Recién llegadxs de la concentación frente a la cárcel de Picassent en apoyo de lxs presxs en lucha y en conmemoración de la muerte de Luis Manuel Acedo Sáenz, víctima de abandono médico-sanitario en esa cárcel hace tres años, hacemos tertulia con Toñi, su madre, con otra socia de Familias Frente a la Crueldad Carcelaria como ella, nuestra compañera Lydia, y con Laura Delgado, abogada solidaria con las personas presas. Hablamos también con Carmen, madre de una persona diagnosticada de esquizofrenia, ininputable y, sin embargo, presa, maltratada y aislada en régimen de castigo, que le fue entregada muerta en enero, con huellas evidentes de violencia y supuestamente suicidada por ahorcamiento. Comentamos la inhumanidad de las cárceles y del sistema punitivo, la posibilidad de organizarse para defenderse frente a ella, la lucha por su dignidad de lxs presxs rebeldes y sus reivindicaciones; especialmente, con Laura, comentamos la reivindicación contra la indefensión jurídica, que se relaciona directamente con todas las demás. Recordamos una y otra vez a nuestra hermana y compañera Pastora González.
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El pasado sábado, 11 de mayo, más de 50 personas procedentes de Valencia ciudad, de varios pueblos y comarcas del País Valencià (Albaida, Ontinyent, Alcoy, Cocentaina, L´Olleria, La Safor…), de Madrid, Toledo y otras ciudades, acudieron a la convocatoria de la familia de Luis Manuel Acedo Sáenz y de la asociación Familias Frente A la Crueldad Carcelaria a la que pertenecen, para concentrarse durante dos horas, conmemorando la muerte de Luis, hace tres años, enfermo de cáncer, abandonado sin diagnóstico ni tratamiento en uno de los sucios patios de la prisión de Picassent, expulsado de sus talleres sin baja ni nada, maltratado y humillado por los carceleros y los médicos carceleros y excarcelado cuando ya no se podía hacer nada por ayudarle, para que muriera en la calle. También se trataba de apoyar la huelga de hambre que está realizando desde el 1 de mayo lxs presxs en lucha, en defensa de una tabla de 14 reivindicaciones, que analizan una serie de situaciones de tortura, crueldad y tratos crueles inhumanos y degradantes, como la que sufrió Luis, y que se dan rutinariamente en las cárceles del Estado español. Como se puede ver en las fotos de arriba, se sostuvieron pancartas, se repartieon panfletos, de los que se pueden ver las dos caras un poco más abajo, se cantaron canciones, se corearon consignas y se gritaron una y otra vez a través de un megáfono las 14 reivindicaciones. Hubo comunicación con las personas presas que se asomaron a las ventanas y fraternidad con ellas y entre las participantes. En el Tokata Y Fuga de ese día, se puede escuchar la crónica y comentario de lo sucedido que hacen cuatro de las personas asistentes y la grabación en audio de unos minutos del ambiente que hubo.
2019 es el tercer año en que la familia de Luis Manuel Acedo Sáenz convoca en el mes de mayo una concentración frente a la cárcel de Picassent para conmemorar su muerte. En 2016, él estaba preso en esa cárcel, cuando enfermó de cáncer, pero los servicios médicos carceleros, a pesar de que les informó una y otra vez de los terribles dolores que padecía, ni le hicieron un diagnóstico que merezca ese nombre ni le enviaron al hospital para que se lo hicieran allí, le daban antiinflamatorios, analgésicos suaves o pomadas, por si se tratara de una lesión muscular o quién sabía de qué, a ellos les importaba poco. Tenía cáncer de páncreas y lo dejaron meses tirado en el patio, con tremendos dolores, despreciando sus llamadas de auxilio y pisoteando su dignidad humana y sus derechos. Finalmente, cuando era demasiado tarde para ayudarle en nada, le soltaron para que muriera en la calle. La familia interpuso una querella, más que nada por si podía servir de algún modo para que algo así no pueda volver a suceder. Esa manera de proceder es la habitual en la cárceles, como sabemos muy bien después de un montón de testimonios. Hay que seguir luchando para impedir esa crueldad y ensañamiento con nuestra gente. Y eso mismo es lo que intentan los presxs en lucha que han convocado huelga de hambre colectiva del 1 al 15 de mayo, en defensa de 14 reivindiciones entre las que hay varias que afectarían de lleno al caso de Luis. Como las otras veces, tanto la familia de Luis como la asociación Familias Frente a la Crueldad Carcelaria que les secunda en la convocatoria, quieren que sirva también de expresión de solidaridad con las personas que intentan movilizarse en defensa de su dignidad y de la de todxs.
