A la atención de D. Angel Yuste Castillejo.
Secretario General de II.PP. C/Alcalá 38-40.Madrid 28014.
Me dirijo a usted con el mismo ánimo de aquel que clama en el desierto, por ver si después de todo existen los milagros y resulta que las piedras escuchan y lo que es aún más improbable, que entienden y comprenden. Qué no hará una madre por su hijo. Vaya por delante que la razón de esta carta no es pedir, ni suplicar favores hincada de rodillas porque no creo en la piedad de la institución que usted dirige y que los escritos que recibe deben ser redactados por letrados que manejen adecuadamente los términos jurídicos y sean conocedores de los intríngulis del código penal al dedillo. Yo no necesito abogados, me valgo por mí misma para expresar lo que tengo que exponer que es lo siguiente:
1. La dispersión de presos a varios cientos de kilómetros de sus domicilios es un castigo de una crueldad sin límites para las familias que generalmente carecen de recursos para desplazarse. Algo inexplicable, habida cuenta de que el interno cumple igualmente el tiempo de condena tanto si lo hace en la cárcel de su comunidad autónoma como en el quinto pino. ¿Cuál es su objeto? ¿aislarle? ¿desarraigarlo de su entorno? ¿cebarse en él? ¿anularlo? Por mucho que cavilo, no encuentro una explicación lógica
2. Régimen de aislamiento. No sé si usted habrá tenido estómago para bajar a esas mazmorras donde algunos presos pasan encerrados meses y meses en total soledad, sin poder comunicarse con otro ser humano, comiendo lo que le echan a través del cangrejo (rendija de la puerta metálica por donde le cuelan también la correspondencia previamente censurada). Me dirá usted que esos son casos extremos que se aplican a reos violentos. Pues no señor, eso no es cierto. Las celdas de castigo son para presos a los que se les ha pillado un teléfono móvil (que no son presos vip, porque con esos se hace la vista gorda), presos que han tenido una pelea en el patio por defender su culo, presos a los que se le ha pillado una china de hachís, presos que han dado una mala contestación a un funcionario y cosas por el estilo. ¿Dónde está ahí la proporcionalidad del castigo, señor Yuste?
3. La sujeción mecánica, el uso de porras eléctricas, palizas a cuatro manos, siempre, siempre se explica como método necesario para reducir al indomable. Pero esto no es así, y usted lo sabe o debería saberlo. Para cualquier persona razonable que un hombre (o mujer) se líe la manta a la cabeza y se enfrente a todo un ejercito de funcionarios armados no puede tener más que una explicación, y es que ha enloquecido. Y la cárcel no debería ser lugar para enfermos mentales, para eso están los centros psiquiátricos. Es algo muy significativo que en los conflictos que surgen entre condenado y funcionario, SIEMPRE prevalezca la palabra de este último, y si existen denuncias, estas se archiven de manera automática.
4. El tema del goteo de muertes que se están produciendo de forma inexplicable en nuestras cárceles de las que supongo habrá sido informado que II.PP. jamás investiga, limitándose a entregar el cadáver de la víctima como si fuera un saco de basura, solo merece dolor y silencio, por eso me despido, porque me he quedado sin palabras. No espero respuesta, yo con decirle todo esto ya he cumplido.
Firmado: María Luisa Gómez.
Angel Ayuste y su politica de desbarrancó
Oh si la rehabilitación y la reinserción .CASTIGO para los presos y sus familias,o sumiso y obediente o aislamiento y dispersión tiene ustedrazon en todos y cada uno de los puntos de su escrito NI FIES
NI DDISPERSIÓN NI ENFERMOS EN PRISION
[…] do Boletín Tokata esta carta assinada por María Luisa Gómez (que nom […]
[…] Firmado: María Luisa Gómez. FUENTE: http://tokata.info/carta-al-secretario-general-carcelero-de-una-mujer-que-tiene-un-hijo-preso/ […]