Hablamos con dos personas que lo han vivido directamente de los módulos de vergüenza, llamados cínicamente «de respeto», y de la UTE de Villabona, intentos de invadir aún en mayor medida la vida de la gente presa con un supuesto «poder curativo» del Estado, y de la demagogia política que presenta como una cárcel alternativa lo que no es más que un atentado masivo contra la dignidad humana. La familia de Belén Vázquez Campillo nos cuenta que ya ha empezado a recibir la medicación contra la hepatitis C.
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