¿Es nuestra impresión o el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, Angel Yuste, lleva más de una semana enfrascado en repetir que las piscinas de las cárceles ya no se van a construir más? Su argumento, repetido día tras día en todos los medios de comunicación es que él entiende «perfectamente» el rechazo que ha suscitado en la ciudadanía el que se construyan cárceles con piscina. Pero… ¿de qué rechazo habla? Probablemente el que él mismo está generando con sus declaraciones diarias que engordan el mito de que la cárcel es un hotel de cinco estrellas. Señor Secretario General hable usted de la que está cayendo en las cárceles españolas: de los fallecimientos por sobredosis, de la gran cantidad de población drogodependiente que tiene en las cárceles, de la droga incontrolada que circula adentro y que causa muertes de enfermos adictos, de la corrupción, de la sobreocupación, de la cantidad de enfermos mentales que están en las cárceles sin respuesta, de los funcionarios de prisiones en pie de guerra, de los FIES, de la falta de coordinación de servicios sanitarios… etc., etc., etc.), y no sólo aparezca en los medios de comunicación para hablar de las piscinas y/o de los presos de ETA que, dicho sea de paso, no suponen ni un 1% (no llegan a los 600) de los aproximadamente 70.000 presos (mal llamados comunes) que hay en España. Háganos ese favor y diga usted algo que nos sirva para entender qué pasa.
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