Categoría: <span>Debate sobre objetivos y medios de lucha</span>

“Los presxs anarquistas no están solxs” o “si tocan a una, nos tocan a todas” fueron consignas que una vez más quedaron plasmadas en la práctica, en el quehacer cotidiano anárquico, antes, durante y después del juicio que se realizó contra nosotros. Los gritos de desprecio a la autoridad que traspasaron los controles judiciales y los muros de los juzgados provocaron la visible rabia contenida en los rostros de jueces y fiscales, y la sonrisa de los nuestros. La presencia en la sala de caras solidarias conocidas y desconocidas durante los tres días nos llenó de orgullo y alegría, haciendo que acusaciones y peticiones fiscales perdieran por completo su pretensión amedrentadora. No podrán pararnos. Las acciones transgresoras solidarias y negadoras de lo existente que se multiplicaron por diversos territorios es una muestra más que estamos en todas partes, que no entendemos de fronteras y que la solidaridad es inseparable de nuestra práctica. Compañerxs que apostaron y apuestan por el enfrentamiento, aventurándose, intentando hacer de sus vidas el reflejo de sus deseos, impulsos y pasiones de acabar con el poder en todas sus formas y en todas partes, que no se conforman con discursos vacíos y autocomplacientes, que insisten y se exponen en gestos de solidaridad activa, para ellxs todo mi respeto y cariño. Su osadía y coraje me reafirma enormemente. Es en ese intento de hacer lo que se dice y se piensa, de transformar en hechos los discursos e ideas, donde comenzamos a adueñarnos de nuestras vidas, donde dejamos de ser espectadores pasando a ser actores que pretenden tomar las riendas de su existencia definiendo de manera autónoma prioridades, ritmos, tiempos y proyectos. Al tomar la iniciativa nos posicionamos en ofensiva no esperando a que surjan acontecimientos ni convocatorias de movimientos que nada tienen que ver con nosotros que determinen nuestra lucha. Tenemos una rica historia, fuertes ideas y mucha imaginación para reinventarnos constantemente. Al asumir la vida desde esta perspectiva se está asumiendo también la cárcel en la medida que es inseparable con la postura confrontacional. La prisión está en nuestra cotidianeidad, no solo para quienes estamos dentro de ella, sino para todxs lxs que apuestan por el conflicto permanente contra el poder. Está en nuestras conversaciones, en nuestros pensamientos y proyectos, está presente en cada paso que damos en el camino por la liberación total. Por lo que desdramatizar el tema de la prisión se hace imprescindible.

Debate sobre objetivos y medios de lucha Desde dentro

La exponencial aceleración de los acontecimientos en la era de la hipervelocidad hace que no nos dé tiempo a pensar lo vertiginosamente que cambian las cosas en un único sentido: homogeneización, generalización del control y del malestar social, aislamiento del individuo en su cárcel interior y, sobre todo, merma de la capacidad de resistencia para así conseguir convertirnos sin que lo apreciemos en sujetos enfermos, sujetados, pasivos, fatigados, estresados, en un estado anímico permanente de ansiedad difusa cuya única salida es recurrir a la droga televisiva, a la evasión puntual y desenfrenada, a los psicofármacos y a no pensar en nuestra condena aceptada. Esto es lo que ocurre en nuestra sociedad carcelaria. Ni que decir tiene que la trituradora policial, penal y carcelaria se ha encargado de un modo especialmente intensivo de hacer lo mismo con las personas que sanciona y en muchos casos encarcela.

Aún en nuestras sociedades, ni siquiera se ha hecho un debate sobre qué modelo de prevención y lucha contra el delito necesitamos para garantizar la seguridad que no es otra cosa que el efectivo ejercicio de los derechos y libertades tan solo formalmente reconocidos y, mucho menos qué respuesta dar a la comisión de delitos que atenten contra nuestra seguridad. Hoy, la única seguridad que se busca garantizar es la de los estados y la de quienes los gobiernan, no la de las personas.

Debate sobre objetivos y medios de lucha

Ánimo y fuerza, compañerxs:

Soy José Manuel Martins Mendoza, miembro del grupo “COLAPSO”, Colectivo Anarquista de Presos Sociales, y hoy quiero haceros llegar estas letras con aires libertarios y renovados pues me imagino que muchxs de vosotrxs se habrán visto desamparadxs por la disolución de C=T cuando tendría que ser todo lo contrario, esto nos debe valer para nuestro aprendizaje. Como se ha comprobado, los ayunos y escritos que hemos mandado quedan en agua de borrajas, pero los compas desde fuera también estaban aprendiendo y ya se habrán dado cuenta de que por mucho que hagamos todos, los muros de las cárceles seguirán ahí. Pero nos hemos hecho oír y gracias a todxs lxs compñerxs de la calle, poseemos un arma muy importante que es la asistencia jurídica. Pero me da pena que en la calle la gente, por temor a leyes mordaza, terrorismo de Estado, pertenencia a banda armada y toda su mierda de “estado de bienestar”, los oligarcas cada día se hacen más ricos, los gobernantes nos machacan por todos los lados, los curas siguen violando a niñxs y aquí no pasa nada, con lo cual, muchxs de los que nos declaramos anarquistas se dan por vencidos pensando que lo nuestro es solo una utopía y empiezan a ser esclavos de mierda por los burgueses, o sea, unxs asalariadxs más, pues, si no es así, nunca tendremos una casa propia para dejarles a nuestros hijos, y eso es lo que no puede ser. Sabemos que somos su materia prima y ellxs sin nosotros sí que no podrían vivir, nosotros, por ahora, sí podemos elegir cómo vivir o morir.

