Quiero poner en conocimiento público las agresiones, vejaciones y malos tratos hacia la persona de mi hermano (Ramón Maya Fernández) además de la falta de asistencia médica, el no hacer el médico los correspondientes partes de lesiones, es decir, el médico actuando arbitrariamente para encubrir las lesiones, todo en consenso entre funcionarios y personal sanitario, prevaricando para encubrir en contra de los derechos humanos que ante cualquier agresión es de justicia la atención sanitaria y el correspondiente parte de lesiones.
¡No más Torturas! Ni a mi hermano ni a ningún prisionero. El que suscribe esto es Fco. Maya Fernández. Tengo el original escrito de puño y letra de las torturas realizadas a Ramón Maya Fernández el día 24/04/10, lo cual tengo en mi poder desde que utilizando una sanción encubierta lo trasladan de centro penitenciario a Topas. Las consecuencias de la represión es la dispersión y cambio de prisión. Evidentemente a otros prisioneros también les golpearon, vejaron, maltrataron y humillaron al amparo de la oscuridad de los pasillos donde no hay cámaras. A los demás prisioneros les da terror denunciar, debido a las represalias que ya han sufrido en primera persona por lo que no es de extrañar que muchos callen por miedo a recibir palizas y ser tratados peor que animales, por este motivo queremos dejarles bien claro a nuestros opresores y torturadores que, como bien saben ellos, estamos aquí para difundirlo que con tanto ahínco tapan y encubren; y me pregunto yo ¿quién es el delincuente y el maltratador? El preso desde luego no, pues desde luego no tiene oportunidad de ello, en cambio el refugio de un uniforme, placa, porra y 20 detrás da valentía para torturar y amenazar con tu vida con que cualquier día no te levantas pues te han matado legalmente y te condenan a ser ejecutado sin juicio previo y a la pena capital.
Entre el escrito original he observado la magnitud de lo sucedido por lo que no estoy dispuesto a callar las torturas.
Los hechos fueron los siguientes.
“Debido a un fallo en las comunicaciones hubo un retraso de las mismas, comunicando en vez de la hora habitual (19:00 horas), nos sacan a comunicar a las 21:15, los carceleros nos comunican que se tiene que hacer el recuento, claro esto es de obligado cumplimiento y en ningún momento nos negamos a realizar dicho recuento, pero el perjuicio es siempre pera el prisionero, ya que la comunicación se suspende. Mientras tanto en los módulos 1, 2, 3 y 4 por un problema de la antena colectiva, se quedan sin conexión, golpeando estos las ventanas, mientras tanto yo me encontraba en el departamento de comunicaciones ajeno a ello. Después de efectuar el recuento nos dirigimos a nuestro módulo (2), subimos tranquilamente sin ningún altercado; a la media hora empiezan a abrir celdas y al llegar a la que yo ocupaba unos 10 funcionarios me empiezan a golpear con porras y a puñetazos y patadas me sacan de la celda. Al salir de la celda, vejado, humillado y golpeado, cesan los golpes (claro hay una cámara de seguridad que registra los movimientos de la galería). Al bajar las escaleras (que no hay cámaras) el jefe de servicios me golpea brutalmente y con él todos los funcionarios, a rastras me llevan hasta abajo a golpe de porras, patadas e insultos. Otra vez cesan los golpes ya que en las zonas donde hay cámaras se abstienen de golpearme, solo cuando ellos saben que no hay cámaras emprenden las agresiones. Me llevan al departamento de Régimen Especial (Aislamiento). Una vez allí emprenden de nuevo su particular paliza, totalmente sincronizado y me acusan de incitación, participación en plantes, motines, desordenes, insultos, amenazas, instigar a otros prisioneros…”
Todo ello porque es hermano de Francisco Maya Fernández “El Pancho” (ya nada más llegar al centro Madrid V se le aplica la observación de conducta por el simple hecho de ser hermano mío y nos restringen tanto las comunicaciones que se efectúan en un locutorio especial, encerrados uno por un lado y otro por otro sin la oportunidad de abrazarnos).
Las consecuencias de tanta represión es buscarle las vueltas para estigmatizarle ¡por ser simplemente mi hermano!
Actualmente está en Topas, en un módulo un tanto peculiar, pues hay primeros grados y segundos grados mezclados, con las consecuencias que los verdugos buscan, hacerle daño a mi hermano, y por lo tanto a mí.
Por eso denuncio y hago público estos hechos que atentan gravemente contra la dignidad humana, los derechos fundamentales y que se sepa que en pleno siglo XXI se sigue torturando Y haciendo prácticas degradantes para el ser humano
Este escrito lo firmo yo: FRANCISCO MAYA FERNÁNDEZ.
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