Relato Y Reflexiones De Un Preso En Lucha Sobre Un Reciente Intento De Suicidio

Transcribimos a continuación dos cartas de Toni Chavero donde nos relata su reciente «intento de suicidio», como el mismo llama a lo que sucedió en la cárcel de Villena el 19 del mes pasado y contábamos en una publicación reciente. Reflexiona en profundidad sobre ello, pide disculpas por unos actos que considera incoherentes con sus principios y con su forma de entender la lucha, acerca de lo cual se había expresado claramente en otras ocasiones. Nos da cuenta de las represalias sufridas –traslado a Albocàsser; destino a régimen especial de castigo, artículo 91.3; privación de sus cosas personales…– y pide que nadie se preocupe, pues se encuentra recuperado física y anímicamente y dispuesto a «vivir luchando», tanto en lo que se refiere a su esfuerzo personal como a su participación en la lucha colectiva. Sin olvidar que tiene la correspondencia intervenida, sería bueno escribir al compañero, para darle ánimos y que pueda ir recuperando las direcciones de la gente con la que suele escribirse, ya que los carceleros se las tiraron a la basura junto con el resto de sus cosas. La dirección de la cárcel de Albocàsser podéis encontrarla en la lista de presxs en lucha a la que conduce el último de los enlaces que ponemos al final del todo.

Villena, madrugada del 26-VII-2018

Os escribo a vosotrxs, que lucháis por una sociedad sin jaulas, dentro y fuera de ellas, con humildad, honestidad y fuerzas. ¡Salud a todxs!

No he querido en un principio comunicaros los hechos, que van contra mi propia filosofía de vida y de lucha, porque, para empezar, no estaba reivindicando más que mi propia muerte, sin involucrar a nadie, ni grupos ni individualidades, yo, solo.

Pero entiendo la falsedad de no contarlo, de ocultarlo, de no ser al final honesto y sincero con todxs vosotrxs. En primer lugar, como preso en confrontación contra el sistema penal y estatal. Y, en segundo lugar, como compañero de todxs vosotrxs, fuera y dentro de sus jaulas.

La tarde del 19-VII-2018, tras preparar unas cartas de despedida, que me iba a tragar y al final dejé entre mis cosas, bien protegidas, y anunciar el día 15 a las instancias de siempre (Consejo de Ministrxs, Defensor de Nadie y Congreso de lxs Lumis) que me están incitando al suicidio, desde Puerto I y desde aquí, tras siete meses sin mis pertenencias, les advertí que me iba a incendiar, porque estoy hasta los cojones de todo y me siento un lastre para mi familia sanguínea y compañerxs y amigxs. Y lo sigo pensando: soy un lastre.

Así que el 19 de julio, teniéndolo todo planeado, con todas mis pertenencias protegidas del fuego, puse en la puerta de la celda (para impedir el paso y asegurar mi objetivo, desaparecer) el colchón, dos mantas, dos sábanas, ropa vieja y rota, que até al cangrejo, y, debajo de todo, una cama de bolas de papeleo jurídico, autos y toda esa bazofia. Encendí un cigarro, metí el mechero entre los papeles y lo prendí todo. Me quedé de pie, mirando lo rápido que empezó a quemarse todo, echando un humo negro y denso. Me metí bajo los hierros de la cama, asustado del ruido del fuego intenso. Cuando no pude respirar más, por instinto supongo, abrí la ventana para coger aire, pero este hecho avivó más el fuego y solo tragué humo. Caí sobre los hierros de la cama, imagino que las rozaduras que tengo serán de eso, y no supe más.

No sé cómo se las apañaron para entrar y sacarme de ahí. No les fue tarea fácil, porque la puerta estaba al rojo vivo. Según me dijeron, entró alguien con botellas de oxígeno y todo el equipo y me sacó a rastras. Aparecí en la enfermería. Eso es todo. Lo demás no importa.

He ido contra mis principios de no violencia, aunque no reivindiqué más que la tabla, el 15 de julio, y las pertenencias de Puerto I, advirtiéndoles de que me iba a matar de la manera que he contado. Como siempre, hicieron caso omiso y yo realicé este acto imprudente e inoportuno.

Pienso que os he fallado a todxs, ya que he sido y soy un defensor constante de la no violencia. Este caso era distinto, pero fue violencia. Imagino que ahora aquellas personas a quienes recriminé por este tipo de actos tienen carta blanca para decirme de todo, o decirlo por ahí, en vez de a mí directamente. Como he sabido que están haciendo contracampaña contra mí, lo cual me suda la polla, porque sé bien que soy un guerrero y he luchado por mantener viva esta semilla que plantamos en 2015 mi Xavi y yo. De la COPEL a la APRE, posicionado. Deciros que estoy avergonzado es quedarme corto. Quien tenga algo que decirme, aquí me tiene. Dímelo a mí, no seas cobarde.

