Según informa Oscar Castelnovo, de la Agencia Para La Libertad, un chico detenido en el Instituto cerrado Luis Agote de Buenos Aires fue trasladado anteayer al Hospital de Quemados con lesiones graves en el 80 por ciento de su cuerpo, y ayer falleció. El hecho ocurre en momentos en que la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Sennaf), con la complicidad de la Justicia, IMPIDE el monitoreo de estas cárceles. Según denunció la Procuración Penitenciaria de la Nación, el joven estaba en una celda de aislamiento en el subsuelo del edificio. Conforme la propia reglamentación de los institutos cerrados y de acuerdo a la Convención de los Derechos del Niño, está prohibido aislar a los jóvenes allí prisioneros. Sin embargo, el Agote posee calabozos de “encierro en el encierro”, aunque siempre hay eufemismos a mano para disfrazar la contundencia de los hechos. Así, en 2009, en este Instituto, Rodolfo Arancibia apareció “ahorcado”, pero fueron denunciados signos de violencia en su cuerpo.
Por su parte, la PPN sostuvo en un comunicado que es “lamentable es que tengamos que hablar de un joven quemado en el 80% de su cuerpo para que se sopese la importancia del monitoreo preventivo. El monitoreo es un derecho de los jóvenes presos en los institutos y con el impedimento ejercido por la Sennaf y avalado por la Cámara de Casación, se está poniendo en riesgo la integridad de los menores detenidos y el acceso a la justicia de los jóvenes que tiene bajo su custodia”.
Luego, el organismo indicó que “La ausencia de control conforme marca la ley vigente, vulnera los derechos de los jóvenes detenidos y ello no fue advertido por los jueces de la Sala II de la Cámara de Casación, constituyendo un gravísimo antecedente de convalidación de una situación lesiva de derechos que evidencia una vez más la alarmante situación del sistema penal juvenil que ya ha merecido la condena de organismos internacionales y profundiza la vulnerabilidad y desprotección de un sector de la población penal históricamente postergado”.
Cómo se sabe, la Sennaf depende del Ministerio de Desarrollo Social, surgen entonces los interrogantes:
¿En qué parte del Desarrollo Social se hallan las rejas para pibes pobres?
¿A qué dimensión del Desarrollo Social pertenece el secreto sobre cuántos son?
¿A qué esfera de ese concepto concierne el ocultamiento respecto del trato reciben, las condiciones edilicias que los enclaustra, los alimentos que no ingieren, el medicamento que no les llega o el origen de las llamas que los devora?
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