El Rafita Cambia La Ley: La Cadena Perpetua

Los legisladores serán sustituidos por los empresarios televisivos, presentadores, tertulianos y freelance hambrientos. Hace meses uno de estos caza recompensas ofreció la cabeza grabada del Rafita en el programa que en Antena 3 presenta Susana Griso. Había conseguido su triunfo y el reconocimiento de charlatanes, jefes y público. Obtuvo  lo que nadie hasta entonces había hecho: grabar con una cámara oculta al monstruo.

Semanas atrás, otros equipos, denominados curiosamente de investigación, supieron que la bestia andaba suelta en Córdoba y dieron fe de ello mostrando otras imágenes del animal, el peligroso bicho deambulando por un centro comercial y hablando por un móvil. Pero esta última toma sí que era buena: el tipo ya hablaba y con toda “naturalidad” reconocía su crimen y “haber pagado por ello”.

El testimonio “excepcional” fue repetido una y otra vez para que los especialistas de la nada abundaran en la sangre fría del asesino, en su arrogancia y en su falta de empatía con las víctimas; al plató de televisión fue invitada una vez más la madre de la joven asesinada en 2003. Marimar forma parte del elenco televisivo que cada semana repasa la galería del horror para los televidentes ociosos matinales. Muchos , amas de casa, madres que irán conformándose una idea de como funciona la Justicia en nuestro país.

Rafael García tiene ahora 21 años, 14 cuando en compañía de dos menores más y un adulto se llevaron por delante la vida de una muchacha de 22 años con la que satisfacieron sus deseos más salvajes y le dieron muerte (ver sentencia).  El juez de menores les condenó a dos de los chavales a 8 años en un centro cerrado más cinco de libertad vigilada.  Al Rafita,  mote mediático ya que entonces su apodo era el Pumuki,  el juez lo sentenció a cuatro años de internamiento en un centro de menores y tres más de libertad vigilada.

En 2007 salió del centro y comenzó su período de libertad vigilada que expira este año 2010. Desde que saliera hace casi tres años, los medios televisivos, Telecinco y Antena 3, sobre todo han estado  “vigilándolo” y persiguiéndolo sin descanso a través de esos “equipos de investigación” de reporteros sin escrúpulos, de periodistas novatos y precarios, de muchachitos tenaces que buscan su gloria entre la cochambre televisiva. Lo que sabemos de este Rafita lo han ido contando estos mendas.

No he escuchado a ningún profesional, de los muchos por los que habrá pasado el condenado, hablar de su pronóstico de reinserción, de las ayudas que ha recibido, de las posibilidades que se le han ofrecido, de los recursos aportados, de la intervención sico-social de otra víctima de la exclusión;  gitano, desescolarizado, ¿tutelado? en el momento del crimen por la Comunidad de Madrid  (ver página 14 de la sentencia).

Desconozco si en esos centros de reforma lo han reformado y lo han encarrilado para que pueda normalizar su vida, a la que tiene derecho según el mandato constitucional que los expertos de la nada desconocen o ignoran. Los medios sólo hablan de venganza y cárcel. Lo presentan como una fiera, aunque su comportamiento en el crimen de la joven así lo retratara, porque robó, dicen, el ordenador de una vecina en Málaga y recientemente intentó llevarse un coche en Madrid.

La madre de la asesinada acude solícita al plató y anuncia que el tipo volverá a matar como ya hizo con su hija y que por eso hay que encerrarlo de por vida. De los cuatro que participaron en los repugnantes hechos, Rafa García es el que obtuvo la condena más favorable. Participó efectivamente en el crimen pero por lo que  leemos en el fallo judicial no en la primera línea. Por eso es condenado a cuatro años y no a ocho. Da igual. Los medios recuerdan una y otra vez el luctuoso acontecimiento y meten a todos en el mismo saco.