Sabemos que la unión hace la fuerza y esta derrota al poder, y lo que están haciendo con nosotros es lo que lleva siglos haciéndose en Francia, Rusia, Italia… por no recordar tantos y tantos países: dejar que construyamos nuestros propios guetos y sacarnos bien fuera de sus ciudades.

Debate sobre objetivos y medios de lucha Desde dentro

Normalmente cuando se aborda la cuestión carcelaria se hace foco lógicamente sobre la población reclusa y sobre los efectos personales y sociales de esta maquinaria represiva. En esta ocasión hemos querido abordar la cuestión de la solidaridad en el ámbito libertario y antiautoritario, de los grupos que trabajan para dar apoyo a las personas presas o denunciar y reflejar la realidad carcelaria, con sus ignominias, pero también sus luchas y resistencias.

Se dice que “Un movimiento que olvida a sus presxs está condenado al fracaso” ¿cuida el movimiento libertario la cuestión carcelaria?

Al movimiento libertario, como se ha podido ver recientemente en relación con las personas detenidas y presas por la “operación Pandora”, se le dan bien los gestos solidarios animados por sentimientos de afinidad y que se extienden espontáneamente, como en ese caso, a una amplia colectividad. En un primer momento, suele reaccionar dignamente en defensa de “sus” presos. Falla más en la acción a largo plazo, sostenida, consciente, organizada, y en la crítica amplia y profunda, al mismo tiempo práctica y teórica, frente al poder punitivo del Estado. En nuestra opinión, un movimiento anarquista real, que aspire a enfrentarse seriamente al régimen totalitario de dominación y explotación imperante, tiene que plantearse también seriamente la “cuestión criminal”, uno de los aspectos fundamentales de la “cuestión social”, o de la “cuestión del poder”, tal como se han configurado contemporáneamente. En primer lugar, como autodefensa de los oprimidos frente al sistema penal, que es uno de los principales instrumentos de la opresión. Nosotros no reconocemos la división entre presos políticos y presos comunes. Todos los presos son políticos, ya que la mera existencia del sistema penal es quizá la cuestión política “por excelencia” entre las que se han de plantear si se quieren discutir realmente las relaciones de poder vigentes: ¿Tiene el Estado derecho a amenazarnos, a imponernos pautas de conducta y a castigarnos si nos desviamos de ellas? Únicamente el derecho que le da la fuerza. No estamos de acuerdo en que se reivindique a los presos anarquistas como “presos políticos”, un grupo separado del resto de la población reclusa, con unos intereses particulares que defender por encima del interés común de los oprimidos en enfrentarse a la opresión y en unirse para poder hacerlo.

Como decía desde la cárcel la gente del MIL, la manera de solidarizarse con los presos anarquistas es continuar su lucha. Otra cosa es cómo se articula la afinidad política y personal de unas personas determinadas con otras, pero, si existe un movimiento anarquista, debe luchar por la abolición del Capital, del Estado y de su poder punitivo, cuya principal función es el sostenimiento de las condiciones de explotación y el debilitamiento constante de la subjetividad de los explotados y excluidos. Así que los presos del movimiento libertario son, según nuestra manera de pensar, todos los presos. Pero la presencia de los anarquistas en una supuestamente entablada “lucha anticarcelaria” ha sido más bien testimonial, propagandística, ideológica, de modo que formaría parte más de un catálogo de señas de identidad “libertarias” que de la práctica real de un movimiento realmente existente. Lo suyo se definiría mejor como una especie de sensibilidad anticarcelaria, que no se ha traducido en hechos apreciables. Todos las tentativas se han frustrado, entre otros factores, por ese problema del predominio de las apariencias sobre la realidad. El episodio más remarcable de esa presencia, fue la llamada “lucha contra el FIES”, entre el 99 y el 2002, más bien un intento fracasado del que no se ha producido todavía el necesario balance de errores y aciertos. Desde entonces, las cosas no han hecho más que empeorar, en el sentido de que las apariencias, la autocomplacencia, han seguido primando sobre la práctica real. Desde el campo penal, por tanto, lo único que se ha visto del “movimiento libertario” ha sido una especie de espejismo, un verdadero fantasma, y se podría dudar de que exista realmente otra cosa.

¿Qué motivación os llevó a crear vuestra asociación y cuáles son vuestras principales labores?

