La Familia De Un Preso Muerto En Nanclares Recurre El Archivo De La Causa

Le prescribieron metadona a pesar de no tener problemas de adicción a las drogas. El joven vitoriano, de 31 años, falleció en el penal alavés después de sufrir una sobredosis administrada por error.

El recluso J.B.C., de 31 años y vecino de Vitoria, falleció en 2008 en la cárcel de Nanclares de la Oca tras una sobredosis de metadona, sustancia que se le prescribió al ingresar en el penal. Ahora, el abogado de su familia ha recurrido ante la Audiencia Provincial para tratar de evitar la decisión del Juzgado de Instrucción de archivar el caso en el que se investigaban las circunstancias que rodearon a su muerte.

Según la Asociación de Apoyo a Personas Presas, Salhaketa, y la familia del fallecido, cuando J.B.C. llegó a Nanclares de la Oca el 21 de diciembre de 2008 fue derivado al Equipo de Intervención en Toxicomanías donde se le prescribió Tranxilium 50 y programa de mantenimiento con metadona «aunque no entendemos por qué, si él no tenía problemas con opiáceos, cocaína, psicoestimulantes, benzodiazepinas o alcohol, como manifiestan los servicios médicos del centro penitenciario». De hecho, según precisaron los portavoces de Salhaketa, en los informes médicos de la prisión no consta ni siquiera que se le practicara un simple análisis de orina a J.B.C., trámite «necesario antes de comenzar un tratamiento de toxicomanía con metadona».

De acuerdo con lo expuesto por Salhaketa, el 29 de diciembre de 2008, desde los servicios médicos del centro se constató por parte del Equipo de Toxicomanías que por error se le administró a J.B.C. una dosis de metadona superior a la prescrita. Como ese día había sido trasladado a los juzgados de Vitoria para prestar declaración no pudo ser atendido hasta las 13.30 horas.

Estaba irritable y se negaba a la colocación de un suero con Naloxona, fármaco usado para revertir la metadona. Dos horas después accedió a ser medicado y posteriormente fue trasladado a urgencias de Txagorritxu puesto que se había autolesionado la mano en la celda.

A las 20.00 horas fue devuelto al penal y a las 22.30 horas fue nuevamente valorado por los servicios médicos puesto que volvía a estar irritable y vociferando, «probablemente porque la sobredosis de metadona hay que tratarla durante al menos 24 horas, si no sus efectos vuelven». No se le administró nada y le dejaron en la celda de observación por motivos médicos. Hasta las 8.00 horas del 30 de diciembre nadie se dio cuenta de que había fallecido. El informe de la autopsia señaló que la causa de la muerte había sido edema pulmonar provocada por una sobredosis terapéutica, motivo por el cual el abogado trata de que no se cierre el caso «y se haga justicia».

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