¡NI UNA MUERTE, NI UN MALTRATO MÁS EN PRISIÓN!
Noticias sobre el caso de Luis y las concentraciones de otros años
Familias Frente a la Crueldad Carcelaria
Sobre la huelga de hambre colectiva de mayo 2019
Hacemos una crónica de la concentración que ha habido por la mañana frente a la cárcel de Picassent, convocada por sus familiares en memoria de Luis Acedo y en solidaridad con la huelga de hambre colectiva de presxs en lucha. Hacemos un balance de lo sucedido en relación con ella desde que empezó el 1 de mayo. hablamos con Rosa Jiménez, madre de Francisco Chamorro, preso en Castellón I y enfermo de cáncer, a quien la dirección carcelera se niega a liberar como corresponde legalmente. ¿Acaso quieren asegurarse de que muera nada más salir? ¿O quieren que muera preso? Por el hecho de estarlo, está recibiendo, contra la ley, un tratamiento mucho peor del que se le daría en la calle, y privado además del afecto y cuidados de su familia. Su madre, Rosa, convoca una concentración el día 22 de mayo, martes, durante toda la mañana, frente al Juzgado De Vigilancia Penitenciaria responsable, en Castellón, para exigir la excarcelación de Francisco. Interviene por teléfono un compañero que ha estado muchos años preso y participó, entre otras luchas, en el motín de Quatre camins de 2002, del que ha salido recientemente el juicio. Nos habla de ello, relacionándolo con luchas posteriores y con las del presente.
Luis Manuel Acedo Sáenz murió de cáncer en agosto de 2016, recién excarcelado para que no engrosara las estadísticas de muertes en prisión, después de haber sido abandonado al dolor y a la muerte durante varios meses en un patio taleguero, expulsado de talleres sin baja, sin diagnóstico ni tratamiento alguno, maltratado y humillado en lugar de recibir de la institución penitenciaria los cuidados a que la obliga su propia ley, los mismos que cualquier ciudadano. Su familia ha convocado una concentración frente a la cárcel de Picassent el 12 de mayo, para conmemorar su muerte, apoyar la querella criminal que han interpuesto contra los responsables y exigir que lo que le pasó a su muchacho no pueda volver a pasar. La fecha coincide con la huelga de hambre colectiva convocada por lxs presxs en lucha, por las doce reivindicaciones que vienen defendiendo desde hace casi dos años. Como los objetivos son los mismos y la lucha idéntica, la familia de Luis está de acuerdo en que se apoye también con la concentración a lxs presxs en lucha en su huelga de hambre. Uno de ellos, ha enviado la siguiente carta.
Cárcel de Villena, 27-IV-2018
Estimadxs Compañerxs, Grupos, Familias, Abogadxs, Presxs y Personas que de corazón estéis ahí. Salud a todxs.
No he tenido opción de que llegara antes, así que lanzo esta pequeña pero gran propuesta al grupo de presxs en lucha (lxs que secundan la huelga de hambre y lxs que no).
El 12 de mayo, aparte de los escritos que como dije enviaré los días 1, 7 Y 15, haré un escrito pidiendo ESCLARECIMIENTO Y DELIMITACIÓN DE RESPONSABILIDADES POR EL ASESINATO DE NUESTRO COMPAÑERO LUIS MANUEL ACEDO SÁEZ, POR EL CENTRO DE EXTERMINIO DE PICASSENT, a la SGIP y a la dirección de dicho talego.
Acompañando a las Familias Frente a la Crueldad Carcelaria, a los Grupos de Apoyo a Presxs, a lxs Abogadxs Solidarixs y a las personas que estáis ahí. Siento llegar un poco tarde. No tenía cupo de salida de correo y no pude hacerlo por otro registro. Si os llega y lo queréis apoyar, ahí está la reivindicación por nuestro compañero. QUE LA TIERRA TE SEA MÁS LEVE QUE TU PASO POR LAS ASQUEROSAS CÁRCELES. NO TE OLVIDO.
Un abrazo para todxs y, en especial, para la familia de nuestro camarada Luis Manuel.