No somos una “asociación” más que en el sentido de unas cuantas personas libremente asociadas en un proyecto común, determinado también de una manera muy libre, sin otra estructura que la coordinación con pocos formalismos de varios pequeños grupos de trabajo. Se puede decir que entre nosotros “la organización es la organización de tareas”. Tokata y Fuga empezó en Valencia como programa de radio a finales de los 80, y se estuvo emitiendo durante más de diez años con la participación sucesiva de una buena cantidad de personas y bastante participación desde dentro de las cárceles. Después, hubo una ruptura en Radio Klara y el Tokata fue uno de los programas que salieron. Se emitió luego algunas veces en Radio Kinkalla, un proyecto de radio libre que no fue más allá de una primera fase experimental y duró poco. Entonces, el Tokata se convirtió en un colectivo bastante informal que se implicó, por ejemplo, en el apoyo a la lucha contra el FIES, finalizada la cual, algunas personas decidieron encargarse de hacer un boletín que hiciera llegar a las personas presas comunicados, mensajes reflexiones y noticias, en su mayor parte de otras personas presas. El boletín fue elaborado por diferentes personas durante algunos años, las cuales se implicaron, por ejemplo, hacia 2005-2006, en una propuesta de lucha contra las grandes condenas, hasta que dejó de salir.

Cuando llevaba bastante tiempo sin hacerlo, desde una asamblea que se había formado en el 2007 para tratar el tema de la solidaridad con la lucha de los presos italianos contra el ergastolo —la cadena perpetua italiana—, viendo su necesidad como herramienta de comunicación entre las personas presas, se envió a algunas personas voluntarias a ofrecer su ayuda a quienes habían estado haciendo últimamente el boletín, pero lo que esa gente les pidió fue que se hicieran cargo del mismo. Después de discutirlo un tiempo, se pusieron a ello y empezó en el 2008 la actual etapa, apoyando la propuesta de un grupo de presos de iniciar una campaña “contra la cadena perpetua legal o encubierta” sumándose a la iniciativa italiana de continuar un año más la lucha contra el ergastolo. Por entonces, el mismo grupo que hacía el Tokata propuso la creación de una comisión de solidaridad en la caja de resistencia colectiva existente entonces en Valencia, que se encargara del apoyo jurídico a presos en lucha. El grupo salió bastante quemado de su implicación entre el 2011 y el 2012 en la campaña “Cárcel=Tortura” y el boletín estuvo más de un año sin salir, por diversas circunstancias, dedicándose la gente a otras faenas, como la de participar en la asamblea de solidaridad que se encargó de las tareas de la citada comisión, al desaparecer la asamblea de la caja de resistencia.

En septiembre del 2013, algunas personas decidieron volver a empezar con el programa de radio y, unos meses después, un grupo de trabajo distinto, aunque coordinado con el de la radio, consiguió rehacer la lista de corresponsales y sacar otra vez el boletín. Otro grupo distinto, cuando el Ateneo Al Margen decidió suprimir la sección anticarcelaria de su página web, donde se solían colgar los boletines y las informaciones necesarias para elaborarlos, empezó a gestionar desde el 2010 primero un blog y luego una página web que han hecho desde entonces esas funciones. Últimamente han empezado las “ediciones Tokata” que en el último año han participado en la edición de dos libros: “Un resquicio para levantarse” y “A un latido de distancia”. Resumiendo, bajo el nombre “Tokata” se agrupan un conjunto de instrumentos de comunicación al servicio de la lucha anticarcelaria: elaboramos y enviamos el boletín y mantenemos correspondencia con los presos que lo reciben; tenemos al día la página web tokata.info; hacemos semanalmente el programa de radio Tokata y Fuga; vamos sacando adelante las ediciones Tokata, y, finalmente, intentamos contribuir a organizar cierto apoyo jurídico, sobre todo a presos en lucha, dando prioridad a las grandes condenas, así como a denuncias por malos tratos y otras situaciones de abuso. Pero no formamos un grupo cerrado sino que intentamos coordinarnos entre personas y pequeños grupos que se han ido implicando en esas tareas. Lo cual no quiere decir que no nos hayamos puesto de acuerdo en lo fundamental, pero eso no lo vemos como una función “orgánica”, sino como el resultado de un debate permanente que también está entre nuestros objetivos contribuir a mantener abierto.

¿Cuáles son las dificultades más significativas con las que os enfrentáis en vuestro trabajo? ¿Cómo es vuestra relación con el entramado legal?

