23 resultados de la búsqueda de «adelaida artigado»

Hace muchos, muchos años se encontraron el Dios Busangka y la Diosa Yasangka en unas laderas de Birmania.

El dios Busangka le pidió a la diosa que fuese la madre de la humanidad. Yasangka aceptó con la condición de que le contestara a dos preguntas: ¿Qué es lo más negro del mundo? ¿Y lo más luminoso? Busangka no supo qué contestar y la diosa se alejó.

Pasaron milenios y se volvieron a encontrar. Busangka volvió a proponerle a Yusangka que fuera la creadora de la especie humana y la Diosa volvió a formularle la misma pregunta, pero Busangka seguía sin conocer la respuesta. La Diosa volvió a alejarse.

Con el paso de los milenios volvieron a coincidir en la ladera y Busangka tenía la contestación:

–Diosa Yusangka, di con la solución de tus preguntas. Ambas coinciden con una misma respuesta; el corazón de las personas humanas. Llegarán a ser tan negros como una noche sin luna y tan luminosos como el lucero del alba. Y la diosa Yusangka creó a los seres humanos.

Aquí y ahora necesitamos muchos corazones luminosos. ¿Recuerdas que te hable allá para febrero del pasado año de Nais Contra a Impunidade? ¿Recuerdas que te hablé de dos lindas hacedoras de vida; Carmen, la mamá de Diego Viñas, muerto en cuartel de la Guardia Civil de Arteixo, y Pastora, la mamá de Xosé Tarrio, exterminado en la cárceles del Estado? ¿Recuerdas que te dije que tenían varios procedimientos penales y administrativos por reclamar justicia ante la muerte de tantos hijos e hijas mientras se encuentran bajo la custodia del Estado y que algún día serían juzgadas por ello? Pues ese día ha llegado. El 6 de junio a las 10 de la mañana tienen un juicio. La fiscalía les pide 44.000 euros de multa o cárcel para ellas y 13 personas imputadas más por injurias y calumnias hacia la guardia civil. Ellas necesitan apoyo. Yo espero y deseo que un grifito de luz se abra en nuestros corazones. Que se iluminen e irradien solidaridad para que estemos allí junto a ellas. Corazón con corazón. Mostrándoles nuestro apoyo y nuestro respaldo

Espero y deseo que todas las que gritamos contra las injusticias. Las que nos definimos a nosotras mismas como libertarias, compañeras, solidarias y anticarcelarias… estemos ahí. No importe hacer 10 ó 1000 kilómetros. Llamarse a una misma algún adjetivo de significado libertario puede ser importante. Ser lo que nos llamamos es imprescindible.

Si las personas o colectivos que organizan charlas, encuentros, manifestaciones, marchas a las prisiones… no están ahí ese día, por algún motivos que no tenga una buena justificación, su ausencia lo explicará todo. No queremos palabrería. El día 6 de junio, necesitamos hechos puntuales y actos presenciales. Aquí debe haber un compromiso honesto y completo. Mostrar que realmente somos íntegras con nuestros ideales.

Tentemos los corazones. Por los presos. Por las presas. Por las madres que las parieron. ¿Se mostrarán negros como la noche sin luna o luminosos como el lucero del alba?

Irma cariño, te iré contando…

Adelita

Nais contra a impunidade Sociedad-cárcel

Publicaciones

portada xxx_editado-1 copia

EL LIBRO

Hoy como ayer, la llamada “justicia” no es más que tiranía, opresión, represión… manejada, ejercida y administrada por un sistema de dominación que fraguó su balanza con tara, según los intereses de los beneficiarios y agentes de la explotación, contra la rebeldía de los desgraciados. Las injusticias, las torturas y otras miserias que el sistema judicial y los “poderes públicos” fomentan están mucho más allá del aquí y ahora. De ahí que los relatos de este libro se extiendan a diferentes lugares, ámbitos y tiempos. Y los acontecimientos y las circunstancias que en ellos se describen no son ajenas, sino propias: nuestros amores, nuestros iguales, nuestro pasado y presente (nuestro futuro, si no luchamos) están ahí. No hay más que percibir lo difusa que es la linde que hay entre nosotros y los humillados, los torturados, los aniquilados, atender al corazón y sentirles… a un latido de distancia.

 LA EDICIÓN

Se trata de una nueva edición de Tokata, ediciones para el debate y la lucha social, la segunda en que nos implicamos. Ha salido de la imprenta en noviembre de 2014. La ilustración de la portada es de Agim Sulaj y el diseño de Darío Trigo.

