Yo sostengo que la libertad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna agrupacion, por ninguna ideologia.
La libertad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada; ni puede formarse organización u agrupacion alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero en particular. Si desde el principio entienden eso, entonces verán cuan imposible es organizar una creencia.
Una creencia es un asunto puramente individual, y no pueden ni deben organizarla. Si lo hacen, se torna en algo muerto, cristalizado; se convierte en un credo, una secta, una religión que ha de imponerse a los demás. Esto es lo que todo el mundo trata de hacer.
La libertad se empequeñece y se transforma en un juguete para los débiles, para los que están sólo momentáneamente descontentos. La libertad no puede rebajarse, es más bien el individuo quien debe hacer el esfuerzo de elevarse hacia ella.
El interés que no nace del amor a la libertad por sí misma, sino que es despertado por los demas, no tiene valor alguno. La agrupacion en torno a una ideologia, se convierte en una estructura dentro de la cual sus miembros pueden encajar convenientemente. Ellos no se esfuerzan más por alcanzar la libertad o la cumbre de la montaña, sino que más bien tallan para sí mismos un nicho conveniente donde se colocan, o dejan que los demas los coloquen, y consideran que, debido a eso, los demás han de conducirlos hacia la libertad.
Sólo estoy interesado en una cosa esencial: Hacer que el ser humano sea libre. Deseo liberarlo de todas las jaulas, de todos los temores, y no fundar ideologias, nuevas sectas, ni establecer nuevas teorías y nuevas filosofías.
Ustedes están acostumbrados a la autoridad, o a la atmósfera de autoridad, la cual creen que va a conducirlos a la libertad. Creen y esperan que otro, por sus extraordinarios poderes o saberes o dotes, podrá transportarlos a ese reino de libertad eterna que es la Felicidad. Toda la perspectiva que tienen de la vida está basada en esa autoridad.
Lo mismo hacemos con un ideal o una creencia. Yo creo en algo y me aferro a un ideal y eso me brinda un gran consuelo; pero quítenme el ideal, quítenme la creencia y estoy perdido.
Es igual cuando ustedes dependen de sus compañeros. Es natural y correcto que deban hacerlo así cuando aprenden; pero si siguen dependiendo cuando han llegado a la madurez, eso les tomará incapaces de pensar, de ser libres. Donde hay dependencia hay temor, y donde hay temor hay autoridad, no hay libertad.
Cuando sus compañeros les dicen que deben obedecer, que deben seguir ciertas pautas, que deben tomar una actitud o hacer sólo un tipo particular de trabajo, en todo eso no hay libertad. Y no hay libertad en nuestro corazón cuando dependemos de los compañeros, en el sentido de que aceptamos la estructura de la agrupacion tal como es, sin cuestionarla.
Las personas ambiciosas, hombres y mujeres, no saben qué es la libertad; y estamos dominados por las personas ambiciosas. Por eso no hay felicidad en el mundo y por eso es muy importante que ustedes, a medida que crecen, lo vean y comprendan todo esto y averigüen por sí mismos si es posible descubrir qué es libertad. Podrán tener una buena posición en la agrupación de turno, muchos compañeros, un maravilloso local, muchas ropas; podrán llegar a ser unos anarquistas ejemplares; pero sin libertad, ninguna de estas cosas tiene sentido.
Si no estuvierais apegados a vuestro propio nombre, a vuestros conceptos, a vuestros compañeros, vuestras características; ya lo sabéis, a todo ese cúmulo de cosas que forman vuestro “yo”; Si no estuvierais apegados a esas cosas, hallaríais que sois como la nada
Vosotros llegáis a ser una necesidad para mí porque sin vosotros estoy perdido, me siento incómodo, desdichado, solo. Os convertís, pues, en una necesidad para mí, en algo para llenar mi vacío. Vosotros no sois lo importante; lo que importa es que llenéis mi necesidad.
La vida de relación, por lo tanto, se convierte en una simple distracción, que os hace sentir como si estuvierais vivos. El reñir unos con otros, el sostener luchas, disputas, etc., produce una sensación de vida. De manera que la convivencia se convierte en mera distracción. La convivencia es, pues, una distracción que os hace sentiros vivos.
Si yo estoy relacionado con vosotros porque os necesito es un sentido fisiológico o psicológico, es obvio entonces que esa relación se basa en una idea, ya que deseo algo de vosotros, ¿verdad? Y tal relación, basada en una idea, no puede ser un proceso autoliberador.
Tienen, pues, que empezar a descubrir ahora; no esperar hasta que sean viejos, porque entonces no descubrirán qué es lo que realmente sienten en la relación con sus compañeros, con sus ídolos y sus ideas. No pueden aceptar meramente la palabra «libertad» o cualquier otra palabra, sino que han de ir detrás del significado de las palabras para ver cuál es la realidad, siendo la realidad lo que ustedes sienten de hecho, no lo que suponen que sienten.
Si se sienten realmente frustrados, solos, o furiosos, el decir: «no quiero estar solo, no debo estar furioso», es meramente un deseo, carece de realidad ¡y vean ahora lo que está sucediendo! Piensen, razonen consigo mismos y descubran de qué manera esa creencia los ha hecho diferentes, no con la superficial diferencia de llevar una insignia, lo cual es trivial, absurdo.
