Torturas En La Cárcel De Estremera (Madrid VII)

Félix Medina Torres, fue trasladado el 22 de agosto desde la cárcel de Soto del Real (Madrid V) a la de Estremera (Madrid VII), para una entrevista con el equipo central de observación penitenciaria. al llegar, fue aislado completamente solo en un departamento que al parecer había sido vaciado al efecto. Y allí quedó, en completa soledad, sin lectura, sin radio, sin apenas ropa, pues no le entregaron nada de las escasas pertenencias personales que traía. Creando llevaba cuatro días en tales inhumanas condiciones, humillado, indignado y presa de angustia, decidió autolesionarse tragándose los cristales rotos de un foco de luz que había en la celda, «para protestar por un trato que, desde mi punto de vista, cuestionaba a todas luces mi dignidad como persona», como dice en la denuncia que ha presentado a través de su abogada. Acudieron entonces los carceleros en gran número para cachearle, esposarle, registrar la celda donde se encontraba y encerrarle en otra mientras esperaba la llegada de los guardias civiles que debían trasladarle al hospital. Entonces, sucedió lo que él mismo relata en su denuncia:

Pero antes de ser llevado a urgencias, estando todavía esposado con las manos detrás, entraron en la celda más de 15 personas para reprocharme la ingesta de cristales. Sin entender la agresividad y violencia de la actitud de los guardias, alegué en mi defensa que no le había causado ningún daño a nadie y que no había atentado más que contra mi propia persona. Al son de afirmaciones como ‘esto no es el Soto, esto es Estremera’ empecé a recibir golpes y sacudidas por todo el cuerpo. Seguía esposado y mi capacidad de defensa era nula, por lo que recibí los golpes que me propinaron sin poder oponer resistencia. Poco después, me llevaron a la garita de los funcionarios –donde no hay cámaras de seguridad– para seguir agrediéndome física y psicológicamente. Recibí empujones, patadas y golpes sin poder defenderme. Emplearon los equipos de contención para agredirme sin motivo ni justificación, pues en ningún momento me había mostrado nervioso o alterado. No era necesario reducirme por ningún motivo, mi conciencia no estaba alterada por la ingesta de ningún tipo de sustancia y mi lucidez se encontraba totalmente intacta. Me torturaron sin causas ni motivos, recreándose perversamente en las partes que ya tenía doloridas a consecuencia de los golpes previos. Me amenazaron con restregar mi cara por el suelo si vomitaba, pues sentía un gran malestar y me encontraba muy mareado a consecuencia de las múltiples agresiones. Recibí un trato del todo inhumano, indigno, vejatorio y degradante que, sin ninguna duda, estuvo fuera de lugar. En varias ocasiones intervino uno de los Guardias Civiles que allí se encontraban para trasladarme al hospital con ánimo de que los funcionarios cesaran en su conducta. Finalmente, 5 horas después de que se produjera la ingesta de cristales, fui trasladado a urgencias.

Una vez en el hospital, los profesionales de la salud que me atendieron emitieron un informe clínico, según el cual, en términos del propio informe, me encontraba “tranquilo”, “colaborador” y “coherente”. Expliqué lo sucedido al personal médico refiriendo dolores en múltiples ocasiones. Recibí el alta a las 22h de la noche, recomendándoseme ser vigilado de forma activa para poder acudir de nuevo a urgencias si presentaba signos de alarma.

Llegando de nuevo al centro penitenciario sobre las 23’30h de la noche, me dirigieron otra vez y directamente a la garita sin cámaras de los funcionarios para volver a ser apaleado por el personal de seguridad y el Jefe de Servicios. No sé cuánto tiempo pasó mientras me tuvieron allí, pero volví a recibir golpes en todo el cuerpo sin poder oponer resistencia. Incrementaron la intensidad de las agresiones, devolviéndome finalmente a mi celda.

A los dos y tres días de producirse los hechos narrados, esto es, en dos ocasiones distintas, la Subdirectora de Seguridad del centro –quien responde al nombre de Andrea– se personó en mi celda para averiguar qué había ocurrido. Reiterándome que mentía y que sus funcionarios jamás me pegarían, afirmó a su vez que ella misma me hubiera arrastrado por los pelos hasta el módulo de ingresos tras la ingesta de cristales de haber estado presente en ese momento.