Salud y libertad.
¡POR UNA SOCIEDAD SIN JAULAS! ¡TODXS UNIDXS!
Toni Chavero
Desde Dentro: Propuesta De Lucha Colectiva Para Ser Difundida Y Debatida Dentro Y Fuera
Más Información En Tokata Sobre Luchas Actuales Dentro De Las Cárceles Del Estado Español
Motivos, Condiciones Y Posibilidades Para Una Lucha Social Anticarcelaria
Noticias Sobre La Huelga De Hambre De Mayo
¡No Olvidéis A Lxs Presxs En Lucha! [Lista Actualizada, 2-V-2018]
Luis Manuel Acedo Sáenz llevaba dos años cumpliendo condena en la cárcel de Picassent. Trabajaba en talleres para mantener a su hijo y hacía deporte, intentando llevar una vida activa y positiva que le permitiera salir de la cárcel con la mayor integridad posible. Pero un mal día empezó a sentirse demasiado cansado para mantener el ritmo de vida que había decidido adoptar. Poco después, le salieron unos bultos de los que en la enfermería de la cárcel no supieron decirle qué eran ni darle ningún remedio eficaz. Enseguida empezaron los dolores en el abdomen; “me duele por dentro”, decía. Iba a la enfermería todas la semanas, pero el médico carcelero ni sabía lo que tenía ni se dignó enviarle al hospital de la calle para que le hicieran ningún tipo de prueba. Se limitó a dar palos de ciego con diversos analgésicos y antiinflamatorios, que no paliaron ni poco ni mucho ni nada los terribles dolores que estaba sufriendo Luis.
En poco tiempo, debido al dolor y al cansancio, fue bajando el ritmo en el gimnasio hasta que tuvo que dejarlo definitivamente. Pronto tuvo que dejar también el trabajo. Le dieron una baja de cuatro días y, después, sin más, lo echaron al patio definitivamente. Iba perdiendo peso, mientras el dolor se hacía cada día más fuerte y continuo. Y así pasó dos meses, tirado en el patio, bajo la mirada indiferente o despectiva de los responsables, sin diagnóstico ni tratamiento adecuados para el cáncer de páncreas con metástasis en el hígado que padecía. Seguía visitando la enfermería y pidiendo inútilmente ayuda a quienes estaban legalmente obligados a cuidarle. Mandó dos cartas a los responsables rogando por su vida, a las que ellos no hicieron ningún caso.
Cuando, bajo la presión de la madre de Luis, alarmada por el estado en que veía a su hijo, decidieron sacarle al hospital para hacerle las pruebas correspondientes, ya era demasiado tarde. Aún tuvo que aguantar algún tiempo en la situación miserable que hemos descrito, hasta que, una vez fue seguro que no tenía salvación, siguiendo la inhumana política al respecto de la SGIP, decidieron excarcelarle para que muriera fuera. Eso sucedió a mediados de agosto de 2016, después de un corto tratamiento que solamente alcanzó a paliar un poco los terribles dolores, pues ya no se podía hacer nada más. No le habían dejado ninguna otra opción que el abandono, el dolor y la muerte.
De eso va a hacer seis años, durante los cuales no ha mejorado la situación en las cárceles nI en el aspecto médico-sanitario ni en nigún otro, y la gente presa sigue muriendo, algunxs por enfermedad, ya que no excarcelan a lxs enfermxs graves y ancianos como sería legal; otrxs por supuesta sobredosis, pues el tráfico de drogas ilegales está consentido en las cárceles y se reparten sin control médico las drogas legales y la metadona como si fueran golosinas; otrxs suicidados, ya que la existencia en prisión quita las ganas de vivir de múltiples maneras, la salud mental es difícil de mantener y a quienes la pierden o entraron ya sin ella se les castiga en lugar de cuidarlos; otrxs mueren en extrañas circunstancias en medio de la impunidad de la que gozan los carceleros torturadores o en el régimen destructivo de aislamiento y privación de todo vigente. Los familiares de la gente fallecida continúan siendo maltratados por las administraciones judicial y penitenciaria que les ocultan información y dificultan enormente la investigación de las circunstancias que se debería realizar de oficio y se sustituye por rutina burocrática y oscurantismo.