El libro se vende por 6 euros. Podéis pedirlo en boletintokata@yahoo.es o a la autora en adelaidartigad@hotmail.com

LA AUTORA

Adelaida Artigado nació en1966, en el barrio de la Parreta de Valencia. Hija de campesinos emigrados de la Sierra del Segura. A los 6 años la calificaron en la escuela de deficiente intelectual e indisciplinada. Como se pasaba los días castigada en los pasillos, decidió dejar el colegio para aventurarse en las calles. Sólo iba de cuando en cuando, para visitar a sus amigas.

Pasó su infancia entre Valencia y la Sierra del Segura, donde se trasladó definitivamente con su familia cuando tenía 13 años. Con 16 se casó y con 18 ya tenía a sus dos hijos. Trabaja desde los 14 como sirvienta de los servidos. Sus mejores cualidades las heredó de una pastora nacida en un corral de cabras: Constanza, su madre, la mujer más sabia que ella ha conocido. Murió sin saber leer ni escribir; tampoco le hizo falta

Ella aprendió a escribir por su cuenta con 27 años. En 2009, escribió en dos meses “Ligeras como plumas”, para su madre, por una mentira blanca sobre un viaje a París que nunca llegó a hacer. En 2011, escribió “Y me escondo entre colores”, como regalo a su amigo Angelo al que le quedaban pocos meses de vida. En colaboración con diversos artistas gráficos, quedó terminado en 15 días y Angelo murió con su libro dedicado.

PRÓLOGO

Mirar desde abajo, con seriedad, y juzgar, señalar, describir la violencia, la coacción, el despotismo, el sometimiento. Mirar desde abajo, pero de frente, con los ojos abiertos y sabiendo muy bien lo que es justo, lo que es humano, y lo que no lo es. Apuntando, en esta ocasión, a las cárceles, a los sistemas penales, a la crueldad institucionalizada, a la vez material y simbólica, formalizada, de los regímenes de dominación que imperan sobre nosotros.

¿Hay algo más antiguo, más recurrente y rutinario que ese poder de intimidación? Es necesario un esfuerzo de dignidad para no dejar pasar el abuso como algo “natural”, que siempre ha estado ahí y siempre estará, aceptando como buenas razones las amañadas justificaciones de sus beneficiarios. Un esfuerzo crítico, negativo, corrosivo, frente a las ruedas de molino con que nos quieren hacer comulgar. Un esfuerzo de lucidez para invocar una y otra vez la presencia de la verdad.

Esto es lo que hace Adela, observar cara a cara la injusticia desde el punto de vista de quienes la padecen. Desenmascarar la hipocresía de quienes legitiman el castigo por el efecto que produce en sus víctimas. Valorar las virtudes que se esconden tras esa cara fea de la gente de abajo que presentan los falsificadores, como si la sangre fuera simple suciedad y la deformidad de los rostros, causada por los golpes, el espejo del alma de los golpeados y no de la falta de ella de los golpeadores. Convocar el espíritu de lucha de los pobres, la complicidad, la comprensión, el respeto, la solidaridad, la lealtad, la amistad, el amor que les da la fuerza, para resistir, para luchar, para crear, para reirse del poder y de sus esbirros, para sacudirse de una vez por todas, algún día, el yugo de la opresión.

Estos ochenta y pico relatos cortos, proverbiales, poéticos, perpetúan el latir de ese corazón, evocan la existencia de ese genio popular, con sencillez, sobriedad, incluso laconismo. Al fin y al cabo, lo que señalan es evidente, quienes lo sufrimos lo sabemos. Se trata de recordarlo, de acallar el ruido permanente, ensordecedor, que nos nubla la conciencia, distrayendo nuestra atención de las luces y sombras de la verdad. Son como el canto de un pájaro que anuncia la mañana.

Fernando Alcatraz

Más información sobre el libro en tokata.info

Publicaciones

http://www.youtube.com/watch?v=MDMBd2npgiQ

Sin categoría

En una cárcel del estado, después de horas de torturas…

–¡Se ha muerto el cabrón!

–¡La puta que lo parió!

–¡Joder que putada! ¿Y ahora qué hacemos?

–¡Hay que comunicárselo al jefe de servicios y que él se lo notifique al director!

Dos de ellos se dirigieron a la jefatura de servicios para informar a su superior y dar aviso al médico de guardia. Los otros dos se quedaron vigilando el cuerpo fallecido.

–¡Son ustedes una panda de ineptos! ¿Acaso no aprendieron en su instrucción que hay que torturar con saña, pero nunca llegar a matar?