Pese a habérseme recomendado vigilancia activa para poder acudir de nuevo a urgencias si fuera necesario tras la ingesta de los cristales, no he conseguido ver al médico del centro aun habiéndolo solicitado. Los malos tratos recibidos, junto con el abandono y dejadez por parte de los equipos técnicos del centro, no contribuyen más que a negarme mi dignidad como persona.

La presente denuncia no se ha podido cursar hasta el momento presente por miedo a las represalias y por desconfianza hacia la propia administración del Centro Penitenciario Madrid VII, habiendo tenido que aguardar la visita de una persona del exterior para poder cursarla a través de ésta.

Pensamos que no es conveniente dejar abandonado al compañero en manos de sus torturadores que podrían tomar represalias por su denuncia. Sugerimos a toda persona sensible y solidaria que llegue a leer esto, en primer lugar, escribir a Félix para ayudarle a aliviar la situación de aislamiento y privación de las condiciones materiales de su dignidad como persona y, en segundo lugar, manifestar a las autoridades carceleras, supuestas responsables de su seguridad, salud y bienestar, que estamos prestando atención a lo que pueda pasarle al compañero y que exigimos se respete su dignidad.

[box] Para escribir al compañero:

Félix Medina Torres

Centro Penitenciario Madrid VII

Ctra. M-241, km 5.750

28595 Estremera (Madrid)[/box]

Para dirigirse por correo la cárcel de Estremera vale la misma dirección cambiando el nombre por «Director del centro» o algo similar. Estos son los teléfonos de la cárcel: 91 875 00 00 y 91 335 60 99, y este el número de fax: 91 875 00 31.

Aquí el directorio de las autoridades carceleras para exigirles también el respeto por la dignidad y la vida de Félix.

Y aquí un modelo de texto para fax.

7 de comentarios

  1. Paqui dice:

    Deben de hacer algo se sabe que algunos presos son metepatas. Este no es el caso y deberían de hacer algo porque no es la primera vez que ocurre algo así no creo que todos los presos sean mentirosos. Muchos funcionarios abusan de los presos por que de puertas para dentro no son nada.Negándose sus derechos , denuncias, etc..Hasta los médicos no se atreven hablar de casos que saben que el preso dice la verdad pero no pueden hablar en contra del sistema de la cárcel. Que cumplan su condena pero sin ningún tipo de torturas POR FAVOR

    11 septiembre, 2017
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  2. boletintokata dice:

    ¡Las cárceles para sus dueños! ¡Muerte al poder punitivo!

    11 septiembre, 2017
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  3. Tamara dice:

    Decir q aparte de malos tratos la mayoría están borrachos en su puesto de trabajo ablo refiriéndome a Navalcarnero q también deja mucho q desear.y k amenazar alos presos q si se kejan le ponen un parte lo tienen solucionado. abuso de poder lo yamo yo luego el trato años familiares es pésimo abusivo e inaceptable yo también apoyo a Félix y atodos los presos libertad de expresión joder q estamos en el 2017 q se clasificó a los presos no todos están por violar o matar o Acer daño a algien algunos simplemente están por el impago de una multa señores la justicia es solo para el pobre???

    14 septiembre, 2017
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  4. Tana dice:

    Yo tengo ayi amii hermano y tambien kometa k no les acen caso k ban a pedirles algo alos funcionarios y les contesta de malas maneras y les tratan mal k no aii médicos y fue yevado a hospital para una prueba y pwedieron los papeles y no pudieron acerlw nada pesima carcel cuando se dice k es la mejor y una mierdaa pa los funcionarios y la directora os tenian k matar entre todos

    16 septiembre, 2018
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  5. Josue dice:

    Es ciertos que son unos hijos de putay que la andrea es una corrupta que mete a la gente que le interesa en el módulo de la utem junto con su compinche la jobita no cobran dinero pero cojen todo tipo de regalos y en su compañía el tal don Goyo lo digo si es la lealidad dura y triste

    19 septiembre, 2018
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