¿En qué forma una creencia así ha barrido con todas las cosas no esenciales de la vida?
¿En qué forma son más libres, más grandes, más peligrosos para toda Sociedad que esté basada en lo falso y en lo no esencial?
¿En qué forma los miembros de esta ideologia u agrupacion han llegado a ser diferentes?
Sus prejuicios, sus miedos, sus autoridades, sus agrupaciones nuevas y viejas…
Todas esas cosas, sostengo, son una barrera para la comprensión. No puedo ser más claro que esto. No quiero que estén de acuerdo conmigo, no quiero que me sigan, quiero que comprendan lo que estoy diciendo.
Esta comprensión es necesaria porque la creencia de ustedes no los ha transformado, sino que solo los ha complicado, y porque no están dispuestos a afrontar las cosas como son. En lugar de las viejas distinciones ideologicas, tienen ustedes nuevas distinciones ideologicas, en lugar de los viejos cultos, tienen cultos nuevos. Todos dependen de algún otro para sus ideas, para su felicidad, para su realizacion.
Yo digo que todas estas cosas son innecesarias, cuando digo que deben descartarlas todas y mirar dentro de sí mismo para la incorruptibilidad del ser, ninguno de ustedes quiere hacerlo. Puede que haya unos pocos, pero son muy, muy pocos.
Podéis haber leído muchos libros, podéis estar rodeados de vuestros compañeros, de nuestra agrupacion, de metas alcanzadas; un nuevo acto cada año, la última obra literaria, e, y todo lo demás. Pero una vez descartadas inteligentemente las distracciones, os enfrentéis a eso: la sensación de frustración íntima, de desesperación infinita y sin remedio.
Muy pocos de nosotros somos capaces de hacer frente a aquello directamente.
Preferimos volver los ojos hacia una experiencia real o ideologica que ha pasado, que nos ha brindado un gran deleite, una alegría o un buen resultado y quedarnos apegados a ella.
Esto es, hay quien sacrifica el presente en aras del pasado, embelleciendo el pasado; y los hay que adornan el futuro. Y es contra el presente que nos disciplinamos, es al presente que resistimos. Con ese pasado encaráis el presente. Nunca, por lo tanto, os enfrentáis de verdad con el presente: lo único que hacéis es eclipsar el presente con el pasado o con el futuro
Imitamos a fin de recibir lo que otro tiene. Puede que yo lo exprese con crudeza, pero esa es la base de nuestro pensar. Pero a buen seguro, no llega con tanta facilidad. Porque la libertad no es artículo negociable: yo hago esto y tú me das aquello. Y no es posible que una mente condicionada sea libre, por “virtuoso” que sea ese “condicionamiento”: No hay libertad si buscáis un fin, porque ese fin os ata. Puede que estéis libres del pasado, pero el futuro os retiene; y eso no es libertad.
Para recibir algo nuevo, lo viejo debe cesar.
El pensamiento desempeña un papel muy importante en nuestra vida a casi todos lo que nos aporta es cómo protegernos, cómo llegar, cómo lograr algo, cómo hacernos más perfectos, cómo tener esta o aquella virtud, cómo desechar, cómo negar, cómo estar desligados, cómo hallar la felicidad, cómo ser más hermosos, cómo amar y ser amados. Bien sabéis cuán interesados estamos en nosotros mismos.
¿Para qué, pues, tener una organización de cualquier tipo… ya sea formal o informal, a modo de colectivo, de local o de ocupacion?
Las organizaciones no pueden haceros libres. Ningún hombre puede, desde afuera,haceros libres; ni un culto organizado ni la propia inmolación a una causa puede haceros libres.
Hemos probado tantas cosas, tantas sensaciones, tantas diversiones, tantos experimentos, que nos hemos embotado y hastiado.
Y cuando lleguéis al punto en que realmente admitís que sois lo que sois –aburridos, repetitivos, insensatos, lo que fuere– entonces hay una posibilidad de habéroslas con todo ello.
Es muy difícil distinguir y darnos cuenta de lo que un realidad buscamos, ya que cambiamos según el momento. No se trata de descubrir lo que uno debería tener, o cree que debería tener, sino de averiguar por uno mismo, íntimamente, qué es lo que uno desea.
Cuando el ser humano que es necio trata de volverse inteligente, sigue siendo necio. La estupidez, a buen seguro, jamás podrá ser transformada en sabiduría; sólo cuando cesa la estupidez hay sabiduria. Sólo cuando la dominación cesa, hay libertad. Solo cuando la autoridad es eliminada; hay igualdad.
Sólo cuando la repeticion e imitacion cesan; surge lo nuevo. Sólo cuando la continuidad cesa, hay posibilidades de nacer a algo nuevo. Sólo cuando dejamos de escondernos detrás de las ideas; podemos de verdad revelarnos a nosotros mismos…Y sólo mediante el conocimiento de lo que somos podemos pasar a ser lo que queramos.
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