Lo que aprenden en carne propia las familias de la gente presa, si no lo sabían ya, es que las cárceles no deberían existir y que, mientras sus seres queridos estén en poder del sistema punitivo, peligra su vida y su integridad, por eso la familia de Luis, con sus compañeras de la asociación de familiares y amigxs de gente presa Familias Frente A la Crueldad Carcelaria, se mantiene en lucha contra ellas y por la defensa de la gente presa y convocan por sexto año una concentración frente a la horrible macrocárcel de Picassent (Valencia).
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Luis Manuel Acedo Sáenz llevaba dos años cumpliendo condena en la cárcel de Picassent. Trabajaba en talleres para mantener a su hijo y hacía deporte, intentando llevar una vida activa y positiva que le permitiera salir de la cárcel con la mayor integridad posible. Pero un mal día empezó a sentirse demasiado cansado para mantener el ritmo de vida que había decidido adoptar. Poco después, le salieron unos bultos de los que en la enfermería de la cárcel no supieron decirle qué eran ni darle ningún remedio eficaz. Enseguida empezaron los dolores en el abdomen; “me duele por dentro”, decía. Iba a la enfermería todas la semanas, pero el médico carcelero ni sabía lo que tenía ni se dignó enviarle al hospital de la calle para que le hicieran ningún tipo de prueba. Se limitó a dar palos de ciego con diversos analgésicos y antiinflamatorios, que no paliaron ni poco ni mucho ni nada los terribles dolores que estaba sufriendo Luis.
En poco tiempo, debido al dolor y al cansancio, fue bajando el ritmo en el gimnasio hasta que tuvo que dejarlo definitivamente. Pronto tuvo que dejar también el trabajo. Le dieron una baja de cuatro días y, después, sin más, lo echaron al patio definitivamente. Iba perdiendo peso, mientras el dolor se hacía cada día más fuerte y continuo. Y así pasó dos meses, tirado en el patio, bajo la mirada indiferente o despectiva de los responsables, sin diagnóstico ni tratamiento adecuados para el cáncer de páncreas con metástasis en el hígado que padecía. Seguía visitando la enfermería y pidiendo inútilmente ayuda a quienes estaban legalmente obligados a cuidarle. Mandó dos cartas a los responsables rogando por su vida, a las que ellos no hicieron ningún caso.
Cuando, bajo la presión de la madre de Luis, alarmada por el estado en que veía a su hijo, decidieron sacarle al hospital para hacerle las pruebas correspondientes, ya era demasiado tarde. Aún tuvo que aguantar algún tiempo en la situación miserable que hemos descrito, hasta que, una vez fue seguro que no tenía salvación, siguiendo la inhumana política al respecto de la SGIP, decidieron excarcelarle para que muriera fuera. Eso sucedió a mediados de agosto de 2016, después de un corto tratamiento que solamente alcanzó a paliar un poco los terribles dolores, pues ya no se podía hacer nada más. No le habían dejado ninguna otra opción que el abandono, el dolor y la muerte.
El día 6 de noviembre en los juzgados de Picassent (Valencia) va a declarar el subdirector médico de la cárcel de Picassent responsable, por su negligencia, incompetencia e inhumanidad, del sufrimiento de Luis, de su agonía en condiciones miserables y de su pérdida de la oportunidad de intentar por lo menos curarse. También declara un compañero, que, estando preso en el mismo módulo, fue testigo de todo ello. La familia de Luis puso una querella denunciando lo ocurrido que fue admitida a trámite. Ahora hay que verle la cara a ese “médico” carcelero apto para la tortura, pero no para la curación o el cuidado de nadie. Piden a las personas que puedan acercarse a hacerles compañía en la puerta del juzgado, que lo hagan, ya que, después de lo ocurrido, cuesta creer en un mundo humano en lugar de en un mundo donde los torturadores campan a sus anchas, porque es el suyo.
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No es la primera vez que pasa algo muy parecido. La familia de Paco Belmonte Ferrer recibió su cuerpo el 2 de agosto, de manos de la autoridad de la cárcel de Palma de Mallorca donde llevaba tres años encerrado, con pocas explicaciones y malas maneras, como es habitual en estos casos. “Su hijo no era ningún ejemplo a seguir”, le dijo una educadora a su madre, de 72 años. “Sobredosis de metadona”, decía el informe forense. Pero la familia sabía que Paco había dejado de drogarse hacía tiempo. Había estado ingresado en un módulo terapeútico, donde se había desenganchado sin aceptar el tratamiento con metadona, y consiguió mantenerse limpio a pesar de haber sido expulsado como castigo a un módulo “conflictivo” donde había gente que se chutaba en el mismo patio. “No tomaba nada, ni heroína, ni cocaína, ni metadona, solo le dio positivo de aquellas sustancias que contenían sus medicamentos, recetados por el médico para la depresión”, dice su hermana Pepi.