Y hete aquí que en el momento más bajo del Gobierno socialista, los del PP, con el ultra de Javier Arenas a la cabeza, introducen con alevosía y oportunismo la posible implantación de la cadena perpetua en nuestro país, situándose fuera de la Constitución, con el auditorio televisivo aplaudiendo la propuesta. Recuedo que  nuestro país ya aprobó con los votos de PSOE y PP el cumplimiento íntegro de las penas, que,  para los delitos graves, alcanza los 40 años íntegros.

Una cadena perpetua que esta mañana una diputada del PSOE, que se reclamaba progresista en los desayunos de TVE, reconocía que ya tenemos y no revisable. De tal guisa que los partidos mayoritarios compiten por ver cual de los dos aprieta más la tuerca para contento del graderío al que la tele no le da nada más que un único argumento: la reinserción no es posible, quien a hierro mata a hierro muere.

Y por fin Telecinco entrevista en exclusiva al muchacho que accede para que le dejen en paz los medios. Dice que se siente acosado por los telereporteros de casquería y vísceras y que ni siquiera puede trabajar porque es algo público y anda escondido para que no lo saquen en la morralla televisiva ( ver entrevista ).

Le pide perdón a la madre de la asesinada y la noticia sigue: la madre no acepta el arrepentimiento y pide cárcel eterna para el hombre sobre el que no se ponen de acuerdo en cómo responder a las sentencias que locutores y especialistas escupen a borbotones en las mañanas de España.   Ana Rosa, la de los calendarios de Haití, grita a sus perros por haber perdido el rastro de la presa y amenaza con echarlos porque los informativos de  T5 , y no su productora no ha conseguido al homicida, que se empeña en pregonar su inocencia, como muestra en un Auto de la Audiencia que no encuentro en Internet.

Nadie le cree. Él estuvo allí y cometió, junto con el resto de los bárbaros, el vil crimen. Resucita la España profunda que parecía enterrada y apenas alguien muestra misericordia y compasión cristiana en este país que jalea las mañanas de domingo al nacional catolicismo de Rouco y sus hermanos, que  nos han devuelto al tiempo de  Falange y de las JONS,  que ha presentado una querella contra Garzón y El Supremo la admite.

Reformarán la ley del menor por un puñado de votos y los niños delincuentes, hijos de la recesión y la miseria, caerán presos, reos de empresas reinsertadoras que cobran pingües beneficios para encadenarlos en las celdas de castigo que niegan las autoridades tan democráticas y constitucionales. El informe de Amnistía Internacional sobre  menores en centros terapeúticos no ha provocado el cese de nadie, ni ningún fiscal o juez, que se se sepa,  ha iniciado una investigación al respecto.

El vocerío contento al fin, arengado por los telepredicadores que  gritan  otra vez  que la letra con sangre entra y una mujer policía, que en la represión ya hay igualdad, se erige en pedagoga y con el rostro oculto dice a la cámara  de televisión que los niños no tienen límites y ellos se los ponen con grilletes en las manos y hostias cuarteleras como de vez en cuando se le escapa al juez neofascista Calatayud que ha reinventado a D. Angel: aquel viejo profesor, de traje de pana, boina de rabillo y un pava de  ideal que pendía de sus labios resecos y sucios, que tuve en el colegio la Hispanidad de Madrid, y que me pegaba en la primaria con un palo de escoba en la palma de la mano porque “en clase no se habla” y me subía un palmo del suelo de las patillas para que “no enrede con los compañeros”.

Esa es la receta del Calatayud que cobra las conferencias y tertulias a las que asiste convertido en un juez estrella de sentencias ejemplarizantes. Una vez le oí decir que antes de los negros y los moros, los recursos debían de emplearse en los pobres nacionales, ridiculizando a los equipos “multidisciplinares esos”, con lo bien que funciona un buen guantazo. El Rafita es efectivamente un monstruo creado para mantener la audiencia que asiste al Coliseo televisivo clamando sangre, sangre, sangre mientras la EPA anota  que el paro llega ya a los cuatro millones trescientas mil personas. En España casi un 19%. En Andalucía un 26% de parados. La que más cárceles y presos tiene de todo el país.

Alberto Almansa

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