Nuestras tareas no son demasiado complicadas y tenemos bastante pericia en ellas, fruto de la experiencia, individual y colectiva. Las dificultades vienen del escaso interés que suscitan estos temas, en general y también en el gueto libertario en particular, la poca gente que se implica y el débil compromiso de la mayoría. El programa de radio se enfrenta a la dificultad de hacer que se oiga dentro, ya que lo impiden ciertas interferencias; se ha emitido durante algunas semanas en una radio municipal de Picassent, pero al final su “dirección” ha decidido dejar de hacerlo. El boletín se enfrenta a todos los obstáculos que pone la administración penitenciaria para impedir que les llegue a los presos. Con el entramado legal tenemos relaciones pragmáticas, ya que le damos gran importancia al apoyo jurídico, y también nos obliga a ello el esfuerzo por llegar a la gente de dentro, pues nos enfrentamos a menudo a intercepciones, intervención de “comunicaciones” y otras represalias a nuestros corresponsales, etc. Además de que la información sobre temas legales también forma parte de nuestros objetivos.

Nuestra posición no es abolicionista ni garantista ni asistencialista aunque participe en parte de todos esos planteamientos. El nuestro es, por un lado, un planteamiento anarquista, pues nuestro objetivo a largo plazo no es la abolición de la cárcel, como un cambio a mejor dentro de la sociedad capitalista, ni la defensa de un sistema estatal democrático que garantice los derechos de los “ciudadanos”, sino la destrucción del Capital y el Estado, sin la cual no pensamos que se pueda acabar tampoco con el sistema punitivo. Y, por otro lado, es un planteamiento de autodefensa solidaria, basada en la autoorganización de los afectados por cada faceta del sistema penal. El cual amenaza a todos los oprimidos, y funciona en bloque, por lo que hay que atacarlo en bloque, no atomizados en grupos de interés, sino todos unidos por una solidaridad bien entendida, basada en el apoyo mutuo y la coordinación horizontal y en la idea compartida de que el interés general pasa por la desaparición del Estado y de todos sus instrumentos de control y dominación de la población.

Sin embargo, en ese contexto, nos parece que la defensa jurídica es una necesidad tanto de las personas presas como de las que intentan luchar en la calle. La maquinaria jurídico-penal está en funcionamiento permanente, queramos o no, y no se la puede combatir ignorándola. Si queremos sabotearla hemos de conocerla y ese conocimiento, dado además que ella se inmiscuye permanentemente en nuestras vidas, no puede ser sólo teórico. La indefensión de los pobres es un presupuesto de su funcionamiento, e intentar contrarrestarla, en contra de quienes piensan que implica reconocer las leyes del Estado y contribuir a su vigencia, para nosotros es crear una tensión permanente que lo que hace es debilitar la maquinaria punitiva, no apuntalarla. En todo caso, se trata de defendernos, y de ir fortaleciéndonos, a través de la práctica necesaria, hasta que llegue el momento de pasar a la ofensiva, no de contribuir a crear y explotar héroes y mártires.

¿Cómo es la relación con las personas presas? Imaginamos que será compleja y que a lo largo de los años habréis acumulando experiencias y enseñanzas al respecto…

La relación con las personas presas es difícil, sobre todo por la situación en que se encuentran, y porque la administración carcelera hace todo lo que puede para mantenerlas atomizadas entre ellas e incomunicadas de la calle, lo cual ha sido su principal objetivo estratégico al menos desde los tiempos de la COPEL. Para eso son las macrocárceles, el “régimen modular”, el FIES, el primer grado, los continuos traslados que sufren los presos “conflictivos”, las prohibiciones, intercepciones e intervenciones de comunicaciones, etc. Una dificultad añadida es que desde el gueto libertario se les ha vendido mucho humo a las personas presas, y ha habido, desde tiempo atrás, una especie de mitificación mutua, por la que desde la calle se suele mirar a los presos como una especie de “sujeto revolucionario” sustitutivo, mientras ellos asumen la existencia de un “movimiento” mucho más fuerte, consciente y articulado que el que existe verdaderamente. Todo lo cual, dada la alienación en que vivimos los individuos sometidos al actual régimen social, crea problemas para discernir la ficción de la realidad.

En no pocas ocasiones las personas represaliadas tienen que afrontar largas condenas lo que se contrapone también a menudo con la inestabilidad de los núcleos de apoyo exteriores. ¿Cómo veis esta cuestión y cómo creéis que se puede mejorar?

Ese de la inestabilidad es también un problema grave a cuya solución nosotros intentamos contribuir con los medios de que disponemos aportando lo que podemos a la articulación de un debate estratégico sobre la posibilidad y oportunidades de una verdadera lucha anticarcelaria. Tanto en lo que se refiere a la memoria de las luchas o intentos de lucha y a la reflexión sobre sus aciertos y errores, como al análisis permanente de las medidas represivas y preventivas que va tomando el Estado y a la investigación sobre qué se puede hacer para defenderse de ellas. Los presos con grandes condenas, veteranos de gran parte de los intentos de lucha que se han producido, son probablemente quienes han hecho contribuciones más valiosas a ese debate, y el diálogo entre ellos y con ellos nos parece la mejor manera de darle vida. En realidad, en el centro de nuestro planteamiento hay una idea propuesta por los propios presos en lucha en los llamamientos que dieron lugar a la campaña contra el FIES. Como decían en uno de sus primeros comunicados: “nos parece necesaria la creación de un espacio en el cual cada cual pudiere expresarse y participar en la planificación de la lucha contra la cárcel. Ello implicaría una autocrítica de los medios empleados y por lo tanto un no estancamiento de los mismos. (…) Creemos que es importante crear un espacio que nos permita comunicar entre todos. Nos permitiría romper con no pocos estereotipos y enriquecernos mutuamente. Unificarnos a partir de nuestras diferencias es el único modo viable de hacer frente a la represión. (…) En los aislamientos no nos falta combatividad. Nos falta coordinar nuestras propuestas. Vosotros, desde el exterior podéis ayudarnos a organizarnos, y, a partir del mencionado espacio, juntos promover acciones y reclamar que se cumpla la legalidad. Con vuestro apoyo creemos posible erradicar las torturas y malos tratos. Tenemos la convicción de poder hacer frente a los abusos, pero os necesitamos, nada podemos hacer sin vosotros salvo seguir pudriéndonos en la celda”.

