En un juicio penal celebrado entre ayer y hoy en la sección segunda de la Audiencia provincial de Asturias, contra un carcelero de la prisión de Villabona cuyo comportamiento abusivo fue denunciado por los familiares de un preso, enfermo diagnosticado de «esquizofrenia paranoide», al que maltrató de palabra y obra, golpeándole una y otra vez a lo largo de toda una noche mientras se hallaba esposado de pies y manos a una cama, la Fiscalía, basándose fundamentalmente en el testimonio de otros presos, consideró que los hechos «son constitutivos de un delito de atentado contra la integridad moral y de una falta de lesiones», y solicitó para el acusado una condena de un año y seis meses de prisión, inhabilitación especial para empleo o cargo público durante tres años y cuatro meses, multa de 450 euros, abono de las costas procesales y pago de una indemnización al preso de 1.200 euros por las lesiones y los daños morales, de los que responderá subsidiariamente el Estado. Según el relato del fiscal, el brutal carcelero, de servicio en la enfermería de la cárcel de Villabona en la noche del viernes 20 de enero de 2012, subió a esta dependencia sobre las nueve y cuarto, acompañado de la médica de guardia, y se encontró con que el interno de la celda número 21 se había logrado soltar de las esposas que diez minutos antes le habían colocado en las muñecas, junto con correas en los pies, como «contención mecánica».
Cuando la médica carcelera y el inmundo boqueras abandonaron la enfermería después de haberle vuelto a poner los grilletes al preso, éste reaccionó llamando a voces a médicos y funcionarios, a lo que respondió el acusado, entre las diez y las diez y media de la noche, entrando en la celda y dándole dos bofetadas con las manos mientras le decía con malas palabras que se callase. Como el preso, encadenado de pies y manos al camastro y alterado después de la agresión, no paraba de dar voces, entre la una y la una y media de la mañana del día 21, sábado, el acusado regresó a la celda, le dijo, entre otros insultos, que era «un mierda y un maricón,» y le dio una serie de puñetazos. Entre las tres y las tres y media, el acusado subió una vez más, se acercó a la cama y puso su rodilla sobre la espalda de la víctima para meterle en la boca un trapo o papel blanco, que anudó en la parte posterior de su cabeza, volviendo acto seguido a golpearlo e insultarlo. Sobre las cinco menos veinte, el repugnante «funcionario» regresó a la celda y, con una porra de goma, golpeó en la espalda dos veces al hombre amordazado y atado de pies y manos, le quitó la mordaza, se sentó sobre su cabeza, y le estuvo golpeando con sus manos por el cuerpo, mientras le insultaba. Después, aún le dio algunos golpes más con las manos y con la porra de goma. Aunque fue avisado de que al chaval se le habían caído las mantas y tenía frío, lo dejó sin abrigo durante varias horas.
Por aquel entonces reinaba en la cárcel de Villabona el ambiente que se puede deducir del relato anterior y de las siguientes noticias publicadas en su día en Tokata:
Funcionario De Villabona Investigado A Raíz De La Denuncia De Un Preso En La Enfermeria
Cinco Presos Acusan Al Funcionario Imputado De Haber Instigado Una Pelea Mortal En Villabona
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