semana después de los hechos, y sigue comunicando con ella… De repente, a los médicos les ha entrado un interés especial por cuidar de este personaje y desde entonces lo tienen en enfermería.
En mi caso, la Dirección del Centro de Exterminio, toma las siguientes represalias contra mi persona y una compañera: a la compañera se la prohibe la entrada a este Centro, lo cual nos imposibilita para comunicar, imponiéndonos así una incomunicación forzosa; por otro lado, se adelanta mi revisión de grado con la intención de quitarme de en medio , pues resulto ser molesto para sus intereses, y como medio de darle otra vuelta más de llave a la cerradura de este secuestro, están barajando la posibilidad de meterme en régimen F.I.E.S. Todo esto, consecuencia de no someterme a sus normas ni dictados, denunciando su barbarie.
Si con estas represalias pretenden coaccionarme o intimidarme, lo tienen bastante difícil conmigo, ya que de nada les servirá, porque allá donde me lleven levantaré barricada y seguiré luchando por el fin de su impunidad y su barbarie con la misma autodeterminación y entereza con que vengo haciéndolo todos estos años de cautiverio, sin permitirles que con sus actos de cobardía hagan mella o minen mi moral, ya que a mi modo de entender y ver la situación, es dignamente preferible sangrar las heridas de la lucha de pie resistiendo contra el enemigo, antes que sufrir la humillación y la degradación postrado de rodillas, sometiéndose a sus imposiciones y dictados.
Pope
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