Lo que nosotros pretendemos es contribuir a abrir y a mantener abierto un “espacio de lucha” de ese tipo, a “tejer una red de comunicación”, donde pueda desarrollarse un debate abierto entre los enemigos del sistema penal que proporcione, desarrolle y refine herramientas críticas, estrategias y tácticas para esa lucha. Nos importa mucho el realismo, el pragmatismo, y estamos en contra de los planteamientos meramente ideológicos, espectaculares, aparentes… Pensamos que la lucha social real no puede entablarse más que a partir del planteamiento de necesidades concretas y de la elección de los medios para atenderlas, desarrollados por los propios afectados en un contexto de autoorganización. Queremos fomentar el debate permanente entre todas las personas implicadas para que no se pierda ninguna experiencia ni enseñanza y, a ser posible, para ponernos de acuerdo, comprometernos unos con otros en proyectos realizables que se puedan transformar paso a paso, al hilo de la práctica y del diálogo, reflexionando colectivamente sobre aciertos y errores, objetivos a corto, medio y largo plazo, medios, procedimientos, tácticas que se pueden emplear para alcanzarlos, su eficacia, el uso que se ha de hacer de ellos… Contribuir a la formación de una conciencia colectiva, de una comunidad de lucha. Así es como entendemos también, en un plano más amplio, las posibilidades de que exista algún día de verdad un movimiento anarquista que merezca ese nombre.

¿Cómo afectan las cuestiones represivas tanto a la relación y el trabajo con los presos como vuestra actividad en general?

Los “servicios de información” del Estado prestan especial atención a todo lo que se mueva en este campo, y carceleros, policías, jueces y “medios de formación de masas” están muy dispuestos a criminalizar todo lo que se haga. El mero hecho de que los presos puedan comunicarse entre ellos y con la calle y ponerse de acuerdo para actuar juntos, debilita la acción de la máquina carcelaria y el poder punitivo e intimidatorio del Estado. Así que, en una situación de la que una de las principales finalidades es el control extremo de las personas sometidas a ella, no se puede evitar que éste se extienda también a la gente de la calle que se implique. Como sabemos por experiencia, cabe esperar que la represión y la manipulación informativa de la que no se puede separar hoy en día las acciones del sistema penal se empleen a fondo al menor indicio de lucha real. Hace falta prudencia, discrección y realismo, por lo tanto, y, en primer lugar, evitar crear fantasmas ideológicos y mediáticos dándoles el trabajo hecho a nuestros enemigos. Nuestra faena, tanto la de los “anarquistas” como la de la “lucha anticarcelaria”, es a largo plazo y son contraproducentes el afán de protagonismo y ese “inmediatismo”, tan típico entre los integrantes del gueto libertario, que no es más que la versión “subversiva” de la impaciencia neurótica por satisfacer todos “sus” deseos típica del ciudadano consumidor.

¿Qué creéis que os ha aportado vuestra labor en lo personal y también en una perspectiva de movimiento?

Nuestra labor nos ha aportado pocas satisfacciones narcisistas, porque de éxitos aparentes hemos tenido pocos, pero nos hemos mantenido en la brecha, hemos afirmado y reafirmado nuestros principios, hemos puesto en juego nuestras ideas teóricas y prácticas, hemos desarrollado algunas habilidades, hemos aprendido mucho sobre cómo funciona la máquina punitiva, hemos adquirido experiencia, hemos encontrado afinidad política y personal con algunas personas. A escala colectiva, aparte de lo ya dicho en las anteriores respuestas, pensamos que aún se puede aprovechar todas las enseñanzas acumuladas en intentos anteriores para aspirar a levantar, aprovechando las oportunidades que ofrezca el imparable proceso de descomposición social que estamos viviendo, al tiempo que un verdadero movimiento anarquista, una verdadera lucha anticarcelaria.