Cárcel=Tortura

Cárcel=Tortura

Marisa llegó a la puerta principal, donde estaba la guardia civil con todo su armamento. No se detuvo, miró hacia adelante y continuó hasta llegar a la puerta de acceso a la prisión.

−¡Buenos días!

¡Buenos días!

Vengo a comunicar con mi marido.

¡Documentación!

Marisa sacó de su bolsillo el documento y se lo entregó. El funcionario se retiró dos pasos del mostrador, le pasó el documento a un compañero, para que anotara sus señas en el ordenador, y se lo devolvió. Marisa lo guardó en el bolsillo del pantalón y pasó por el detector. El detector no pitó.

Sin categoría

El Chino no es chino sino de Cuenca.

Su padre murió cuando él era pequeño. Su madre no pudo hacerse cargo de sus ocho hijos. Se quedó con la pequeña, con los dos mayores y a los otros cinco los internó; tres niñas y dos niños, uno de ellos era El Chino.

Nada más llegar al internado los separaron, como mandaba la religión; chicas por un lado, chicos por otro. Y así comenzó su vida, sin padre ni madre ni perro que le ladre. Bueno, sí, perro sí pero eso fue después.

Pasó diez años en el internado. Constantemente se escapaba, pero por falta de recursos económicos su madre le llevaba de vuelta con las monjas.

Con catorce años se escapó definitivamente. Lo hizo como llegó; con lo que llevaba puesto. Y se tuvo que buscar la vida ya que a él nadie le daba nada.

Un día él y otros dos niños esperaron toda la noche al acecho del cierre de un bingo. Cuando este quedó vacío por completo entraron y se llevaron una caja de caudales con toda la recaudación. Poco tiempo después eran detenidos. Doble delito; robo a la propiedad privada y robo al estado.

Los primeros nueve meses los pasó en la cárcel Modelo de Valencia y después lo trasladaron a Cuenca.

En los dieciocho meses que estuvo en preventivos no conoció a su abogado. Lo hizo el día del juicio. El Chino estaba tan sorprendido como enfurecido cuando se lo llevaban al juzgado.

–¡Pero si no conozco a mi abogado! ¿Cómo me llevan a juicio?– Preguntó.

–¡Ah, aquí los hechos son los hechos!– Le contestaron.

Ante las acusaciones de la fiscalía el abogado no intervino; ni para preguntar, ni para afirmar, ni para protestar, ni para defender a su defendido. Se le había advertido: “¡Los hechos están firmados!”.

Para lo único que abrió la boca fue para informar al Chino: “¡La máxima, once años de prisión!”. El Chino solo tenía diecisiete.

Adelaida Artigado

Más cosas de la autora: 

Poesía y relatos contra la cárcel

Escuela de torturas [relato]

Uruguay en los tiempos de Pacheco [relato]

Y me escondo entre colores [libro]

Sin categoría

A continuación, la respuesta de nuestra compañera Adela (Adelaida Artigado) a la carta de Irma Leites que podéis encontrar más abajo. Como ahí decíamos, los dos textos forman parte de un proyecto de libro que está a punto de consumarse y las dos tratan de tortura, crueldad, asesinato… autorizados por el Estado, de la impunidad de sus agentes, garantizada por las instituciones en mucha mayor medida que cualquier derecho ciudadano, hasta el extremo de que cualquiera que se atreva a denunciarla –como Irma y otras personas participantes en la Plenaria Memoria y Justicia, como Pastora y las Nais Contra A Impunidade– puede verse ante un tribunal e incluso en la cárcel, bajo los estados español o uruguayo o en cualquier territorio dominado por el Capital. Las dos hablan también de lo que se ha hecho y de lo que podemos hacer frente a eso.

13342909_1176960679015583_6490095978446163172_n

La Chacra, 3 de  junio 2016

Hola preciosa mía:

Aquí estábamos con cierta incertidumbre de cómo estarías. Te hemos tenido en conversación Darío, Fernando y yo porque sabíamos que tenías una citación judicial para el domingo 29. ¡Vaya, Irma! cuán importante eres que el domingo abren los juzgados especialmente para ti. Y disculpa la broma porque la situación es seria. Pero coño; ¿un domingo?

No dejo de pensar que  tu situación no dista mucho de la de Nais Contra a Impunidade. Cosa demente enjuiciar y castigar a las personas que luchan contra la impunidad de torturadores y asesinos de Estado. Y tú como Pastora estáis en el ojo del huracán.

