Hoy, en tiempos de apatía constante y generalizada, de sobrevivencia económica y resignación obediente, lxs que osaron burlar el mandato de la propiedad privada y reciben por ello los más terribles castigos, lxs que soportan sobre sí todas las vilezas y violencias sociales concentradas en el infierno estatal se ponen de acuerdo para rebelarse; dejan flotando la duda de quien está más presx, si el inseguro ciudadano vigilado por cámaras y ejércitos de policías, o el que se animó a delinquir las leyes que pretenden inmovilizarnos, y aún encerrado y humillado, no resigna su dignidad.
Más información: apoyo familiares; comunicado de Diego
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