Ekintza Zuzena nº 42 (abril 2015)

Debate sobre objetivos y medios de lucha

La cárcel como eje central del sistema penal, así como el régimen de dominación y explotación capitalista a cuyo servicio está evidentemente la acción punitiva del Estado, se pueden definir como máquinas de tortura. Las primeras en constatar que los malos tratos y las torturas constituyen un instrumento empleado sistemática y cotidianamente por los carceleros para hacer funcionar la máquina penitenciaria son las propias personas presas. No es necesario recurrir a informes anuales y datos varios de organizaciones de defensa de los derechos humanos y de denuncia de la tortura para asegurar que la tortura es una practica ejercida sistemáticamente en el interior de las prisiones. Es necesario recurrir a quienes la sufren a diario:

El «tratamiento» que se aplica consiste en agresiones, chantajes y amenazas a presos sociales, suponiendo una impunidad absoluta y conculcando los más elementales derechos fundamentales.

Los tortazos y amenazas se han generalizado tanto que se toman por normales, como si viniesen regulados en el reglamento interno de la prisión. En este módulo de aislamiento las agresiones son mucho más duras. Hace pocos meses rompieron una costilla a un preso social; su denuncia motivó la presencia de la Defensora del Pueblo en el aislamiento, pero no ha servido para frenar la brutalidad que se ejerce. Este mes tuvieron que ingresar a un preso en el hospital tras apalearlo. Firman el colectivo de presos políticos vascos de Córdoba en diciembre de 2013

Actividad en la calle Cárcel=Tortura Debate sobre objetivos y medios de lucha

El sistema penal es de alguna manera la primera línea de la amenaza, pronta a convertirse en violencia, que el régimen de dominación hace pesar permanentemente sobre los oprimidos para imponerles sumisión. Y, por tanto, también en cierto modo, la primera línea de la resistencia frente a ella. Sería lógico, pues, que los autodenominados “anarquistas” —para ellos mismos al menos, los principales enemigos de dicho régimen— prestaran gran atención a los conflictos concretos que pudieran producirse en esa primera línea. La autodefensa contra el sistema penal es parte fundamental de la tradición anarquista. Por ejemplo, en las primeras décadas del siglo XX, la solidaridad con los presos, junto a las expropiaciones y la lucha abierta con la policía y con los pistoleros de la patronal, era el centro de la actividad de muchos grupos de afinidad. En el 36, como una de las primeras medidas tomadas desde abajo en la revolución que hizo frente al alzamiento militar, los anarquistas abrieron las cárceles. Sin embargo, los que ocuparon posiciones de poder en el Estado republicano, entre otras muchas opciones netamente contrarrevolucionarias, contribuyeron a volver a llenarlas o lo consintieron, incluso cuando eran los mismos anarquistas quienes iban presos. García Oliver fue ministro de justicia, máxima autoridad carcelera y, según se dice, uno de los inventores de los campos de concentración. Además de que, como muchas otras organizaciones del bando republicano, la CNT tuvo también sus “checas”, cárceles informales donde se encerraba, se interrogaba y se juzgaba sumarísimamente a los sospechosos de connivencia con el enemigo, que muchas veces eran ejecutados, y hubo participación de anarquistas en las “sacas” de presos “facciosos” para ser fusilados.

Debate sobre objetivos y medios de lucha

REFLEXIÓN SOBRE EL POCO APOYO DESDE EL ÁMBITO ANARQUISTA A LXS PRESXS EN LUCHA Y A LA LUCHA CONTRA LAS CÁRCELES

Escribo este texto a modo individual y sin ningún afán de ser políticamente correcto. A veces sobran los panfletos bien estructurados y falta comunicarse desde el sentimiento del momento de una forma más cruda. Siento rabia de que en Barcelona, una ciudad con multitud de centros sociales okupados, ateneus libertarios, grupos y colectivos de lucha social en cada barrio, volvamos a ser tan pocxs lxs que nos movilizamos cuando tenemos a un compañero secuestrado por el estado en un centro de exterminio a tan solo 30 kilómetros de nosotrxs que se está jugando la vida llevando a cabo una huelga de hambre a muerte. Una persona que lleva 40 años enjaulada y que está desfalleciendo tras 2 largos meses sin alimentarse. ¿Podéis llegar a empatizar? ¿Podéis llegar a entender lo que debe suponer estar la mitad de tu vida cautivo sin poder ver, oír o sentir mas allá de los muros de hormigón? ¿Podéis comprender el grado de desesperación en el que debe estar alguien para decidirse a dejar de comer hasta la muerte si es necesario? ¿No veis que es un grito de socorro? ¿Hay que esperar a que muera para que seamos más de 40 en una concentración? ¿Es necesario un mártir para que salgamos por un momento de la comodidad de nuestro guetto y actuemos, aunque sólo sea para acudir a una concentración? ¿Qué más tiene que ocurrir compañerxs? Hace una semana asesinaron a un preso combativo, le ahorcaron en su celda. Esto ocurre varias veces cada año. Las torturas son constantes. Hay varias webs y boletines informativos, no es cuestión de falta de información sino de falta de interés. ¿Que más tiene que ocurrir para que dediquéis un hueco en vuestras apretadas agendas para acudir a una concentración o una marcha al talego?