Pastora está en Valencia, es por ello que no tuve tiempo a contestarte anteriormente. Ha venido a dar unas charlas sobre la situación de Nais.

Actividad en la calle Nais contra a impunidade

Publicamos una carta de Irma Leites, antigua militante tupamara que, habiendo sufrido torturas y largos años de cárcel y exilio por su lucha y mientras algunos de sus antiguos compañeros traicionan sus principios formando parte de un gobierno al servicio del desarrollo capitalista, permanece fiel a los de abajo luchando, por ejemplo, desde la calle y como vocera de la Plenaria Memoria y Justicia, contra la «estrategia del olvido» y la «impunidad del Capital» y de los torturadores y agentes del terrorismo de Estado uruguayos. La carta forma parte de «Los Huesos del viento», un libro epistolar prácticamente listo para su publicación, en el que nuestra compañera Adelaida Artigado e Irma intercambian cartas que son al mismo tiempo personales y políticas, con puntos de vista diferentes, dada la diferente historia personal de cada una de las corresponsales, pero coincidentes también en muchos aspectos: en su empatía y compromiso directo con los oprimidos, en su orgullosa condición de mujeres con todas las letras, en la lúcida sensibilidad con que abordan todos los temas… La presente carta habla del escrache realizado hace unos días contra el coronel José Nino Gavazzo, torturador, violador y asesino que «cumple» condena por una pequeña parte de sus crímenes en condiciones de privilegio, ya que lo hace en «arresto domiciliario», y de los mecanismos estatales que defienden la impunidad de los esbirros criminalizando, igual que en el Estado español, a quienes les denuncian, empezando por la propia Irma. Publicaremos también la respuesta de Adela.

el vals de la impunidad

Viernes, 27 de mayo, Montevideo.

Adelita:

Llenitos de frío hoy iremos a la guarida de uno de los más asquerosos represores. Cerquita de otra ostentosa mansión, la de la Embajada de España, desde donde gobiernos y embajadores deciden como no perder sus status quo. En esa zona está “preso” en un cuarto piso el torturador. La injusticia le otorgó otro privilegio. Supuestamente está con prisión domiciliaria  y hoy va a ir a un club en Carrasco zona de ricos al cumpleaños de 15 de su hija.

Él  secuestró y desapareció a nuestros hijos e hijas.

Trató de comprar a nuestros hijos –con costosos regalos– en las visitas en la cárcel de mujeres. ¿Cómo explicaban las abuelas, las tías que ese señor “tan generoso”, “tan amable” había torturado a su padre había violado a su madre ¿cómo?

Este coronel bailará hoy el vals con su nieta.

América, definió esta imagen como “hermosamente” siniestra.

Nuestras madres, nuestras viejitas se murieron y se están muriendo sin saber qué les hicieron a sus hijos y dónde los enterraron. El señor del vals lo sabe. Su silencio se ríe en nuestras caras.  Tamaña calaña anda suelta. La impunidad es su muralla. Es su escudo. Denunciado por cientos y cientos goza del mismo privilegio que Ernesto Ramas a quien iremos a escrachar el 4 de junio.

Adelita, se impone como símbolo terrible, axiomático: este torturador se codeará con sus jefes de la CIA, con sus corruptos amigos en el mismo sitio donde pactaron la impunidad presente: el Club Naval, sitio del pacto de 1984. Ahí va la aristocracia de las FFAA.  Ahí se concretó el paraíso de la impunidad.

La cara de la democracia representativa está ahí en esa imagen que te envío metida en nuestros huesos y ¡al viento! y en la de la miseria que ella sostiene. Anoche, conté doce personas durmiendo bajo el frío, cubiertos de nylon bajo los tilos de Avenida Italia, en 200 metros. Mientras la humanidad transita indiferente a su drama, estos aromáticos árboles les dan cobijo a drogadictos o locos, seguro muy pobres.  Seguro que este coronel no tuvo que sacar préstamos ni empeñarse en nada –como neciamente lo hacen tantas familias que se empeñan por años, trabajan horas extras y se alienan para quemar a lo burgués una noche de 15 años– él no. Él goza de lo robado a las organizaciones revolucionarias, de las casas que saqueó, de lo que cobró por los niños que secuestró, por la mercenaria desaparición que ejerce hasta hoy y como es un delincuente entrenado en la Escuela de las Américas de la guita que falsificó…  

Actividad en la calle Cárcel=Tortura Internacional

¿No encuentras lo que estás buscando? Trata de refinar tu búsqueda: