Desde la plataforma CIEsNO han denunciado represalias a los inmigrantes recluidos en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores, en Valencia. En este sentido, explican que el pasado jueves 18 de septiembre, Mohamed Ali, uno de los internos agredidos hizo una llamada de auxilio desde el centro y tras contactar con una activista de la campaña por el cierre de los CIEs les pidió ayuda.
El inmigrante argelino aseguró que la policía «le ha pegado a doce personas, queremos denunciar», ya que aseguraba que había gente que «tiene que ir al hospital, están muy mal», explicó angustiado Ali, quien según la plataforma CIEsNo especificó que varios de ellos tenían puntos de sutura en la cabeza como consecuencia de las agresiones policiales.
El pasado lunes, Ali, junto a otro interno que aseguró ser testigo y que actuó de intérprete, «por fin pudo relatar los hechos en persona ante un activista de la campaña».
«Nos pegaban a todos»
Según el relato del interno argelino, el pasado miércoles 17 todo empezó cuando se encontraba hablando por teléfono con su familia en el pasillo de Zapadores, «en una confusión de gritos y golpes a Ali le sorprendió un porrazo en la cabeza y otro en la muñeca con la que sostenía el teléfono». Posteriormente, asegura, se enteró que un grupo de internos había intentado salir por la puerta.
Así, insisten en que tres policías –dos hombres y una mujer– «empezaron a pegar con las porras a casi todos lo que estaban en el pasillo», unos agresores de los que «ninguno llevaba placa identificativa».
Más tarde, prosigue Ali, con el refuerzo de los antidisturbios dentro del CIE, «la policía separó a los internos que supuestamente habían buscado su libertad del resto, y el mismo agente que le agredió en dos ocasiones –la segunda vez en su primer intento por llamar para denunciar– se encargó de darle una paliza a cada uno de estos internos dentro de las celdas mientras los antidisturbios vigilaban».
El interno argelino asegura haber contado hasta once víctimas de las agresiones, «todos con cortes en la cabeza y las marcas de las porras en la espalda».
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