No escribo este texto desde un punto de vista pedagógico ni estratégico para que más gente se una, lo escribo desde la desesperación para ver si aunque solo sea por un momento se os remueve la conciencia a todxs aquellxs que os llenáis la boca de palabras y la ropa de parches y no estáis a nuestro lado cuando realmente hace falta. No es nada nuevo que los conciertos y fiestas muevan a miles de personas y en las charlas o actuando en las calles seamos unas pocas decenas. Esto dice mucho de nuestro supuesto movimiento revolucionario, que en su mayoría es todo pose y autocomplacencia. Que sea la realidad existente no quiere decir que tenga por qué aceptarla o que no sienta impotencia y rabia ante la situación actual.

A veces me pregunto qué es lo que hace que la lucha contra la cárcel esté tan marginada dentro de la lucha libertaria en la actualidad cuando está tan clara su función y su labor para el estado. Estar contra la dominación y contra el estado debería implicar estar contra la cárcel de por sí y apoyar a quienes desde dentro se rebelan contra ella. Quizá la desconexión entre la realidad de nuestro guetto y la realidad carcelaria sea el motivo, ya que la mayoría de personas que las pueblan provienen de un ámbito social diferente al nuestro en el que la gran mayoría provenimos de las clases medias y no estamos acostumbradxs a que quienes nos rodean entren al talego. La tendencia de nuestro movimiento es realizar toda clase de acciones legalistas que no impliquen la posibilidad de cárcel desechando otras formas de actuar que impliquen esa posibilidad, reduciendo cada vez más nuestro ámbito de actuación hasta el punto de que el cuestionamiento a la no violencia es prácticamente un tabú. Cuando detienen o encarcelan a compañerxs cercanxs hay mayor movilización porque sentimos esa realidad de cerca pero el discurso suele centrarse en la absolución o en que es un montaje, o en que no es delito ser anarquista, no en que las cárceles y el estado que las sustenta deben desaparecer y que apoyaremos a nuestrxs compas sin valorar si son culpables o inocentes de lo que se les acusa, que para ello ya están los jueces. Esto se nota claramente cuando a quien encarcelan no defiende su inocencia e incluso reivindica sus actos. El apoyo suele ser escaso o nulo.

Siendo esto así qué podemos esperar cuando se trata de apoyar a alguien a quien nadie conoce ya que lleva en la cárcel más tiempo que el que muchxs de nosotrxs hemos vivido. Pues lo que hay. Quizá este texto no sea para convencer a nadie de nada sino solo otro grito de desesperación desde fuera que se une a los muchos gritos de desesperación desde dentro.

Si crees que tiene algún sentido fotocopia y difunde entre lxs tuyxs.

Nota del Tokata. Hemos recicibido este texto por mail, sin firmar, pero lo publicamos por su sencillez, empatía  y sinceridad y, sobre todo, porque no nos parece que falte a la verdad o que diga ninguna tontería, sino todo lo contrario.

Actividad en la calle Debate sobre objetivos y medios de lucha José Antúnez

La propuesta que ofrecéis de creación de una Coordinadora Anticarcelaria Cárcel=Tortura para que no se pierda la red de apoyo creada en 4 años de campañas me parece buena, aunque se necesitan ver resultados CONCRETOS; sinceramente no entiendo muy bien como pueda funcionar esta propuesta. Adelante.

A vuestra pregunta de si quiero/queremos continuar con la campaña contra las torturas y los malos tratos en prisión, Cárcel=Tortura, ya contesté ampliamente en anteriores escritos, pero en vista de que volvéis a preguntarlo os contestare con otra pregunta… ¿Acaso han terminado los malos tratos en las cárceles? ¿Acaso han cerrado los módulos FIES y de Aislamiento? ¿Acaso el sistema penitenciario se ha vuelto más humano de repente? Entonces, si todo sigue igual que razones hay para dejar la campaña. Yo no veo ninguna.

En cuanto a propuestas de luchas desde dentro, ya conocéis mi opinión referente a huelgas de hambre indefinidas y y no tanto indefinidas y en el no pedir más sacrificios y padecimientos a los que ya tenemos como presos.

Si de preguntas hablamos yo tengo algunas preguntas que hacer… ¿Qué ha sido de mi propuesta, y del grupo de Galiza-Norte, de combatir la pobreza/indigencia colocando huchas en locales afines para recoger dinero para enviar sellos, sobres,ropa, libros… a los que están abandonados en los aislamientos? Un dinero este que sirva para tener fondos económicos para los abogados y familiares que así lo necesiten. Esta propuesta la formulamos hace ya tiempo y no recibí ni respuestas ni pronunciamientos al respecto, excluidos los compañeros de Galiza-Norte,

Otra propuesta que hice y de la cual tampoco he tenido respuesta alguna, fue la de un recopilatorio (dossier) de todos los éxitos obtenidos gracias a la ayuda de los colectivos letrados y apoyo jurídico taleguero que han permitido con su labor la excarcelación anticipada de algunos presos muy a pesar de la intención de II. PP. de tenerlos más tiempo encerrados. Este recopilatorio de los éxitos obtenidos representa un instrumento fundamental para continuar muy seriamente en la campaña y que además serviría para que la peña, familiares y presos, pillen la importancia de un proyecto como el que tenéis pensado con la creación de la CACT (Coordinadora Anticarcelaria Cárcel=Tortura).

