Carta De Los Presos En Huelga de Hambre En Guantánamo A Los Médicos

Estimado doctor:

No deseo morir, pero estoy preparado para correr el riesgo con que pueda llegar a hacerlo, porque estoy protestando por el hecho de que he sido encerrado durante más de una década, sin juicio, sometido a tratos inhumanos y degradantes y se me ha negado el acceso negado a la justicia. No tengo ninguna otra manera de comunicar mi mensaje. Usted sabe que las autoridades me han quitado todo.

Por esta razón, respetuosamente solicito que se permita a profesionales médicos independientes entrar a Guantánamo a tratarme, y que se les dé total acceso a mi historia médica, a fin de determinar el mejor tratamiento para mí.

Usted afirma estar actuando de acuerdo con sus deberes como médico para salvar mi vida. Esto va en contra de mi deseo expreso. Como usted debe saber, soy competente para tomar mis propias decisiones sobre el tratamiento médico. Cuando trato de rechazar los tratamientos que me ofrece, usted me los mete a la fuerza, a veces con violencia. Por estas razones, usted está violando la ética de su profesión, como la Asociación Médica de los Estados Unidos1 y la Asociación Médica Mundial2 lo han dejado en claro.

Mi decisión de ir a la huelga de hambre y soportarla casi hasta la inanición durante más de 100 días no fue tomada a la ligera. Lo hago porque, literalmente, es el único método que tengo para hacer que el mundo exterior preste atención. Su respuesta a mi decisión cuidadosamente considerada no puede conducir lógicamente a la conclusión de que su único objetivo es salvar mi vida; sus acciones durante los últimos meses no son compatibles con este tipo de inferencia.

Para aquellos de nosotros que somos alimentados a la fuerza contra nuestra voluntad, el proceso de pasarnos a la fuerza, repetidamente, tubo por la nariz y hasta la garganta para mantenernos en un estado de semi inanición es extremadamente doloroso y las condiciones en las que se hace son abusivas. Si de verdad usted tuviera mis intereses de salud en el corazón, usted habría podido hablarme como a un ser humano sobre mis opciones, en lugar de tratarme de una manera como si me estuvieran castigando por algo.

Usted debe saber que su reacción profesional exagerada a mi participación en la huelga de hambre ha sido condenada no menos que por una autoridad como las Naciones Unidas; el Relator Especial sobre la Salud ha afirmado inequívocamente que “el personal de salud no pueden ejercer presión indebida de ninguna clase sobre las personas que han optado por el recurso extremo de una huelga de hambre, ni es aceptable el uso de amenazas de alimentación forzada u otros tipos de coacción física o psicológica contra las personas que han decidido voluntariamente hacer una huelga de hambre”3.

En todo sentido, no puedo confiar en su consejo, ya que usted es responsable ante sus oficiales militares superiores que requieren que usted me trate por medios inaceptables para mí, y usted pone su deber para con ellos por encima de su deber para conmigo como médico. Su lealtad dividida hace que sea imposible confiar en usted.

Por estas razones, nuestra actual relación médico-paciente no puede contribuir a solucionar las amenazas a mi salud que está engendrando esta huelga de hambre. Usted puede ser capaz de mantenerme con vida durante mucho tiempo en un estado de debilitamiento permanente. Pero con tantos de nosotros en huelga de hambre, usted está intentando un tratamiento experimental a una escala sin precedentes. Y usted no puede estar seguro de que no se cometerá un error humano que llevará a la muerte de uno o más de nosotros.

Sus superiores, hasta e incluyendo al presidente Obama, su Comandante en Jefe, reconocen que mi muerte o la de otro huelguista de hambre aquí tendrían consecuencias adversas graves. A usted se le ha ordenado garantizar, con absoluta certeza, mi supervivencia, pero eso está más allá de su capacidad de hacerlo (o tal vez la de cualquier médico).

Tengo cierta simpatía por su posición imposible. Si usted continúa en el ejército o regresa al ejercicio civil de la medicina, tendrá que vivir durante el resto de su vida con lo que ha hecho y ha dejado de hacer aquí en Guantánamo. Dando un paso adelante usted puede hacer la diferencia. Puede optar por dejar de contribuir activamente a las condiciones abusivas que estoy soportando actualmente.

Solo le pido que eleve a sus superiores mi petición urgente de que se me permita ser examinado y asesorado por médicos independiente elegidos, en reserva, por mis abogados, y que se les suministre a esos médicos mis informes médicos completos antes de su visita.

Esto es lo menos que puede hacer para mantener el mínimo de su juramento de “no hacer daño”.

Atentamente,

Los detenidos en huelga de hambre en la Base Naval de Guantánamo

(Firmada por el detenido) (Firmada por los abogados en nombre de sus clientes) (Firmada por los Abogados Defensores en Guantánamo)
_________/firma/____________ _________/firma/____________ _________/firma/____________
Younous Chekkouri, ISN 197 Joseph K. Hetrickabogado de: Charles H. CarpenterCarpenter Law Firm plc
Nabil Hadjarab, ISN 238 Abdul Haq Wasiq, ISN 004Mohammad Nabi Omari, ISN 832 David H. RemesAppeal for Justice
Shaker Aamer, ISN 239Ahmed Belbacha, ISN 290Abu Wa’el Dhiab, ISN 722

Samir Mukbel, ISN 043

Michael RapkinScott RapkinSteve Truitt

Law Offices of Michael Rapkin

Abogados de:

Mohammed Ghanem, ISN 044

Carlos WarnerDefensor Público Federal AdjuntoDistrito Norte de Ohio
Adel al-Hakeemy, ISN 168Sanad al-Kazimi, ISN 1453Mohammed Hidar, ISN 498 Thomas Anthony DurkinJanis D. RobertsDurkin & Roberts

Abogados de:

Abdullatif Nasser, ISN 244

Buz Eisenberg, Weinberg & GarberJerry Cohen, Burns and Levinson LLPMartha Rayner

Fordham University School of Law

Abogados de:

Sanad al-Kazimi, ISN 1453

Peter B. Ellis & Kiran GhiaFoley Hoag LLP, BostonAbogados de:

Mohammed Ghanem, ISN 498

1-http://www.ama-assn.org/ama/pub/category/16086.htm;
2– http://www.wma.net/en/30publications/10policies/h31/index.html
3-http://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=13279&LangID=E

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