A pesar de que nada se quemó, los carceleros de guardia ese día tiraron todas mis pertenencias, todo, sin excepciones. Motivo por el cual me encuentro denunciando y en huelga de hambre individual, a pesar de que Mohamed El Hichou y Antonio Fabra dicen que se solidarizan conmigo y el domingo inician también huelga de hambre, cosa que no he podido evitar, ya que cada cual toma sus decisiones y, como yo he sido y soy un hermano con ellos, en respuesta, se solidarizan conmigo por la vulneración de derechos humanos y fundamentales. He denunciado y reclamado mis pertenencias, ya sea que las compren, las paguen, lo que sea, me da igual. He hecho una relación de la ropa, de los libros, de las gafas, de todo. Tengo unas chanclas, un pantalón corto y camiseta que me han dado los compañeros de la cuarta galería.

Pero a lo que voy es a pediros sinceras disculpas por no haber tenido autocontrol, aunque sí que lo hubo, en cierto modo, pues todo fue meditado profundamente. El fin de la reflexión es que soy un lastre, para mi familia: años de cárcel en cárcel, esto no puede ser. Mo me excuso, pero el cúmulo de todo me llevó a ese extremo.

Quien me quiera comprender que me comprenda. Quien me quiera criticar, que lo haga a mi persona, quien tenga “pena” de mí, que ni se moleste en escribirme. Quien piense que quiero arrastrar a alguien más esta huelga de hambre, se confunde; esto es personal mío. Así que rechazo de plano todo tipo de solidaridad. Nada de unirse a mi problema personal. Esto es solo mío, no corresponde a ninguna lucha en comuna. Si no os gusta el tono, leed otras cosas. Soy José Antonio Chavero Mejías, 9730081285, preso en lucha que no se mete en la vida de nadie. Esto no es parte de la lucha comunitaria, no está a diálogo ni es asunto de nadie más que mío, ni cabe acuerdo o apoyo de ningún tipo. Creo que lo he dejado claro, así que respetadme como os he respetado yo.

En lo comunitario, el 1 de octubre y luego en diciembre, sabremos todxs lxs que tenemos arrojos para luchar, ahí sí que nos solidarizamos con la tabla reivindicativa y la lucha. En esto otro no se espera la participación de nadie, es una simple comunicación que hago por haberos fallado y haberme fallado a mí mismo.

Salud y ánimo. Por una sociedad sin jaulas.

Albocàsser, noche del 4-VIII-2018

Nunca pensé que en mi mente se instalaría el deseo de la muerte. Es cierto que en la vida he tenido problemas suficientes como para pensar “hasta aquí he llegado”. Pero siempre he desechado la idea inmediatamente.

Podría poner las excusas que quiera, pero ninguna es válida para acabar con la vida, mi vida. Me he sentido un lastre para mi familia y, en parte, sigo pensando que lo soy, que todxs nosotrxs, dentro, somos una carga para lxs compañerxs de ahí fuera. Pero eso es solo mi pensamiento, mi opinión, en un mal momento, en un tiempo de mucho sufrimiento. Constante sufrimiento.

Todo el tiempo de traslados, de problemas, de verme despojado de mis pertenencias, de mi familia dando vueltas durante veinte años dando vueltas tras las rejas de las cárceles. Como mis compañerxs en la calle, de uno a otro talego. Como un dibujo animado al que persiguen sus cosas sin alcanzarle nunca. Como un número en esta sociedad de odios y envidias, de “personas” insensibles y de “gente” ciega, guiada por las pantallas de sus aparatos digitales, conducida a través del plasma por una serie de prostitutos del crimen organizado, del Estado policial y del Capital.

Por no conocer a mis sobrinas. Por no tener una vida con planes de futuro y, si los tengo, no sé si lograré alcanzarlos. Por estar inducido al suicidio por Instituciones Penitenciarias, con una serie de castigos constantes, de los cuales el verdadero motivo es un bolígrafo, un folio y mis palabras, mis reivindicaciones, mis pensamientos libertarios y mi constante propagación entre lxs presxs de esta lucha, de los porqués de la misma y de la necesidad de llevarla a la práctica. Todo lo cual seguiré haciendo.