En fin os animo a ser un poco más creativos desde afuera reforzando aún más los apoyos jurídicos…

Por cierto, ¿cómo están de salud estos apoyos en el territorio del estado? Hace tiempo que no sé nada de cuántos siguen en pie y cuántos se han perdido.

Por último referente a las propuestas desde dentro de huelgas de hambre, os diré que somos hombres libres de elegir de qué maneras enfrentarnos a las injusticias y abusos. Cada cual es libre de elegir qué medios utilizar, el sacrificarse en un ideal en una lucha es algo muy noble que merece la solidaridad, atención y apoyo a los que eligen esa forma de lucha individual o colectiva. Como antes decía, yo no estoy de acuerdo con las huelgas de hambre, pero si están bien hechas se pueden obtener importantes éxitos que sirven para el crecimiento de futuras luchas.

Todo lo que se haga referente a las denuncias de la violencia e injusticias en las cárceles con escritos, debates asambleas, huelgas es válido porque combate el peor enemigo de los presos… el silencio.

Desde dentro, un fuerte abrazo.

Teixeiro, diciembre de 2014

Más información sobre esta propuesta de coordinadora sobre la que se reflexiona:

Boletín Y Presentación De La CACT (Coordinadora Anticarcelaria Cárcel=Tortura)

Cárcel=Tortura Debate sobre objetivos y medios de lucha Desde dentro

La tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes existen en el Estado español. A pesar de que este ha firmado todos los Convenios Internacionales en materia de Derechos Humanos y de que el Código Penal castiga con dureza los delitos de tortura y contra la integridad moral cometidos por funcionarios públicos, estas situaciones no son una excepción.

La distancia entre la legalidad y la realidad es absolutamente abismal. La excepcionalidad es que, ante una denuncia de torturas o malos tratos, los distintos operadores jurídicos apliquen los mecanismos legales estatales e internacionales para que se lleven a cabo investigaciones efectivas. La excepcionalidad es que los responsables políticos y técnicos de los cuerpos policiales y de los funcionarios de prisiones lleven adelante investigaciones efectivas cuando tienen indicios de que se podría haber cometido un abuso. La excepcionalidad es que el funcionario que vulnera la ley, sea sancionado o condenado por ello. La normalidad es la impunidad. Estamos ante una de las muestras más evidentes del Derecho Penal del amigo. En este campo, lo más fácil es mirar hacia otro lado.

Cárcel=Tortura Debate sobre objetivos y medios de lucha

cartell 22 novembre Thumbnail

Después de mucho tiempo intentando emprender el vuelo como colectivo, estamos contentas de invitaros desde Clivella, colectivo de apoyo a personas presas, a la jornada que hemos planeado para el próximo sábado 22 de noviembre a partir de las 18:30h bajo el nombre «La prisión nos afecta a todas: levantemos la lucha contra la reclusión y el castigo» que se celebrará en Can Batlló (Sants-Barcelona).

En el sentido de una de las líneas de acción de Clivella, la visibilización de las prisiones y las luchas de las personas presas, hemos creído interesante aprovechar el paso por Barcelona de algunos compañeros con un largo recorrido en este frente para que nos aporten su punto de vista y así debatir jumtos sobre las perspectivas, la manera y  lo necesario que es articular una lucha social amplia contra la reclusión y el castigo, es decir, contra las prisiones.

Para hacerlo contaremos con las aportaciones de Pote, miembro de Salhaketa y de la Cordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura que nos hablará sobre las luchas en las cárceles en clave de género con especial referencia al caso de Nanclares de la Oca, y de Jorge del Cura, miembro del Centro de Documentación sobre la Tortura de Madrid y portavoz de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura, que nos dará datos relevantes de la situación de las presas y de las condiciones de vida actuales en las prisiones del Estado y de Cataluña.

Esperamos que vengáis para enriquecer el debate e intercambiar puntos de vista.

Al anochecer, habrá cenador, los fondos del cual irán para la autogestión del colectivo y seguidamente podremos disfrutar de la pieza teatral «La Esclusa», una obra de Michel Azama interpretada por Ana Plaza. Se trata de un monólogo que relata la última noche a la prisión de una mujer que lleva 16 años presa, largas horas donde lo de  dentro y lo de fuera se funden con el miedo y la esperanza.

Al final, cerraremos la noche con la música y el ingenio del cantautor Juanito Piquete que nos regalará sus mejores canciones.

Clivella, col·lectiu de suport a persones preses
clivella@riseup.net

Actividad en la calle Debate sobre objetivos y medios de lucha