El 17 de abril, día de los presos políticos palestinos, marcó el inicio de una de las huelgas de hambre más grandes llevadas a cabo por los presos políticos palestinos para protestar contra la privación de sus derechos más básicos. Más de 1000 presos y presas políticas permanecen en huelga de hambre indefinida mientras el pueblo palestino se manifesta masivamente y no deja de llegar solidaridad desde todos los rincones del mundo.
Por qué las presas y presos palestinos estamos en huelga de hambre en la cárceles de Israel
Después de pasar los últimos 15 años en una cárcel israelí, he sido tanto testigo como víctima del sistema ilegal de arrestos arbitrarios en masa y del maltrato a presos palestinos implementado por el gobierno de Israel. Cuando ya no hubo más opciones, decidí que el único camino era resistir estos abusos por medio de una huelga de hambre.
Unos 1000 presos palestinos (*actualmente son cerca de 1500) han decidido ser parte de esta protesta, el día que aquí consideramos como el “día del preso”. La huelga de hambre es la forma más pacífica de resistencia. Solo causa dolor a los que participan y a sus seres queridos, con la esperanza de que sus estómagos vacíos y su sacrificio ayuden a que su mensaje resuene más allá de los confines de sus celdas oscuras.
Décadas de experiencia han demostrado que el inhumano sistema de ocupación colonial y militar de Israel tiene como objetivo destruir la voluntad de los presos y de la nación a la que pertenecen, infligiendo sufrimiento a sus cuerpos, separándolos de sus familias y comunidades, utilizando medidas degradantes para forzar la subyugación. A pesar de este tipo de trato, no nos rendiremos.
Israel, la potencia invasora, ha violado las leyes internacionales de varias maneras durante casi 70 años pero sigue gozando de impunidad por sus acciones. Ha cometido violaciones graves a los Convenios de Ginebra en contra del pueblo palestino; los presos –hombres, mujeres y niños– no son la excepción.