“Estoy segura de que mi hermano ya no consumía, pesaba noventa quilos, estaba en forma y tenía 400 euros ahorrados en su peculio; todo el mundo sabe que alguien enganchado dentro no tiene ni un duro y puede vender hasta su ropa para consumir. Mi hermano lo tenía todo, su dinero, su ropa de marca, su peso y su buen estado físico”.
Y, además, su cadáver presentaba hematomas y heridas sobre las que no figuraba ninguna explicación en el informe forense. Paco había sido maltratado y amenazado por un carcelero unos dos o tres meses antes de fallecer. Él se lo había contado a varios miembros de su familia. Había pedido el traslado para huír del acoso de este “funcionario”, pero se lo habían denegado. Compañeros presos afirman que entró el 1 de agosto en la celda individual sin ningún golpe aparente. “También tenemos constancia (..) de que a eso de las cuatro de la mañana se estaban llevando al Paco a la enfermería, y que iba gritando que le habían reventado las costillas”, dice su hermana. Una vez en el tanatorio, “le vimos desfigurado, con la mano derecha reventada, las piernas moradas, con golpes en las costillas”.
“La forense se puso en contacto con nuestra abogada y le explicó que se fue de vacaciones sin entregar el informe a principios de agosto cuando fue descubierto el cadáver. Nos entregaron la autopsia el 12 de septiembre. No entendemos cómo ha podido ocurrir eso. Según el documento que nos han dado murió por insuficiencia respiratoria, ingesta masiva de drogas e infarto”. Según el abogado que lleva el caso: “Hemos pedido una serie de pruebas, y ya se están llevando a cabo, que tienen que ver con revisar esa autopsia porque sí que está claro que existen golpes”, como reconoce la propia forense en su escrito. El juez ha denegado una segunda autopsia, aunque admite la posibilidad de una nueva interpretación de la primera y ha pedido las grabaciones de las cámaras de la cárcel. “Hemos pedido diligencias para esclarecer quién y dónde pudo golpear a Francisco, cuándo se produjeron esos golpes, más otras pruebas técnicas, entre las que se encuentra la revisión de todo el procedimiento por otro forense distinto”.
La familia, amistades y gente solidaria no han dejado de movilizarse durante agosto y septiembre. Han hecho varias concentraciones en la cárcel, y otras muchas en los juzgados, en el Parlament Balear, en la delegación del gobierno y en otros sitios oficiales y han denunciado el caso continuamente en las redes sociales. Un sindicato de carceleros se ha querellado contra ellos por insultos y calumnias. Les quieren hacer callar con su prepotencia, sin ningún respeto por su dolor.
Afortunadamente, no están solas. El pasado 6 de octubre, doce familias, incluida la de Paco, de gente fallecida en prisión, en Palma de Mallorca, Barcelona, Badajoz, Tenerife, Sevilla, Algeciras, El Puerto de Santa María, Madrid… agrupadas en una Plataforma de Familias por las Muertes en Prisiones Españolas se concentraron en la puerta de la sede de la Secretaría general carcelera. En junio, hubo también una concentración frente a la cárcel de Picassent convocada por la familia de Luis Acedo Sáez, por sexta vez desde su muerte, en 2016, recién excarcelado por padecer cáncer de páncreas con metástasis, después de ser abandonado por los médicos y demás responsables de esa cárcel. Esta familia pertenece a una asociación que se llama Familias Frente a la Crueldad Carcelaria y lleva funcionando desde 2017. Algo se está moviendo entre los familiares de la gente presa desde hace algunos años y esta coordinación de doce familias ha sido todo un logro, un momento culminante. Podría ser que cundiera el ejemplo. Tenemos que ayudarles a continuar. Y cerrar filas con la familia de Paco Belmonte y con cualquier otra a la que se quiera intimidar por expresar su dolor y pedir justicia. Este es el camino de la solidaridad, nuestra única fuerza.
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