De modo que la Institución Penitenciaria me ha ido encajando, colocando, donde no pueda propagar la llama y, a pesar de ello, me las he ingeniado para que lxs presxs de las cárceles por donde paso sepan lo que estamos haciendo. Cuando lxs pocxs que entienden el mensaje se suman a esta confrontación anticarcelaria y llegan las huelgas de hambre, las reivindicaciones, las quejas y las denuncias, el hecho de enseñar a la peña presa a realizar escritos, estén o no en la lucha, me echan a otro rincón.

Esta vez, tras el intento de suicidio y destrozo de la celda en la que me encontraba, la 33 de la cuarta galería de Villena, y tras trabar la puerta y poner todo tipo de combustible para impedirles la entrada a su celda, le metí fuego y al rato ya estaba sin conocimiento. No sé cómo consiguieron sacarme de allí, es que no lo llego a entender, ya que pude ver cómo quedó la celda, toda ella, entera, negra como un tizón. Me enteré por un preso de la celda contigua que, al ir a recoger mis pertenencias un ordenanza y decirle al carcelero que las cosas estaban bien, el carcelero le gritó: “tíralo todo, todo”, en un acto típico de los prostitutos del crimen organizado. Al final, decidí ponerme en huelga de hambre individualmente y sin comunicar nada, porque este asunto era personal, no era un problema que yo considere de la comunidad de lucha.

A pesar de todo, esos aislamientos son pequeños, de treinta y cinco “plazas” en cuatro galerías; primera, segunda y tercera de diez presos, y la cuarta de diez presos, en la que yo me encontraba. Mohamed El Hichou, uno de nuestros compañeros en lucha se sumó a la huelga de hambre y creo que también Antonio Fabra, según él me dijo. Quizá todo eso detonó que me mandaran en primer grado, primera fase, a Castellón II, Albocàsser. Al pasar por Picassent, me pusieron en la misma galería que el compañero Adrián, lo cual me supuso un alivio, un respiro, aunque momentáneo, porque por la mañana salía para Castellón II. Pudimos comunicarnos (…), me mandó ropa y una radio pequeña, lo cual agradezco en grado sumo. Gracias, compañero.

Y aquí estoy, preso con otro chaval musulmán. Siempre me ponen solo con musulmanes, lo cual ya dudo de si no será una treta de Instituciones Penitenciarias, para que los sociópatas estos puedan, en un momento dado, acusarme de “radicalizarme” o algo por el estilo, lo cual no me extrañaría. Aunque ya saben que yo ni Dios ni amo, ni patria, ni bandera. Mi bandera es un trapo negro por mis compañerxs asesinadxs en las cárceles del Estado criminal español.

La conclusión final de mi intento de morir es la de vivir luchando, ya que no concibo otra forma de vida en las cárceles, reivindicar, denunciar y sacar la basura carcelaria. Coordinación, comunicación, propuestas, ideas que vengan de fuera y de dentro, diálogo y decisiones conjuntas.

En cuanto a las acciones, pienso que no sirven de nada las huelgas de hambre individuales, ni hacernos daño cortándonos, ahorcándonos, quemándonos, etc. Es cierto que he cometido hace poco dos actos que no concibo para luchar: ponerme en huelga individualmente y pretender quemarme o morir axfisiado. De estos hechos os pido disculpas, dentro y fuera y, si es necesario, me comeré las charlas que del corazón salgan. Lo que no voy a permitir es que me machaquen; si alguien tiene algo que decir sobre este asunto, que me lo diga a mí. Si de esto se pretende hacer teatro, estoy lo suficientemente concienciado para caminar solo, sin nadie dentro ni fuera. No variará mi rumbo, porque yo lucho por lxs que están bajo la tierra y algunxs de lxs que quedan vivxs de COPEL y APRE (r), mis guías y mis maestrxs.

Me despido de todxs vosotrxs, quienes sí lucháis honestamente contra las jaulas, desde dentro y desde fuera de las mismas. Que no se preocupe nadie, que me encuentro bien, tanto física como mentalmente, y que lo siento, siento haber dejado que se instalara en mí o en mi inconsciente tanta mierda como para actuar así, sin pensar más que en mí, egoístamente. No creo que sea el camino ni de coña, pero en ocasiones pasa que te tienes que equivocar para aprender, y yo he aprendido que voy a vivir, que el castigo, la presión, el estar sin pertenencias tiene solución, lo que no tiene solución es la muerte.

Una cosa más, con toda la peña que me escribo, he perdido no, han tirado a la basura todo, las direcciones, los contratos de teléfono, todo, así que, si queréis escribir, yo iré recabando lxs remitentes y contestando cuando pueda. Tened en cuenta que solo tengo dos cartas de salida por semana. Pero contesto siempre, eso sí es una máxima. Cuidaros. Aquí lucharé a diario. Salud.

Toni Chavero Mejías

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